Los presupuestos de 2024: pero y esto… ¿quién lo paga?

Azcón llegará a sus 100 primeros días de Gobierno con un ramillete de anuncios y los presupuestos sobre la mesa gracias a un techo de gasto récord por la financiación autonómica

Jorge Azcón se propuso llegar a los 100 días en el Gobierno con sus primeros presupuestos bajo el brazo y con un ramillete de grandes anuncios sobre la mesa. Lo conseguirá pese a haber demorado su investidura hasta la segunda semana de agosto, la más tardía de la historia aragonesa. El 20 de noviembre la oposición dará por finiquitado el tradicional periodo de tregua que se concede a los nuevos inquilinos del Pignatelli y se lanzará a arrebatarle el timón del relato. 

Azcón podrá presumir desde mañana de unas cuentas elaboradas en tiempo récord con carácter «expansivo» que recogen partidas para promesas electorales como el Plan Pirineos (75 milones en su primera fase), la renovación del plan integral de Carreteras, la modificación del tranporte sanitario urgente y la aportación de 20 millones el año que viene (otros 20 hasta 2028) para impulsar el nuevo estadio La RomaredaPorque sí: los grandes anuncios, como en los grandes eventos, se los queda Azcón. Además, habrá por primera vez partidas destinadas ex profeso a la despoblación (contarán con 23 millones) y Sanidad, EducaciónBienestar Social o Medio Ambiente subirán todas cerca del 10%.

Es la carta de presentación del gobierno de coalición de derechas, que a golpe de anuncio e inversión se distancia de la contención del gasto que identificaba otros gobiernos conservadores, como el de Luisa Fernanda Rudi, que tuvo que ejecutar además los recortes tras la crisis de 2008. Bien lo sabe el Consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro, hoy el director de orquesta de los presupuestos de la comunidad como responsable de Hacienda, que antes fue el Consejero de Presidencia de la única presidenta que ha tenido Aragón.

Dicen, eso sí, que no ha sido nada fácil cerrar las cuentas, puesto que ha llevado un esfuerzo considerable engrasar la maquinaria de un nuevo Gobierno de Aragón donde las áreas cambiaban. En lo que refiere a la parte popular del Gobierno de Aragón, los directores generales y los consejeros han visitado, llamado y bombardeado a mensajes al consejero y al presidente. Es normal: todos quieren rascar un poquito más y eso se nota en los abordajes por los pasillos de las Cortes, donde las ideas cogen el eco de la Aljafería. Incluso este fin de semana se han terminado de cerrar algunos flecos.

Ayuda a sostener la idea un techo de gasto histórico que alcanza los 7.500 millones de euros, que eleva en 621 las cuentas de este curso. Y aún así, aseguran desde Hacienda que el presupuesto de 2024 se ha elaborado con «una enorme cautela», dado que se ha realizado en base a las previsiones medias (tiene un estrato optimista, otro pesimista y la vía de en medio) de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Así que la pregunta es evidente: ¿de dónde sale todo este dinero?

Las pistas llegan por el techo de gasto de récord, que se eleva hasta los 7.523 millones de euros y solo es posible gracias a los casi 716 millones de más que llegan desde Madrid gracias a las mayores recaudaciones fruto de la inflación () y que se reparten en base a la financiación autonómica. Por contra, las rebajas fiscales anunciadas por Azcón (mermará la recaudación de Aragón en una suma de 58 millones hasta 2028, según la Airef) se contrapondrán con el nuevo impuesto a las renovables, ideado por el Gobierno de Lambánque llevará casi 50 millones a las arcas públicas. Estas son las claves del incremento presupuestario en Aragón.

Trabajo hecho, pues, desde Hacienda, el departamento que primero se confeccionó por la premura de los plazos –estaba cerrado la primera semana de septiembre– y que ahora debería poder tomar asiento tras elevar las cuantías de casi todas las áreas del Gobierno de Aragón gracias a esos 621 millones de euros extra. Sin embargo, hay voces que llaman a la prudencia. «Todos tenemos más dinero y el presupuesto es bueno porque deja contenta a mucha gente, pero eso solo significa más trabajo para el consejero de turno. Ahora toca lo importante, que es ejecutarlo, y ahí viene donde hay que cumplir», señalan voces del equipo de gobierno. Sea pues.