La revolución del pimentón. El campo colapsa las carreteras de Extremadura: «El Coletas come lubina y los agricultores en la ruina»

Extremadura ha quedado colapsada durante la mañana de este miércoles. Doce carreteras y autovías (7 en la provincia de Badajoz y 5 en la de Cáceres) se han paralizado en una manifestación histórica del campo extremeño, donde no ha habido ningún tipo de incidentes y donde las mujeres agricultores han protagonizado la gran imagen del día, repartiendo envases de pimentón de la comarca de la Vera a los pacientes conductores que han aguantado con paciencia -y la mayoría con una sonrisa- los cortes de las vías (de unos 30 minutos aproximadamente).

En Berlanga (Badajoz) los manifestantes han hecho arder un tractor viejo, en desuso, para simbolizar la situación crítica del sector. La Delegación del Gobierno ha destacado que se han detectado «incumplimientos puntuales de las resoluciones pactadas con las organizaciones agrarias convocantes», aunque señala que «no se ha puesto en peligro la seguridad de las personas y bienes». Y es que se habían pactado cortes de carreteras de unos 10 minutos, aunque en algunas vías estos tiempos se han incrementado.

En algunos casos, las retenciones han sido kilométricas. En especial, los cortes han sorprendido en la frontera portuguesa en la autovía A-5, a la altura de Badajoz, donde hay un especial tránsito comercial en la zona entre ambos países.

Allí han acudido los antidisturbios ha desalojar la concentración a las 16.00, hora que se había pactado con anterioridad. Ha sido entonces cuando los tractores han comenzado a marcharse animados por los líderes agrarios. El desalojo se ha producido sin cargas.

En Navalmoral de la Mata (Cáceres), en el punto kilométrico 174, las organizaciones agrarias han dejado pasar a automóviles en circunstancias especiales (personas mayores o viajeros que transportaban hijos pequeños). Carmen viajaba desde Madrid a Chiclana (Cádiz), con su hermano y dos niños pequeños, que se han asustado por el lanzamiento de algunos petardos. Rápidamente la organización les ha dejado pasar, al igual que han ‘liberado’ a un coche fúnebre.

PROTESTAS

Cinco semanas después del brote de las protestas, en la feria Agroexpo de Don Benito (Badajoz), con una carga policial que dejó 19 heridos, y que hizo estallar el problema de fondo del sector agrario (los bajos precios que les ofrecen por sus productos y la subida de los costes de producción con el doble incremento del SMI), los agricultores siguen en pie de guerra.

Desde entonces, se quejaban hoy, el Gobierno de Pedro Sánchez no ha tomado una sola medida efectiva que calme los ánimos. Y las protestas se suceden día tras día en toda España, y más si la intervención del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, intermedia para echar todavía más gasolina a los representantes de los agricultores, a los que apartó «con nocturnidad y alevosía» de la reunión la semana pasada con la ministra de Trabajo.

Por eso, buena parte de las pancartas reivindicativas de hoy en toda la región extremeña estaban dedicadas al líder del Podemos: «El Coletas come lubina y los agricultores en la ruina», se podía leer en algún cartel colocado en los cientos de tractores que se han unido a la protesta. Porque el campo extremeño ha parado su producción hoy de manera prácticamente unánime.

El llamamiento ayer de las organizaciones agrarias (en concreto de Asaja) a que se no se trabajara hoy y que todos los trabajadores y productores agrarias fueran unidos a las concentraciones ha hecho efecto, y eso que en Extremadura el convenio laboral del campo lleva sin firmarse (precisamente por la doble subida del SMI) desde hace ya varios meses.

Pero hoy estaban todos unidos en unas protestas «pacíficas». «Ésta sí es la revolución de las sonrisas, no lo que nos contaban en Cataluña», se le escuchaba decir a Alfonso, un trabajador de Talayuela, donde se produce el 90% del tabaco de toda España. Las hojas de este producto también fueron protagonistas, depositadas en la carretera como símbolo de los bajos precios y el temor, además, de que la Unión Europea de, con sus recortes en los fondos agrarios, el golpe definitivo al campo.

CORTES

En Navalmoral de la Mata, en la A-5, se han concentrado aproximadamente unos 4.000 agricultores y ganaderos,(que portaban chalecos amarillos) y unos 200 tractores, para cortar la autovía mientras que en Almendralejo (Badajoz), la concentración ha superado las 5.000 personas y unos 1.200 tractores. Las organizaciones agrarias convocantes se han quejado de los límites impuestos por la Delegación del Gobierno.

«No nos han dejado acceder con más tractores», ha señalado Ángel García Blanco, presidente de Asaja Extremadura mientras que Juan Metidieri, presidente de Apag Extremadura, acusó ayer a la Delegación del Gobierno en Extremadura de «intentar amedrentar» a los agricultores: «Esta denuncia se basa en la actitud que están teniendo la Guardia Civil que de una forma ‘inusualmente elevada’ ha incrementado los controles de documentación y parada de vehículos en puntos estratégicos que están relacionados con los cortes de carretera».

García Blanco ha asegurado que «nuestro objetivos con estos cortes es conseguir que este gobierno incapaz e incompetente se siente a negociar para conseguir que los agricultores cobren precios del siglo XXI y no del XIX. Pedimos disculpas a los conductores por los cortes de carreteras pero tenemos la fuerza, pero no la fuerza de las porras que nos golpearon en Don Benito sino la fuerza de la razón para seguir viviendo en esta región que tanto queremos, porque de no ser así nos están obligando a emigrar fuera de Extremadura, no hay derecho a que nuestros pueblos se vacíen, así que vamos toda a una, y sentimos el cariño de toda la gente, incluso de los que han quedado retenidos en las carreteras extremeñas», ha señalado.

Por su parte, Ignacio Huertas, líder regional de UPA-UCE ha calificado como éxito las movilizaciones y ha destaco que «lo que tiene que servir esto es para denunciar la situación tan grave que está viviendo el campo extremeño y el campo español», así como para decirle al Gobierno español que este sector no puede «esperar más tiempo, que es necesario que se pongan medidas en marcha», ha defendido Huertas, para reivindicar en concreto medidas legislativas «que cambien la situación».