Libros que integran la Historia Sagrada

 

Historia Sagrada es la narración de los acontecimientos que prepararon, acompañaron y siguieron a la venida de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, Salvador del mundo. Para entender la necesidad de la Salvación o Redención del mundo es preciso conocer la Historia Sagrada. La Historia Sagrada está contenida en los Libros Sagrados, llamados así porque fueron escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, que es Dios. Que es lo mismo que decir, que Dios quiso manifestar o revelar muchas cosas a los hombres a través de estos libros. La colección de los Libros Sagrados recibe el nombre de Biblia o Libro por excelencia.

Dios es el autor de la Biblia, porque según dijo Jesús y los Apóstoles, fue su Espìritu quien habló por boca de los hombres que la escribieron. Contiene, pues, revelaciones muy elevadas y profundas, a veces difíciles de entender y de interpretar. Por ello, Jesús ha confiado a su Iglesia la misión de explicar y comentar estos Libros Sagrados. Es de pura lógica que la Iglesia, asistida por el Espíritu Santo, explique los libros que por Él mismo fueron inspirados. La Biblia, llamada también Sagrada Escritura, se divide en dos partes, que son: el Antiguo y el Nuevo Testamento.

El Antiguo Testamento comprende los Libros Sagrados escritos antes de la venida de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios. Estos libros son cuarenta y cinco y se clasifican en históricos, morales y proféticos.

Los libros históricos contienen todo aquello que hace referencia a la Historia del pueblo de Dios, y son veintiuno: el Génesis, u origen del mundo; el Éxodo, o salida de Egipto; el Levítico o libro del culto divino; los Números, o empadronamiento del pueblo de Dios; El Deuteronomio o nueva explicación de la ley ( la reunión de estos cinco libros, escritos por Moisés, forma el Pentateuco); los libros de Josué, de los Jueces y de Rut; los cuatro libros de los Reyes; los dos libros de los Paralipómenos o de las cosas omitidas; los dos libros de Esdras; los de Tobías, Judit y Ester; los dos de los Macabeos.

Los libros morales o didácticos contienen abundantes máximas santas y edificantes, y son los siguientes: Job, los Salmos, en su mayoría de David, los Proverbios, el Cantar de los Cantares, el Eclesiastés, la Sabiduría y el Eclesiástico.

Los libros proféticos contienen los escritos de los profetas, y son diecisiete: los libros de Isaías, de Jeremías con Baruc; las Lamentaciones de Jeremías, los libros de Ezequiel y de Daniel; los de Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.

El Nuevo Testamento comprende los Libros sagrados escritos con posterioridad al nacimiento de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios. Son veintisiete, y se dividen, como los del Antiguo Testamento, en históricos, morales, y un solo profético.

Son libros históricos, los Evangelios de San Mateo, San Marcos, San Lucas, y San Juan, y los Hechos de los Apóstoles, escritos por San Lucas. Los Evangelios contienen la narración sucinta de la vida, milagros y predicación de Jesús. En los Hechos de los Apóstoles se recoge una breve recopilación de lo que estos hicieron, sobre todo San Pedro y San Pablo, para dar a conocer el Evangelio por el mundo.

Los libros morales del Nuevo Testamento son veintiuna Epístolas o cartas escritas a diferentes Iglesias por los apóstoles San Pablo, Santiago, San Judas, San Pedro y San Juan.

El Nuevo Testamento sólo tiene un libro profético, que es el Apocalipsis o revelación, escrito por San Juan Evangelista.