Trasplante de útero en España: de la ficción a la realidad

Hace diez años la experiencia de Tamara Franco, primera mujer en dar a luz tras una cirugía de este calibre, era casi impensable. Hoy nos preguntamos: ¿Cuál será el siguiente paso?

El nacimiento de Jesús, que vino al mundo el pasado 10 de marzo en el Hospital Clínic de Barcelona, no ha estado exento de polémica: es el primer bebé nacido después de un trasplante de útero en España. La madre del niño, Tamara Franco, carecía de este órgano por un problema congénito. Así pues, le trasplantaron el útero que le donó su propia hermana, en octubre de 2020. Tres años después, ha dado a luz a Jesús, prematuro pero sano.

Con su llegada al mundo, Jesús concluye el primer éxito del Hospital Clínic para validar la viabilidad la cirugía de trasplante de úteros, no exenta de dilemas éticos. El salto que ha dado la medicina en menos de 10 años es gigante. Para muchos, erróneo. Para otros, un faro de esperanza. Para muestra, cabe destacar un artículo científico publicado en abril de 2014 en la revista Elsevier por un equipo de médicos españoles. Su título, Trasplante de útero: ¿realidad o ficción?, da cuenta de lo avanzado en este campo.

Firmado por profesionales del Servicio de Medicina de la Reproducción del Hospital Universitario Quirón Dexeus (Barcelona) y del Centro de Medicina Regenerativa de la capital condal, el estudio concluía: «Aunque hasta el momento se han realizado 11 trasplantes de útero en todo el mundo y las cirugías de extracción y trasplante no plantean excesivas dificultades técnicas, no se ha logrado por el momento una gestación evolutiva con el nacimiento de un niño sano, indicador final del éxito de la técnica».

El siguiente paso será retirar el útero

Hoy en día, el pequeño Jesús es uno de los 50 niños del planeta nacido tras un trasplante de útero, una cirugía avanzada y «tremendamente compleja» que ha realizado un hospital público español. La historia arranca en 2020, cuando el Hospital Clínic de Barcelona anuncia que ha solicitado permiso para «iniciar un programa experimental de trasplante de útero dirigido exclusivamente a mujeres que tienen ausencia congénita de útero y vagina al padecer el síndrome de Rokitansky, que se calcula afecta a una de cada 5.000 en edad reproductiva en todo el mundo», tal y como recoge este diario.

El primer paso fue encontrar a la paciente y su donante. Por aquel entonces, se especificó que «la donante tendría que tener un máximo de 60 años, haber sido madre pero no por cesárea, no portar el virus del papiloma humano y compartir el mismo grupo sanguíneo que la receptora«, así como estar segura de que quería finalizar su etapa gestacional. La receptora, por su parte, debía «contar con ovarios funcionales y óvulos, y haber logrado embriones viables –fecundados in vitro– antes del trasplante».

El embarazo que hoy culmina vendría después, como parte del programa experimental. De hecho, el Clínic informó de que, tras el trasplante, el plan sería mantener a la mujer con fármacos inmunosupresores hasta lograrlo. Una vez cumplido el deseo de ser madre, retirarían el útero por laparoscopia tras el segundo parto, un procedimiento que aún no ha comenzado.

Tamara pasó este «cásting médico» de entre una treintena de aspirantes de entre 27 y 38 años no fumadoras. Finalmente, fue escogida y, a partir de 2017 iniciaron las pruebas. Sin embargo, en este camino se presentó un obstáculo inesperado: Su madre, Juani, que inicialmente sería la donante, no era apta. Fue en ese momento su hermana mayor, Bárbara, se ofreció voluntaria. Ella había tenido dos hijos y manifestó que no deseaba tener un nuevo embarazo.

Esta cirugía «significa ponernos al primer nivel» en intervenciones

Por aquel entonces, se calculaba que se habían realizado alrededor de 70 trasplantes de este tipo por todo el mundo. Las expectativas estaban por las nubes. Finalmente, en 2020, el doctor al frente de la operación, ginecólogo y cirujano especializado en Cirugía Ginecológica por Laparoscopia, Endometriosis, Suelo Pélvico, Cáncer y Reproducción Asistida, Francisco Carmona, anunció que había realizado el primer trasplante de útero en España en el Hospital Clínic de Barcelona.

«Esta cirugía avanzada permite, no sólo significa ponernos al primer nivel de otros países en intervenciones quirúrgicas de alta complejidad, si no avanzar un paso más hacia la excelencia en la atención médica y quirúrgica que redunda en beneficio de todas las pacientes. Es la primera vez que se realiza en un país del sur de Europa«, expresó entonces, por medio de un comunicado.

La operación de trasplante de útero se realizó el 5 de octubre de 2020 en los quirófanos del Clínic de Barcelona, aunque estaba programada con anterioridad y hubo que retrasarla por la pandemia de la Covid-19. «Podemos afirmar que el trasplante fue un éxito, las dos hermanas se encuentra en buen estado y la receptora del órgano ya he tenido su primera menstruación», informó Carmona.

Para él, una de las claves del éxito ha sido «un equipo médico de alto nivel con excelentes especialistas en anastomosis vascular y uno los mejores urólogos a nivel mundial. Nos hemos preparado a conciencia para esta intervención realizando viajes a México, Estados Unidos y la India para asistir a intervenciones de este tipo. En otros países ya han nacido niños de madres que han recibido un útero», añadió.

¿Qué es el trasplante de útero?

El trasplante de útero o trasplante uterino es una intervención que trasplanta el útero de una donante a una mujer que ha nacido sin útero o que lo ha perdido por alguna causa médica. Esto permite a la receptora ser madre genética si así lo desea como alternativa a la adopción o a la subrogación uterina. La donante puede ser una mujer emparentada con la receptora, como la madre o sin parentesco. «Es un tipo de trasplante que busca mejorar la calidad de vida de la paciente», afirma Carmona.

Historia del trasplante de útero

El trasplante de útero se ha experimentado en diversas razas de mamíferos, incluidos ratones y primates, en numerosos países como Suecia, Francia, Turquía, España, Rumanía, Australia, Colombia, Japón, USA y China, desde 1999 a 2008. Así lo señala Carmona

En 1931, en Alemania, Lili Elbe, una mujer transgénero danesa (en cuya vida está basada la oscarizada La chica danesa), murió, según se cuenta, a causa de rechazo de órganos tres meses después de recibir el trasplante uterino más temprano del mundo. Su caso quedó reflejado en la reciente película, La Chica Danesa.

En Arabia Saudita se llevó a cabo en el año 2000 un trasplante de útero por parte del equipo de la Dr. Wafa Fagee a una receptora de 26 años. El útero trasplantado funcionó durante 99 días, pero al final tuvo que ser extirpado debido a complicaciones. En 2011 se realiza, en agosto, en Turquía, el primer trasplante de útero en el mundo de una donante fallecida a una mujer de 21 años que había nacido sin útero. En 2013 quedó embarazada pero tuvo que abortar a la 8ª semana al no detectarse latido fetal.

En Suecia se consiguió, en 2014, el primer nacimiento de una niña cuya madre se había sometido al trasplante de útero realizado por médicos suecos en el Hospital Universitario de Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo dirigidos por Mats Brännström. Esta noticia hizo que Tamara contactara con el Dr. Carmona. Hoy por hoy, los casos de éxito aún se anuncian con cuentagotas.

La polémica del trasplante de útero: no es vital y un hombre podría ser trasplantado

Este trasplante uterino ya fue, en 2022, un motivo de fricción entre el Hospital Clínic y la Organización Catalana de Trasplantes (OCATT), de un lado, y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), perteneciente al Ministerio de Sanidad, del otro. La institución estatal se resistía a autorizar esta intervención por motivos éticos y sociales, principalmente porque la donante estaba viva, en lugar de utilizar una donante fallecida. Finalmente se siguió adelante. Aun así, la ONT recuerda hoy que aún es un procedimiento experimental y que «aún no podemos hablar» de esta intervención como un procedimiento habitual.

Otro dilema ético que presenta esta intervención es, a grandes rasgos, si gestar un hijo debería prevalecer sobre los riesgos que supone un trasplante de útero. Ya en su comunicado, el Dr. Carmona determinó que existían problemas asociados al trasplante uterino de tipo ético. En este sentido, el ginecólogo expone que el trasplante uterino es «un trasplante no vital en el que es necesario definir bien que es lo que entendemos por éxito».

«Es importante informar de los riesgos a las donantes y receptoras derivados del mismo», que incluyen «los relacionados con toda cirugía, los problemas de la inmunosupresión y el fallo del trasplante. Se deben explicar bien los objetivos del trasplante y los criterios que van a permitir decir que ha sido un éxito o un fracaso», argumenta.

Y prosigue: «Otro tema que puede afectar de forma muy importante a nuestra sociedad es la posibilidad de que un hombre que recibe un útero se pueda quedar embarazado», señala el cirujano. Por tanto, «es necesario comparar la opción del trasplante uterino con la subrogación o ‘vientre de alquiler’ y con la adopción», expone.

En definitiva, «existen numerosos interrogantes éticos que deben ser cuidadosamente analizados. Como otras innovaciones el procedimiento debe ser evaluado exclusivamente«, concluye el doctor, y por ello, «es importante que se abra un debate ético sobre los límites a los que se puede llegar con los avances técnicos».