La imagen mariana que nació de una crisis matrimonial y el Papa Francisco popularizó

A través de María, «todos los nudos de nuestro corazón, cada nudo de nuestra conciencia se puede deshacer», dijo el Papa Francisco

En la residencia Casa Santa Marta, donde vivía el Papa Francisco, se encuentra colgado, al fondo de una de las estancias, el icono de la Virgen vestida de rojo y azul y sosteniendo una cinta anudada. Esta imagen es la de María Desatadora de Nudos. El origen de esta imagen devocional guarda una historia sobre un divorcio que nunca llegó a suceder, gracias a la intervención milagrosa de la Santísima Virgen María.

Era el año 1700 cuando el pintor alemán Johann Melchior Georg Schmittdner recibió un encargo para el altar de una familia noble llamada Langenmantel. Como tema escogió un evento que había ocurrido en dicha familia unos 85 años antes, y que era fundamental para su historia.

Según relata Richard Lenar, del Instituto Internacional Mariano de Investigación de la Universidad de Dayton, en 1612 el noble alemán Wolfgang Langenmantel y su esposa, Sophie Imoff, atravesaban una crisis matrimonial al borde del divorcio. Para salvar su matrimonio, Wolfgang buscó consejo del padre Jakob Rem, un sacerdote jesuita que vivía en el monasterio y la universidad de Ingolstadt, situada a 70 kilómetros al norte de Augsburgo.

Jakob Rem

Jakob Rem

A lo largo de 28 días, Wolfgang visitó al padre Rem cuatro veces y recibió consejo del santo sacerdote, conocido por su piedad y sabiduría, y que, según se creía, había experimentado una aparición de la Virgen María.

En cada reunión, ambos encomendaban a la Santísima Virgen María la situación del matrimonio Langenmantel. En su último encuentro, el 28 de septiembre de 1615 —detalla Lenar—, el padre Rem había estado rezando en la capilla del monasterio ante una imagen de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves.

Cuando ambos se encontraron, Wolfgang entregó su cinta nupcial al padre Rem. En la ceremonia matrimonial de aquel entonces y lugar, la dama de honor unía los brazos de los novios con una cinta para representar su unión invisible para el resto de sus vidas. Entonces, «en un solemne acto ritual, el padre Rem cogió la cinta nupcial de Wolfgang y la levantó, al tiempo que deshacía uno a uno los nudos de la cinta», explica el doctor en Teología.

«Cuando el padre Rem alisó la cinta, esta se volvió intensamente blanca. Gracias a este milagroso suceso, Wolfgang y Sophie pudieron evitar el divorcio y continuar su matrimonio», advierte.

Altar de la familia Langenmantel en la iglesia de San Pedro am Perlach de Augsburgo

Altar de la familia Langenmantel en la iglesia de San Pedro am Perlach de Augsburgo

Años más tarde, el nieto de Wolfgang, Hieronymus Ambrosius Langenmantel, sacerdote y doctor en Derecho Canónico, decidió donar un altar familiar a la iglesia de San Pedro am Perlach de Augsburgo en conmemoración del cambio de siglo en el año 1700. «Este tipo de donaciones eran una tradición común en la época», aclara Lenar en su artículo sobre la historia de la devoción a María Desatadora de Nudos.

El retablo original estaba dedicado a la Santísima Virgen del Buen Consejo, pero el padre Hieronymus quería que se representara la historia de la familia Langenmantel. Contactó, pues, con el pintor Johann Melchior Georg Schmittdner para encargarle un cuadro para dicho altar familiar.

María, Desatadora de Nudos

María, Desatadora de Nudos

El artista decidió inspirarse en la historia de Wolfgang, Sophie y el padre Rem. El resultado fue un cuadro en el que se representa a la Virgen María desatando los nudos de la cinta de la vida matrimonial. En su artículo, el teólogo explica el simbolismo que encierra la pintura:

«El aplastamiento de la serpiente ilustra que María es la Inmaculada Concepción, ya que ella, como exenta por gracia especial de toda mancha de pecado original, es la eterna adversaria de la serpiente. La paloma es una referencia a María como Esposa del Espíritu Santo. Los ángeles asisten a la Virgen: uno le presenta los nudos de nuestras vidas, mientras que otro ángel nos presenta la cinta, liberada de nudos. Debajo de María, el preocupado Wolfgang, acompañado por el arcángel Rafael, camina hacia un monasterio».

Aunque la referencia a María como desatadora de nudos se remonta a san Ireneo en el siglo II, según detalla Lenar, la devoción a esta Virgen se hizo popular en 1980, cuando el entonces arzobispo Jorge Mario Bergoglio la introdujo en Argentina. Ya como Papa, Francisco dijo en una audiencia de 2013 que los nudos son creados por la desobediencia y la incredulidad, que nos quitan la paz y la serenidad, haciendo referencia a la reflexión de san Ireneo, obispo de Lyon, al decir que «el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María».

En este sentido, el Papa Francisco aseguró: «¡Nada es imposible para la misericordia de Dios! Incluso los nudos más enredados se desatan con su gracia. Y María, cuyo ‘sí’ abrió la puerta para que Dios deshiciera el nudo de la antigua desobediencia, es la Madre que con paciencia y amor nos lleva a Dios, para que Él, con su paterna misericordia, desenrede los nudos de nuestra alma».

Asimismo, indicó que a través de María «todos los nudos de nuestro corazón, de nuestra conciencia pueden deshacerse». Y animó a pedir a la Virgen que «nos lleve de la mano como Madre, nuestra Madre, al abrazo de nuestro Padre, el Padre de las misericordias».