El FC Barcelona, condenado a pagar 23 millones por irregularidades en el IRPF

El Barcelona ha sido condenado a pagar 23 millones de euros por el IRPF derivado de las retribuciones a los agentes de los futbolistas entre los años 2012 a 2015.

El auto sostiene que las retribuciones pagadas por el equipo presidido por Joan Laporta a los agentes de los jugadores en ese período de tiempo, dado que éstos prestan sus servicios a los futbolistas y no directamente al club, tienen la naturaleza de rendimientos de trabajo y están sujetos a retención en el momento del abono, por lo que la entidad está obligada a ingresar la correspondiente retención.

El Barcelona, por su parte, sostiene que los importes abonados a los agentes contratados por el club corresponden a la retribución acordada por sus servicios prestados a la entidad deportiva y, en este sentido, no cabe imputar como retribución de los jugadores las cuantías que corresponden a prestaciones de servicios al club.

Sin embargo, la sección cuarta de la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional no ha admitido el recurso presentado por el club, y esta mañana ha confirmado la resolución del Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC) del año 2020 por la que se imponía la sanción al Barcelona.

En su resolución, la Sala de lo Contencioso detalla los fundamentos que respaldan su afirmación de que ha habido simulación. La Inspección ha constatado que los pagos efectuados por el Club se realizaron en nombre y por cuenta de los deportistas, quienes son los destinatarios reales de los servicios proporcionados por los agentes. A pesar de esto, se crea la apariencia de que los agentes están prestando un servicio encomendado por el Club o actuando en representación del mismo, sin que haya pruebas que respalden esta afirmación. Los documentos del expediente contradicen esta representación, ya que indican que los agentes representan a los jugadores y actúan en su interés. La Inspección concluye que la relación formalizada entre el FCB y los agentes solo sirve para encubrir los pagos realizados por el Club a los jugadores. La Sala comparte esta apreciación.