El presidente pide al PP apoyo en la reforma laboral y Díaz lo busca con ERC

El punto y aparte en la incomunicación entre Pedro Sánchez y Pablo Casado, motivado por la iniciativa del líder de la oposición, fue aprovechada por el presidente del Gobierno para reclamar al líder de la oposición que apoye, o al menos se abstenga, en la convalidación de la reforma laboral.

Casado llamó a Sánchez para hablar de Ucrania, pero el presidente del Gobierno quiso ampliar los asuntos de conversación, y sacó a colación la reforma laboral y los fondos europeos. Sobre el decreto-ley que se debatirá la semana que viene en el Congreso, Casado confirmó a Sánchez que su partido votará «no», porque esa no es su propuesta. El líder del PP ofreció su alternativa, la ‘mochila austriaca’, y recordó a Sánchez que es lo que defiende el Banco de España y lo que defendía la ahora vicepresidenta Calviño. Respecto a los fondos europeos, el presidente del PP volvió a tender la mano al jefe del Ejecutivo para crear una agencia independiente para su gestión.

Pero al margen de que Sánchez ya conocía cuál iba a ser la posición del PP en la reforma laboral, su petición no es inocua. Porque viene a confrontar con la visión de sus socios dentro del Gobierno, que demandan que la norma se convalide con el bloque de la investidura. Los socialistas ya han dejado claro que no quieren tocar el acuerdo pactado entre sindicatos y empresarios. Y ven el horizonte despejado, aunque ajustado, ante la posibilidad de que Ciudadanos y otros partidos minoritarios apoyen el texto.

Mientras, en Unidas Podemos asiste con mucha tensión ante la posibilidad de que el bloque de la investidura se rompa en esta importante cita parlamentaria. Pero por el momento se han encontrado un muro en la posición contraria de ERC, PNV y Bildu. Todos los focos recaen en la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que intenta desde hace semanas convencer a ese bloque para que no vete la reforma. Si fracasa en el intento y el texto sale adelante con el apoyo de Ciudadanos y los minoritarios Yolanda Díaz cargará con un impredecible coste político para sus intereses.

Así, Díaz se encuentra en cierta forma atrapada: entre la necesidad de sacar adelante su plan estrella y los límites marcados por el PSOE que amenazan con convertir precisamente su reforma en causante de abrir una brecha en la mayoría que sustenta al Gobierno. Díaz se está afanando en evitarlo. Ayer mantuvo diferentes reuniones en Cataluña con sindicatos. Al contrario que en el País Vasco, en Cataluña el peso de UGT y CCOO es principal. Y en el Gobierno creen que sería más factible un cambio de postura por parte de ERC y no tanto por PNV y Bildu.