El director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, el teniente general Manuel Llamas, ha presidido este acto
La Guardia Civil ha mostrado este viernes su «perenne e inquebrantable» compromiso con Melilla, ciudad en la que tiene una presencia permanente desde hace 132 años, durante el solemne acto de entrega de la enseña nacional de la Ciudad Autónoma a la Comandancia.
El director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, el teniente general Manuel Llamas, ha presidido este acto, marcado por la incesante lluvia en la emblemática Plaza de Armas del recinto amurallado ante las principales autoridades civiles y militares de Melilla, donde el instituto armado ha recibido la bandera con una salva de honor disparada por la Legión.
Narcotráfico e inmigración ilegal
El DAO de la Guardia Civil ha puesto de manifiesto el compromiso profesional de los agentes destinados en Melilla al destacar su trabajo desarrollado contra el narcotráfico y la inmigración irregular, con «jornadas de horas infinitas en la valla, en los pasos fronterizos o el dique sur», frontera marítima con Marruecos.
Son «sacrificios y esfuerzos no siempre reconocidos ni comprendidos por quienes, ajenos a la compleja realidad melillense, enjuician gratuitamente el trabajo de la Guardia Civil desde injustos y simplistas tópicos, maniqueos, cuando no perjuicios o intereses inconfesables, siempre sin el más mínimo conocimiento de la realidad y la necesidad de este trabajo», ha afirmado.
También se ha referido a ello el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, que ha hecho entrega de la bandera a la madrina del acto, Laura López García, magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Melilla, para que ésta, a su vez, la entregara a la Comandancia de la Guardia Civil.
En su discurso, Imbroda ha reconocido y agradecido públicamente al instituto armado «el esfuerzo, el sacrificio, las penalidades y, muchas veces, las incomprensiones que han sufrido los miembros de la Comandancia en el control del perímetro fronterizo durante largos años», donde «no hace mucho tiempo fueron sometidos a las agresiones y presiones de miles de migrantes que pretendían violentarla».
«Soportaron lo insoportable y hubo escenas pavorosas de mareas humanas contra ellos, siempre cumpliendo la ley y con ejemplar espíritu de servicio», ha agregado el presidente melillense para reconocer el esfuerzo realizado «de forma ejemplar y con una gran carga de humanidad» hacia quienes lo necesitaron.
Imbroda se ha detenido en el caso del cabo Ferrón, que rescató a una migrante subsahariana embarazada y a su bebé de pocos meses del fondo del mar tras caer de una patera cuando estaban llegando a Melilla, un acto heroico por el que recibió la Medalla de Oro de la ciudad en 2012.
Pero también ha dedicado un «emocionado homenaje de gratitud y admiración» por los tres guardias civiles melillenses víctimas de ETA, Juan Antonio Díaz Román, Juan Ramón Joya Lago y Antonio Molina Martín.
Una ofrenda floral ha sido uno de los momentos más emotivos del acto, que se ha cerrado con un desfile de guardias civiles y legionarios ante las autoridades en el corazón del recinto amurallado de Melilla la Vieja.











