El Gobierno vació en mayo una presa que ayudaba a extinguir incendios: «Se han cargado un ecosistema entero»

Según ha declarado Julián Calzas Escribano, alcalde de Alcollarín, a El Debate, el principal valor de este embalse era «ser el primero en Extremadura en importancia ornitológica, y uno de los tres o cuatro más relevantes de España en este ámbito»

La primera semana de este mayo de 2025, la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) y el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) procedieron al vaciado del embalse de Alcollarín, una presa ubicada en la provincia de Cáceres que en los incendios que asolaron en la región en el año 2021 sirvió como abastecimiento de los hidroaviones de extinción.

Según consta en la Plataforma de Contratación del Estado, el vaciado de este embalse se enmarca en las actuaciones para el control de la especie invasora Pseudorasbora parva en el embalse de Alcollarín, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que fue adjudicado por más de un millón de euros a Ingeniería y Diseños Técnicos (SAU).

Tal y como reza la aprobación técnica del proyecto, el objetivo principal de esta medida es la prevención de la dispersión de la especie como consecuencia de la explotación del embalse y la disminución de las poblaciones presentes en el mismo, mediante artes pasivas y activas de pesca y en la instalación de barreras que limiten el paso de la especie aguas abajo del muro de presa.

Según ha declarado Julián Calzas Escribano, alcalde de Alcollarín, a El Debate, «se han cargado un ecosistema entero», ya que el principal valor de este embalse era «ser el primero en Extremadura en importancia ornitológica, y uno de los tres o cuatro más relevantes de España en este ámbito, que no es cualquier cosa. Que se haya vaciado de manera unilateral puede servir para eliminar el pez invasor, sí, pero también ha supuesto destruir un ecosistema entero», señala.

Por otro lado, el primer edil de la localidad advierte de que «el embalse solo puede llenarse con la lluvia. Si viene un año lluvioso, se llenará; si no, no. No dependemos de ningún otro pantano, canal o fuente de abastecimiento, únicamente del agua de lluvia», apunta.

Peces muertos en el embalse de Alcollarín

Peces muertos en el embalse de Alcollarín Paco Castañares

«Entendemos que el problema del pez invasor es real, no lo ponemos en duda. Lo que sí cuestionamos es la forma en que se ha actuado. Además, conviene aclarar que todo este asunto ha sido impulsado por la sociedad civil. En verano nos visita mucha gente y aparecieron muchos peces muertos en la orilla. La gente comenzó a grabar vídeos y difundirlos en redes sociales. Yo mismo era consciente de que el embalse se estaba vaciando desde el 16 de mayo. Ha sido, en definitiva, la voz del pueblo, que ha visto cómo se vaciaba el pantano con un motivo, cuando menos, extraño», expresa en conversación con este medio.

Otro de los ámbitos en los que afecta el vaciado del embalse de Alcollarín es en materia económica, ya que el Consistorio presentó en Fitur el pantano como un destino turístico, sin saber que el Gobierno central iba a decretar su vaciado. «El Ayuntamiento hizo un esfuerzo económico en promoción, en reuniones con operadores y medios. En ese sentido, sí echamos en falta una compensación. Representábamos un destino turístico que ya no existe», lamenta.

Por otro lado, recientemente, se produjo la apertura de un chiringuito a orillas del pantano, el cual también va a ver su actividad económica afectada. . «Habíamos adjudicado un chiringuito –un bar restaurante precioso en la orilla– y ahora no tiene sentido. Creo que no se ha valorado el perjuicio económico frente al supuesto beneficio ambiental. Va a afectar económicamente a las dos chicas que gestionaban el bar del pantano, y también a empresas vinculadas al turismo de naturaleza: guías, turoperadores, actividades de birdwatching. La hostelería será la más perjudicada, de manera directa, y el turismo de naturaleza de la zona, de forma indirecta», denuncia Calzas.

El resultado del vaciado de la presa es el contrario al que buscada el Ministerio de Transición Ecológica, ya que actualmente el embalse se encuentra vacío y su lecho está cubierto de peces muertos. Por otro lado, la falta de agua ha expulsado a muchas aves acuáticas que habían convertido el lugar en un refugio estable. Como consecuencia, se han perdido tanto la pesca recreativa como el turismo de observación, lo que representa un fuerte revés para la economía de la zona.