Pincha la huelga independentista y se refuerza la resistencia en los campus catalanes

La huelga indefinida convocada por el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (Sepc) en las universidades públicas catalanas en contra de la sentencia del «procés» pinchó en hueso en su primera jornada: apenas hubo seguimiento y en la mayoría de los campus imperó la normalidad.

La llamada a la insurrección lectiva por parte del sindicato independentista no logró vaciar las aulas y la actividad prosiguió con «práctica normalidad» en la mayoría de las facultades. Lo que amagaba con ser una batalla campal entre piquetes y estudiantes constitucionalistas, que bajo la plataforma S’ha Acabat ofrecieron su amparo a aquellos que no estaban dispuestos a sacrificar las clases por la causa secesionista, acabó en contados incidentes. Estos se concentraron en el campus de La Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), de Barcelona, donde un grupo de estudiantes encapuchados bloqueó el acceso al campus y se enfrentó a los que se oponían a la huelga, y en el de Manresa de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). En la Autónoma, un grupo de estudiantes cortó puntualmente la B-30, como en otras huelgas, pero la actividad prosiguió con total normalidad, según precisaron a ABC fuentes de este centro. En las universidades de Lérida (UdL) y Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, la actividad lectiva no se vio afectada. En la UB el paro sólo afectó a Bellas Artes. En la Universidad de Gerona (UdG) no hubo actividad al ser festivo.

Los momentos de máxima tensión de la jornada se vivieron en la UPF, donde un grupo de estudiantes intentó sortear las barricadas instaladas por los piquetes. En la refriega, Josep Lago, portavoz de S’ha Acabat, fue empujado por los partidarios del paro. Los manifestantes reclaman la evaluación única de sus estudios, para evitar perder parte del curso mientras mantienen las protestas. Un grupo de estos alumnos se reunió con el rector y éste accedió a sus demandas. También en la UdG el rectorado ha dado a los estudiantes esta concesión, mientras que en la UB y en la Politécnica (UPC) los estudiantes han llegado a acuerdos puntuales con los centros. La UAB se pronunciará hoy al respecto.

«Carta abierta»

Mientras los estudiantes «indepes» medían las fuerzas con los partidarios de ejercer su derecho a la educación, la resistencia antiindependentista en los campus se veía reforzada por un nutrido grupo de profesores dispuestos a alzar la voz contra las imposiciones nacionalistas. Más de 800 docentes de diferentes universidades públicas españolas han firmado una «carta abierta», dirigida a los rectores catalanes, en la que reprueban el manifiesto único pro-nacionalista suscrito por las universidades públicas catalanas, en el que reclaman la inmediata libertad de «las personas presas políticas injustamente condenadas o en prisión provisional» y cuestionaban al poder judicial.

En su carta abierta a los rectores, los colectivos Foro de Profesores y Universitaris per la Convivència, denuncian que el manifiesto de las universidades «constituye un bochornoso ataque al Poder Judicial, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, en general, a la democracia española», los firmantes apuntan tres razones para solicitar su inmediata retirada. En primer lugar, recuerdan que los órganos de gobierno de las universidades públicas «carecen de legitimidad moral para pronunciarse sobre cuestiones de orden político en nombre de las personas a las que representan».

En el mismo manifiesto advierten de igual forma que «el hecho de que una administración se exprese en nombre de todos sus miembros implica una evidente agresión a otro derecho fundamental, la libertad ideológica, protegida por el artículo 16 de la Constitución». Apuntan, de igual modo, que, a su juicio, «es incompatible con la misión de la Universidad tratar de contribuir a dibujar en la esfera pública un pensamiento único sobre cualquier tema, máxime cuando se trata de asuntos que generan una fuerte controversia social».