Un penalti desde el VAR en el descuento por mano de Sergio da un merecido empate al Zaragoza en el feudo del líder en un partido jugado con personalidad y que supone un claro paso para la salvación
El Zaragoza volvió a exhibir capacidad de reacción y llega muy vivo a un tramo final donde le falta muy poco para salvarse, con siete puntos de renta a falta de que termine la jornada y con 15 por jugarse
El empate del Real Zaragoza en Butarque fue tan merecido como con suspense, aunque el valor sí que no admite discusión, un punto que es mucho más que eso, de oro, un tesoro en el campo de un líder Leganés con pocos argumentos pero líder al fin y al cabo y que pagó su racanería tras anotar el gol Miguel al inicio de la segunda parte para que el Zaragoza, que siempre estuvo metido en el pleito, sellara un punto que de momento, y a falta de lo que suceda en el final de la actual jornada, le aleja a 7 cuando restan 15 por jugarse, una distancia que requiere de un último empujón, pero que es muy valiosa casi definitiva a falta de cinco citas de esta larga y mediocre campaña.
El encuentro, intenso, aunque sin demasiado ritmo, y marcado por el viento, se decidió en el último suspiro. El Leganés, con un partido de su estilo, sabiendo sus armas y su capacidad defensiva, manejó el duelo intentando que no pasara nada en la segunda parte tras adelantarse y, cuando tantas veces le había favorecido el VAR, esta vez una clara mano de Sergio a remate de Valera le supuso la condena gracias a la frialdad de ejecutor de Maikel Mesa. Víctor solventa las dos salidas seguidas, a Huesca y a Leganés, y el difícil calendario con una renta positiva que le aproxima a la orilla de la mediocre meta de la permanencia.
Pero, por encima de resultados, este Zaragoza transmite capacidad de respuesta, está vivo y muestra una energía que le hace acreedor de los puntos que suma. Y el de Butarque fue merecido y justo. Ni el más acérrimo hincha del Leganés lo puede discutir, porque Diego Conde le sacó dos grandes remates a Toni Moya y Maikel Mesa falló una a puerta vacía.
No sorprendió Víctor al repetir el dibujo con tres centrales con Jair situándose en el eje entre Francés y Lluís y con Zedadka en el costado izquierdo para que el Zaragoza se afilara con Adrián Liso y Azón en ataque y con Aguado, Moya y Maikel Mesa en la sala de máquinas ante un rival con idéntico dibujo, con tres centrales, al incrustar a Chicco en el eje, y con varias novedades en el once de Borja Jiménez.
El Zaragoza se situó con mucho orden desde el inicio en Butarque, con las líneas muy juntas y con un repliegue bajo que le hacía divisar muy de lejos a Diego Conde, si bien el rival tampoco se lanzó al ataque a la desesperada. No es un líder el Leganés de avasallar al rival y el partido no tardó en ser difícil de masticar, aunque una buena acción de Cissé la anuló Fran Gámez cuando Miguel armaba el disparo y Maikel Mesa, de cabeza, en una falta de Toni Moya también avisó. La mejor oportunidad zaragocista en la primera parte, o casi la única, fue un cabezazo de Azón a centro lejano de Gámez. Al Zaragoza le costaba enlazar peligro en las zonas decisivas, pese a los movimientos de Liso y Azón, aunque Badía también vivía una tarde muy plácida ya que solo Zedadka por el carril de Miramón y las entradas de Juan Cruz sufría de forma tímida.
Susto antes del descanso
Con Marc Aguado al mando en el medio y la zaga bien asentada, el Zaragoza veía pasar los minutos sin apuros y hasta amenazó con una combinación entre Marc y Liso tras un robo que acabó con un disparo flojo del aún juvenil. Con todo, el único momento de peligro del Lega llegó en el descuento, cuando una falta le llegó a Cissé y Gámez tocó lo justo para que el centrocampista y todo Butarque pidieran un ajustado penalti mientras Arambarri se sacó un fuerte disparo que rechazó con apuros Badía.
La segunda parte, con Jaume Grau por un tocado Marc Aguado, empezó con la peor noticia para el Zaragoza, con un envío del recién salido Dani Raba, poco presionado por Grau, en el que Miguel, uno de los mejores delanteros de Segunda, se anticipó a un blando Lluís López y Badía no pudo rechazar el cabezazo para que llegara el gol local en el 56 y la sensación de que el partido se ponía demasiado cuesta arriba. No se amilanó el Zaragoza, otro de los logros de Víctor en su revitalización, y Diego Conde le sacó un peligroso remate a Toni Moya y el Zaragoza vivía más cerca del área rival para que Bakis, perdido de nuevo, y Valera entraran por Liso y Zedadka al campo buscando más profundidad y llegada. Lo que no era fácil ante un rival que defendía con mucho orden y sobriedad, pero muy cerca de su portería. Lo que siempre es peligroso.
El VAR y un penalti justo
El Zaragoza se hizo dueño del balón, con buena capacidad en la asociación y con Moya omnipresente, que se giró en una acción que repelió Conde y que Maikel Mesa falló de manera increíble, aunque Brasanac rozó aprovechar un nuevo error de Lluís López. Víctor sacó a Cortés en el tramo final y Valera, en un disparo en la frontal, provocó la mano de Sergio, Gorostegui avisó a Arcediano y Mesa, con la frialdad que le caracteriza, firmó un gol en el descuento con sabor a salvación.