El Banco de España golpea el optimismo del Gobierno con “una revisión significativa a la baja” PIB en 2021

A pesar de que la recuperación global continúa en España, esta parece avanzar a ritmos diferentes dependiendo desde dónde se mire, cuestionando la credibilidad de la política económica del Gobierno una y otra vez.

Las previsiones de crecimiento llevadas a cabo por el Ejecutivo esperan que el PIB aumente en el país un 6,5% en 2021 y un 7% en 2022. No obstante, cada vez es más larga la lista de organismos que recortan a la baja estas previsiones, con cifras muy por debajo de las del Gobierno.

En el último informe de Perspectivas Económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), rebajaron medio punto sus previsiones de crecimiento respecto a julio hasta dejarlas en el 5,7%. Por su parte, desde BBVA Research, también redujeron la semana pasada a la baja estas previsiones en más de un punto, estimando un 5,2% en este año y un 5,5% para 2022.

Y a estas ralentizaciones del crecimiento, se les ha sumado el Banco de España, en el que el gobernador, Pablo Hernández de Cos, ha anticipado este lunes una “revisión significativa a la baja” de las previsiones de crecimiento de PIB para este año.

Por su parte, las previsiones actuales del Banco de España, publicadas el pasado mes de septiembre, proyectan un crecimiento del PIB del 6,3 % en 2021, cifra que se reduce ligeramente hasta el 5,9 % en 2022. No obstante, tras estas proyecciones, el INE también revisó a la baja sus previsiones en el segundo trimestre de 2021 del 2,8 % al 1,1 %.

“Una rebaja de una magnitud tan elevada comporta, de forma mecánica (…) una reducción sustancial de la tasa media de crecimiento del PIB para 2021 y, en menor medida, también de la de 2022″, ha añadido.

Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados con motivo de la tramitación del proyecto presupuestario, ha sostenido que tras la crisis generada por la pandemia, la recuperación económica española es “claramente incompleta” en comparación a la que se está produciendo en el resto de países.

No obstante, en este sentido, sí comparamos a España con los países de su entorno está es incluso “más claramente incompleta”, ya que al concluir la primera mitad de año presenta una brecha de 8,4 puntos porcentuales en su PIB respecto al de finales de 2019, cuando en la zona euro se limitaba a 2,5 puntos.

Asimismo, además de la pandemia, a este problema se le suma la tendencia inflacionista y “cuellos de botella” en las cadenas de suministro, a raíz de una escasez de recursos así como el encarecimiento de los precios energéticos generando una “elevada incertidumbre” en la sociedad.

Sin embargo, considera que a pesar de que ha reconocido que “va a durar más de lo que se pensaba inicialmente”, este repunte inflacionista es algo temporal, por lo que ha pedido evitar que se vinculen subidas, como pueden ser las de las pensiones o los salarios, al IPC para evitar una pérdida de competitividad de la economía.

Un plan de consolidación fiscal “resulta indispensable”

Por lo tanto, Hernández de Cos, considera que es “indispensable” el diseño de un plan de consolidación fiscal, el cual debería comunicarse “sin demora” y ejecutarse de forma gradual tras superar la crisis derivada de la pandemia.

En este sentido, ha insistido en que es necesario reducir los desequilibrios fiscales para que así se garantice la sostenibilidad de las cuentas públicas, aunque “las políticas monetaria y fiscal deben evitar una retirada prematura de los estímulos”.

Asimismo, ha apuntado a la actualización del Programa de Estabilidad prevista para abril como “un buen momento” para llevarlo a cabo, además de subrayar que “la definición y comunicación temprana de este plan contribuiría a aumentar su credibilidad y a sentar las bases para poder llevar a cabo un proceso de ajuste gradual”.

No obstante, en el caso de que no se llevase a cabo este proceso, la deuda pública continuaría en torno al 115 % del PIB en los próximos 15 años, tal y como ha afirmado De Cos, reduciendo de esta manera el margen de actuación ante futuras crisis y aumentando de esta forma la “vulnerabilidad” para la economía.

Por lo tanto el aumento de la volatilidad de los mercados puede ser una opción que se baraje en los próximos meses, afectando a los tipos de interés, y que el mantenimiento de un alto endeudamiento afecte a la economía.

Uno de los principales retos a los que se enfrenta España en este proceso de reducción del déficit, es que el gasto primario del Estado y la Seguridad Social ha crecido más del doble que los ingresos entre 2019 y 2021.

Es por ello que ante la previsión de déficit público para 2022, del 5 % del PIB, el gobernador observa tendencias opuestas, ya que sí los riesgos económicos presionan al alza, un gasto menor que el presupuestado lo haría a la baja.