Educación decide retrasar un año la aplicación de la nueva selectividad al no encontrar consenso

La nueva selectividad que quiere poner en marcha el Ministerio de Educación y Formación Profesional no reúne consensos en las comunidades autónomas y está suscitando muchas críticas desde distintos ámbitos como las de la Real Academia de la Lengua (RAE), la academia del catalán (Instititut d´Estudis Catalans, IEC), la Red Española de Filosofía o los coordinadores del examen de Lengua Castellana y Literatura que han solicitado la retirada del borrador elaborado. De hecho, ya se había valorado la posibilidad de que su implantación se retrasara después de que más de una comunidad autónoma lo planteara. Hoy se ha decidido hacerlo. La nueva selectividad, Ebau o Evau, que permite a los estudiantes el acceso a la universidad, estará vigente un año después de lo previsto en su estado puro, es decir, en el curso 2027-28, en lugar del 2026-27, como se había previsto inicialmente.

La decisión se ha adoptado en la comisión técnica de ordenación, que se reúne periódicamente para tratar de consensuar la nueva prueba. Quince comunidades autónomas, han apoyado el aplazamiento, excepto Madrid y Castilla y León, que defienden una Evau única.

“Se trataría de dar más tiempo al debate para alcanzar consensos más amplios y dar mas tiempo a la aplicación de la Lomloe, de tal manera que hubiera más experiencia en la educación en competencias (que es lo que introduce la nueva ley de educación)”, asegura un portavoz del Ministerio de Educación.

Además, se han planteado otros cambios: en el modelo definitivo de EBAU, se contemplaba que la prueba de madurez tuviera un peso del 75%, pero ahora se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de rebajarlo a un 60% para dar mayor valoración a las materias de examen.

Por último, este aplazamiento también supone un cambio respecto al período transitorio de aplicación del nuevo modelo de prueba. Es decir, en junio de 2023, estaba previsto que se aplicara la última selectividad tal y como la conocemos y se iban a implantar los cambios previstos de manera progresiva desde junio 2024. Ahora, lo que se está pensando es cambiar el calendario y que en 2024 no se haga esa prueba de madurez que tenía un peso en la nota del 25% . Así las cosas, en ese año habrá una selectividad que “no será idéntica, pero similar a la actual”, asegura un portavoz del Ministerio. Es decir, habrá pruebas por materias, pero con algunas variaciones que están todavía por decidir.

No obstante, todas estas decisiones tendrán que ser ratificadas el próximo 13 de diciembre, que es cuando se reúnen los consejeros de las distintas comunidades autónomas en conferencia sectorial.

La Comunidad de Madrid ha decidido abandonar la Mesa de Trabajo del Ministerio de Educación sobre la nueva EBAU porque considera que “pretende imponer una nueva prueba que aumentará las desigualdades y que está siendo criticada desde numerosas instituciones”. “No han sido atendidas ninguna de las reivindicaciones “de peso” que han sido propuestas”, ha lamentado el vicepresidente madrileño y consejero de Educación, Enrique Ossorio. el modelo planteado es “discriminatorio” porque “aumentan las desigualdades en el acceso a la Universidad entre los estudiantes, simplemente por el hecho de residir en una Comunidad Autónoma u otra”. En su opinión, el modelo planteado es “discriminatorio” porque “aumentan las desigualdades en el acceso a la Universidad entre los estudiantes, simplemente por el hecho de residir en una Comunidad Autónoma u otra”.

El Partido Popular, por su parte, también ha anunciado que no participará en más reuniones con el Ministerio de Educación y Formación Profesional y reclama que sea una prueba única para toda España “que garantice la igualdad de oportunidades”, ha dicho la vicesecretaria de Políticas Sociales del partido, Carmen Navarro. Cree que si prospera la prueba, tal y como está diseñada, “aumentarán las diferencias”. La ministra Pilar Alegría “quiere una prueba centrada en un ejercicio general de madurez que sea fácil de aprobar en la que se incluirán todas las materias lingüísticas, Historia de España e Historia de la Filosofía; además de un ejercicio sobre la materia de modalidad elegida por el alumno, que supondrá el 40% restante”, lamentó.

Prueba competencial

El nuevo modelo de examen en el que se piensa trata de conseguir que la prueba sea más competencial, es decir, que los alumnos puedan aplicar los conocimientos que han adquirido en las cuestiones que se les planteen y, por otro, trata de solventar todas esas diferencias autonómicas sobre la diferente dificultad de la prueba, dependiendo de las autonomías, que tantas críticas ha generado. Así, las preguntas de los exámenes “se enfocarán a medir lo mismo tanto en su diseño como en su evaluación” para lograr que la prueba sea equiparable en todo el territorio español.

El nuevo modelo introduce como novedad una prueba de madurez que Constará de dossier formado por una serie de documentos (textos, imágenes, infografías, gráficos, tablas, audiovisuales, etc.) que girarán todos ellos en torno a un mismo tema y en el cual se pedirá al alumnado que realice un análisis desde diferentes aspectos y perspectivas, respondiendo a diversos tipos de preguntas (cerradas, semiconstruidas y abiertas). Y es que lo que se pretende es “valorar la capacidad del alumnado para analizar, valorar, extraer información o interrelacionar toda esa documentación, de forma más o menos guiada a través de las preguntas o propuestas”. No obstante, aún está por ver cómo se diseña esa prueba.