Manuel Giménez: «Mi padre fue asesinado por representar la defensa de los derechos y las libertades»

Manuel Giménez Larraz tiene muy claro que el ejemplo de su padre asesinado por ETA hace veinte años no se va a perder. «Bajo ningún concepto ETA consiguió acabar con el respeto y cariño de tanta gente por sus profundos valores cívicos y por su forma de entender la política y la vida en general», proclamó este jueves en las Cortes de Aragón, para agradecer a los partidos políticos, a los medios de comunicación y a la sociedad aragonesa su «generosidad» con la figura de su padre que ha legado la Fundación Giménez Abad.

«Nos convirtió en una comunidad más cívica, más digna y más humana que muchas de las que nos rodean», en referencia a la vida política en Aragón, en un tiempo «de ruido ensordecedor, de verdades absolutas y de dogmas inalterables que limitan nuestra capacidad para abordar los relevantes desafíos a los que nos enfrentamos».

«Mi padre, por cómo acabó su vida, como tantas víctimas de terrorismo, constituye la representación más digna y admirable de la defensa de los derechos y las libertades«, proclamó.

El hijo del expresidente del PP Aragón lamentó que su padre no haya podido conocer a sus nietas, ni pescar en las frías aguas del río Ara por Bujaruelo ni observar desde cualquier cima del Pirineo. Sus fotos adquieren el color amarillento y, citando a Mario Benedetti, lo resumió: «Sé que tenía ojos verdes, pero no puedo sentirme frente a su mirada».

Aunque asume que un día de aniversario invita a la nostalgia, Manuel quiso destacar lo que «de él todavía hay presente en nuestra vida pública y política», como la moderación, el respeto y los valores democráticos de igualdad, libertad y pluralismo.

El hijo mayor del político asesinado mencionó los ejemplos para Aragón, junto al de su padre, de Santiago Lanzuela, Juan Antonio Bolea, José Antonio Labordeta y el «siempre recordado Chesús Bernal», de sus lágrimas y palabras de aquel 6 de mayo de 2001, de las que él aprendió «más de tolerancia y de respeto que con cualquier otra experiencia».

Giménez Larraz defendió el acervo histórico, cultural y político en Aragón que ha llevado a entender la política como «un ejercicio de sana discusión, de diálogo y acuerdo con el que construir un espacio libre y plural» en el que los aragoneses pueden construir «un proyecto de vida satisfactorio».