Luis del Val: «Benditos seáis payasos de España, tan diferentes de los que nos toman por tontos del voto»

Buenos días, y un saludo de todos los compañeros de COPE Alicante. Ayer, me acordé de la doctora Cristina Scaglione, que junto a su pareja, el gran periodista José Luis Martín Prieto, convirtieron su casa de Madrid en el consulado más heterogéneo de Argentina, donde lo mismo te podías encontrar a Alfredo Di Stéfano que a Luis Aguilé.

Nunca faltaba el whisky, pero había noches en que el rostro de la doctora estaba serio, y era que en el Hospital del Niño Jesus había muerto algún niño. Creo que de su mano, hice una visita al centro, un día en que un par de payasos intentaban arrancarle una sonrisa a un niño que, desgraciadamente, no tenía fuerzas para ir al circo.

España es algo más que esta tribu enferma de egoísmos y vanidad

Y me acordé de ella, porque ayer, en los Premios Max de Teatro, le dieron un merecido premio a Payasohospital, una ONG de Valencia, que lleva 25 años, intentando que, por unos momentos, esos niños enfermos, puedan olvidarse de las causas por las que no están en su casa o en la escuela.

Entre tanta tonta soberbia y empecinada, entre esos presidentes futbolísticos que intenta convertir la corrupción en persecución, entre esos cobardes consejeros que persiguen enfermeras que no hablan catalán, entre tantas mentiras desesperadas como la de las viviendas basura, hay en este país un grupo de hombres y mujeres que, sin nada a cambio, visitan los hospitales, entran en las habitaciones de esos niños a los que les ha mordido el cáncer, y con sus gestos, con sus piruetas, con sus tradicionales narizotas tan rojas como postizas, hacen desaparecer las vías que se introducen en la muñeca, el gotero, puede que la botella de oxígeno, y en los labios de esa niña, de ese niño inocente, aparece en su boca la feliz curvatura de la sonrisa.

Benditos seáis payasos de España, tan diferentes de los que nos toman por tontos del voto

España es algo más que esta tribu enferma de egoísmos y vanidad, que nos trata, no como a niños enfermos, sino como a niños estúpidos, y hay artistas, con grandes cualidades escénicas, que se presentan los fines de semana a las elecciones de la generosidad, y las ganan cada vez que una madre, un padre, con su visita, ven a su hijo que cambia el sufrimiento por unos minutos de gozo.

Benditos seáis payasos de España, tan diferentes de los otros payasos que nos toman, no por tontos del bote, sino por tontos del voto.