Sánchez vende la ampliación de la desaladora clave en Alicante en plena guerra Page-Mazón

Acuamed licita la ampliación de Torrevieja para producir un 50% más. Mazón, que NO fue invitado al acto, dice que es «un error» no hablar de trasvases. La portavoz manchega: «No pueden gastar tanta agua»

El Consejo de Ministros autorizó la obra el pasado mes de diciembre, pero este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escenificó en persona la apuesta de su Ejecutivo por el proyecto de ampliación de la capacidad de la desaladora de Torrevieja, que suministra a la provincia de Alicante y parte de Murcia. Lo hizo con una visita oficial a la planta operada por la empresa estatal Acuamed en pleno rifirrafe de declaraciones entre los gobiernos castellano-manchego y valenciano por el trasvase Tajo-Segura y con la polémica del fondo del aporte de agua en barco a Barcelona desde Sagunto.

Sánchez vendió que, una vez culminada la obra, valorada en 108 millones de euros, la desaladora alicantina elevará un 50% su capacidad de producción, desde 80 hm³/año a 120 hm³/año, y permitirá la «mejora de acuíferos de agua de riego, donde utilizar agua desalinizada y la sustitución de recursos hídricos». El uso de energía solar para dotarla de las necesidades de electricidad permitirá también, según aseguró, reducir el precio del agua desalada, más cara que la de caudal de río, en unos cuatro céntimos por metro cúbico. El proyecto contempla la instalación de una planta fotovoltaica.

El desplazamiento a Torrevieja, en un acto al que no fue invitado el presidente de la Generalitat, el popular Carlos Mazón, se produce en un pico de tensión con el Gobierno de Castilla-La Mancha que preside Emiliano García-Page y en vísperas de la reunión que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, prevé mantener con el barón conservador. Este encuentro se producirá a instancias de Mazón después de haber optado por un perfil no beligerante en la decisión de Ribera de emplear la desaladora de Sagunto para mandar agua por barco a Barcelona a partir de junio con el fin de paliar las restricciones por la sequía. El presidente valenciano quiere convencer a la ministra de que reconsidere los caudales ecológicos incorporados por ley al trasvase Tajo-Segura. Según sostiene, son «caudales ideológicos» y no obedecen a razones técnicas. Hay varias sentencias de Tribunal Supremo que obligaban a fijarlos, aunque sin especificar volúmenes.

Este miércoles, Sánchez también defendía la solidaridad entre territorios para abordar los problemas de abastecimiento, pero enfocando las soluciones en la desalinización. «Si una parte de nuestro país sufre las consecuencias de la sequía, al final lo estamos sufriendo todos. Si una parte ve con angustia cómo se vacían los embalses, todas las administraciones tenemos la obligación de responder como el gran país que es España, y debemos hacerlo con solidaridad», manifestó.

La planta de Torrevieja ha funcionado hasta ahora por debajo de su capacidad actual de producción

Por la mañana, la portavoz de la Junta de Castilla-La Mancha, Esther Padilla, aseguraba que la Comunidad Valenciana y Murcia «no puede gastar tanta agua» y que están regando «por encima de sus posibilidades a costa de un río que se agota». «Mazón pide que no se aumenten los caudales (ecológicos) como si fuera una decisión que se quiere tomar para aumentar y para perjudicarles», según afirmó en declaraciones recogidas por Europa Press, para añadir que estos caudales ecológicos no se aumentan, sino que se estableció que su aplicación sería progresiva.

No obstante, durante la tramitación de los planes del Tajo y el Segura, la Generalitat Valenciana, entonces en manos del socialista Ximo Puig, reclamó que los caudales pudieran revisarse en función de la ejecución de las inversiones de mejora programadas en los planes de cuenca, algo a lo que el ministerio se negó. La Administración valenciana ha recurrido judicialmente la aplicación de los caudales, pero por ahora el Tribunal Supremo ha negado la suspensión cautelar.

Mazón, que no ha ocultado su malestar por una visita unilateral de Sánchez a la planta de la estatal Acuamed en Torrevieja en la que el protocolo de la Moncloa le ha dejado fuera, difundió una declaración institucional en la que calificó de «error» dejar fuera del debate los trasvases. «Es un error venir al sur de la provincia de Alicante y no decir ni una sola palear del trasvase Tajo-Segura. Es un error hablar de solidaridad cuando estamos mandando más agua a Portugal de la que se necesita. Hablar de planificación hídrica en base solo a la desalinización nos hace menos sostenibles», indicó. «Es un error medioambiental usar el parche de las desaladoras», abundó.

La desaladora de Torrevieja es una de las que más producción de agua registra de las que conforman la red de Acuamed en la costa mediterránea, pero ha funcionado siempre por debajo de sus posibilidades de generación. El año de mayor aportación al sistema fue en 2022, con casi 64 hectómetros cúbicos sobre una capacidad instalada de 80. El año pasado, hasta el mes de abril, último dato aportado por Acuamed, la producción había sido de 20,11 hm3.