¡Madre de Misericordia!
Que nos haces patente
la Luz que al mundo vino
para mostrar el cariño
de Dios Padre providente.
Señora fiel y obediente,
testimonio de fe y esperanza,
con tu libertad humilde
y generosidad valiente,
obraste la increíble hazaña
de que el amor de Dios encarnado
diera al hombre humillado
entrega total y gratuita
de su Corazón Sagrado.
ÉL vino a borrar la miseria
Quitar el rencor y el odio,
que por doquier,
siembra el pecado.
Acoger con Su cariño
todo el dolor provocado.
¡Madre de misericordia!
Este Mayo yo quiero
pedir perdón a ese Niño
confesar mis faltas sin tardo
y hacer brotar la esperanza
en mi corazón apenado.
¡Madre de misericordia!
Por atrevido permite
besarLe los pies sin temores
y, decirTe al oído, muy quedo,
que de Tu fragancia y amores
alegres hablan las flores.
Miguel Ángel Albás Mínguez