Guardia Real, 1.500 hombres y mujeres al servicio de la Corona

«La gloria de ser fieles guardias del Rey. Mantened el espíritu alerta por ser los custodios del primer español».

De este modo concluye el himno de la Guardia Real que, compuesto en noviembre de 1976 por el comandante director de la Unidad de Música José López Calvo, se interpreta en todas las formaciones y paradas militares solemnes organizadas por esta singular unidad interejércitos compuesta por 1.500 efectivos (el 56% proceden del Ejército de Tierra, el 20% de la Armada, el 18% del Ejército del Aire y el 6% de los Cuerpos Comunes).

¿Su misión? «Proporcionar el servicio de guardia militar; rendir honores y dar escoltas solemnes a Su Majestad el Rey y a los miembros de su Real Familia que se determinen, prestando análogos servicios a los jefes de Estado extranjeros, cuando se ordene; y apoyar a la Casa de S.M. el Rey», tal y como nos instruye el capitán Manuel Fernández del Hoyo, responsable de Comunicación de la Guardia Real.

Junto a él, ABC es testigo desde dentro de uno de sus actos más reconocibles y admirados: el relevo solemne de la guardia en el Palacio Real de Madrid, que acontece el primer miércoles de cada mes (excepto enero, agosto y septiembre), y su preparación el día de antes en el acuartelamiento de El Pardo.

La guardia real Anna Solá es ayudada con su coraza, con la cifra de Felipe VI (FVI)
La guardia real Anna Solá es ayudada con su coraza, con la cifra de Felipe VI (FVI) – MATÍAS NIETO

Son cincuenta minutos de imponente espectáculo militar en el corazón de Madrid protagonizado por 400 guardias reales. Una de esos grandes momentos que sorprenden al visitante y permite el libre acceso a la plaza de la Armería, con la catedral de la Almudena a un lado y la fachada palaciega al otro.

Caballos de pura raza española (capa negra, torda o castaña), los enormes hispano-bretones que tiran de las piezas de artillería Schneider del año 1906, alabarderos, batidores, coraceros, gastadores, lanceros y guardias a pie. Todo ello en preciso ritual que tiene como antesala un carrusel a cargo del Escuadrón de Escolta Real, de la Batería Real o de la Unidad de Música o movimientos floreados por parte del Grupo de Honores, en función del turno.

El pasado miércoles el Escuadrón de Escolta Real fue el protagonista con 50 corceles pura raza española. Su capitán jefe, Fernando Navas, explica cómo ensayan los pasos del carrusel los martes y jueves sobre asfalto «para que salga perfecto»: «Un día como hoy la imagen del Escuadrón es la imagen de la Guardia Real». Los próximos relevos solemnes de la guardia en el Palacio Real están previstos para el 1 de abril, 6 de mayo, 3 de junio y 1 de julio si la agenda en el Palacio Real lo permite.

El capitán Navas ha cumplido ya una década de servicio en la Guardia Real tras servir en el Regimiento de Caballería Farnesio Nº12 del Ejército de Tierra. «Es un honor servir a España a través de la Corona», sentencia sereno cuando es interpelado sobre la particularidad de esta unidad militar nutrida por diferentes uefectivos de las Fuerzas Armadas.

Salida de la guardia tras el relevo
Salida de la guardia tras el relevo – MATÍAS NIETO

Aunque las monarquías hispano-godas tuvieron sus primeras guardias realies, el origen histórico de esta unidad se remonta a los atentados que sufrió el Rey Fernando el Católico en 1504 en Málaga y Barcelona, disponiéndose la creación de la «Guardia de Alabarderos de Ayora». «Vestían a la suiza con sayos medio colorados y medio blancos y portaban alabardas, arma de origen danés introducida en España por la infantería suiza al servicio de los Reyes Católicos durante la toma de Granada. Este es el origen de la Guardia Real, unidad que lleva más de 500 años al servicio de la Corona de una forma casi continuada, exceptuando los periodos interregnos», puntualiza el capitán Fernández del Hoyo, quien destaca la existencia de la Sala Histórica, museo que puede ser visitado en El Pardo. «Es la Guardia Real más antigua de Europa por delante de la mismísima Guardia Suiza Pontificia».

Cambio en el mando

Ya en la historia última de España, la Casa de S. M. el Rey fue creada en noviembre de 1975, instaurándose por orden del 31 de diciembre del mismo año el Regimiento de la Guardia Real; distintos decretos modifican su estructura, quedando finalmente establecido su nombre actual: Guardia Real.

Para ingresar en ella es necesario superar un riguroso proceso de selección que incluye, siempre, una entrevista personal. En 2019 se incorporaron 50 soldados del Ejército del Aire y 17 de Infantería de Marina formándose en el centro de formación de la propia Guardia Real.

El 13 de septiembre del pasado año el coronel Juan Manuel Salom recibió el mando de la Guardia Real de manos del coronel Eduardo Diz quien cumplió los tres años al frente de la unidad. En su toma de posesión, el coronel Salom, que entre otras unidades ha servido en La Legión o la Unidad Militar de Emergencias, destacó del ideario de la Guardia Real el punto primero de los cinco de que consta. «Nuestro honor»: «El honor de la Guardia Real es servir a nuestro Rey. Lo hacemos con lealtad a la Corona, extremada disciplina y absoluta lealtad».

Carga en la sala de corazas del acuartelamiento de El Pardo
Carga en la sala de corazas del acuartelamiento de El Pardo – MATÍAS NIETO

Los otros cuatro puntos son «Aportación a la misión», «Profesionalidad», «Compañerismo» o «Ciudadanía» (ser un español ejemplar es consustancial con ser guardia real. Cada uno de nosotros debe ser un ciudadano modelo).

Aunque el relevo solemne se celebre el miércoles, parte de los 400 efectivos comienzan con los trabajos previos el martes cuando se embarcan desde el cuartel de El Pardo las piezas históricas de artillería (Schneider 1906), el material de monta de caballos (cabezadas, monturas y material de enganche), material y ornamento de caballería (cascos, corazas, lanzas, sables y vestuario histórico). Tarea en la que tiene un papel fundamental la Agrupación de Transportes Nº1 del Ejército de Tierra.

Ya el miércoles, a partir de las seis y media de la mañana, embarcan los caballos en dos convoyes con dirección al Palacio Real de Madrid donde sobre las once de la mañana llegarán los primeros ciudadanos que quieren copar las posiciones más privilegiadas para observar el espectáculo.

Una de esas guardias reales partícipes es la coracera Anna Solá, quien se prepara para montar su caballo para el relevo solemne. «Para mí es un honor y un orgullo servir en la Guardia Real ya que somos pocos los que tenemos el privilegio de trabajar junto al Rey. Eso es lo que nos impulsa cada día a esforzarnos más y así poder llegar a la excelencia en el servicio». Según las cifras oficiales, las mujeres constituyen el 10 por ciento del total de los efectivos de la Guardia Real, «una cifra similar al resto de unidades de las Fuerzas Armadas».

Guardias reales recogen los sables y cascos, aquellos que portan el penacho rojo pertenecen a la banda de clarines y timbales
Guardias reales recogen los sables y cascos, aquellos que portan el penacho rojo pertenecen a la banda de clarines y timbales – MATÍAS NIETO

En tiempos de Alfonso XII y Alfonso XIII el relevo solemne en el Palacio Real se hacía a diario. Hoy esa tarea es imposible de efectuar, incluso una vez por semana, ya que implicaría paralizar las visitas de turistas al Palacio Real. Eso sí, todos los miércoles y sábados, a las once de la mañana, se puede asistir a un pequeño relevo en el lateral de la Plaza de Oriente.

El acto, tal como lo presenciamos hoy día, se retomó el 23 de noviembre de 1994 con el objetivo de acercar a todos los ciudadanos este importante capítulo de la historia militar al servicio de la Corona.

«Un plus de orgullo»

El comandante Rodrigo Fontenla es el responsable de la guardia entrante durante el relevo solemne del pasado miércoles. Tiene la responsabilidad de coordinar el desfile de sus efectivos. «Toda la unidad servimos a España y al Rey. Es un plus de orgullo servir en la Guardia Real», subraya al ser interpelado sobre su destino militar antes de iniciar el pasacalles por las inmediaciones, en la plaza de Oriente.

El relator del acto hace un repaso histórico a la Guardia Real antes del relevo. «Desde tiempos inmemoriales las reales personas han armado a un grupo de sus más fieles servidores para su protección y servicio…», comienza. Gardingos, «milites palatii», los Catafractos, los Monteros de Espinosa, los Alabarderos, los Archeros de Borgoña, las Guardias Tudescas o las Reales Guardias de Corps son algunas de las fuerzas que precedieron a la actual a lo largo de nuestra historia.

«Durante el siglo XX fue disuelta con la llegada de la Segunda República, aunque ésta conservó las corazas del Escuadrón de Escolta Real, e incluso su reglamento, para transformarlo en Escuadrón de Escolta Presidencial», informa el relator durante la alocución. Países como Francia incluso duplican con 3.300 efectivos los efectivos de la Guardia Real con su guardia republicana.

Cañón Schneider 75/28 de 1906, de la Guardia Real
Cañón Schneider 75/28 de 1906, de la Guardia Real – MATÍAS NIETO