Alcaraz se regala otra final en Madrid, en su veinte cumpleaños

El murciano peleará por su segundo triunfo en el Mutua Madrid Open consecutivo tras otra clase de contención y control ante Borna Coric (6-4 y 6-3 en 1 hora 40 minutos). 20 victorias consecutivas en España, 28 de 30 en este 2023

Hasta Bjorn Borg quiso ver de primera mano cómo era sentir de cerca a Carlos Alcaraz. Presente en la grada, el once veces campeón de Grand Slams (6 Roland Garros y 5 Wimbledon) asistió a un partido más en el que es el murciano quien tiene el mando del juego. Borna Coric, como todos los demás en esta semana, lo ha intentado. Pero el final es el mismo: Carlos Alcaraz dirige, los demás aceptan la mayor. Ahora mismo, es el límite de todas las cosas en el tenis. En su veinte cumpleaños, se regala la segunda final consecutiva en el Mutua Madrid Open.

MUTUA MADRID OPEN

SEMIFINALES

  • Carlos Alcaraz
6 6
  • Borna Coric
4 3

En un circuito sin jerarquía, ausentes Rafa Nadal, que se ha dado de baja también de Roma, y Novak Djokovic, la clase media se reivindica. En este Mutua Madrid Open, Aslan Karatsev, 121 del mundo, desde la previa hasta semifinales. También allí Jan-Lennard Struff, eliminado en la previa y repescado después. Y también Borna Coric, 26 años, 20 del mundo. Un 2021 en barbecho por el hombro, cinco derrotas consecutivas antes de llegar a Madrid. De sopetón, cinco victorias consecutivas antes del reto de los retos.

Y todos hacen lo que pueden ante el murciano. Como hizo Emil Ruusuvuori, que fue muchísimo. Como hizo Karen Khachanov, que fue bastante. Un primer set hasta un despiste; un segundo set hasta el truco de escapismo: un revés, una dejada, para levantarse del bloqueo mental.

Como lo hace Coric en la semifinal, que fue lo que pudo.

Hay buen mano, pero no con el nivel de la de Alcaraz. Ni por potencia ni por habilidad. Hay un saque estupendo, propio de la época, y hasta hay ímpetu para leer los servicios y las dejadas ajenas. Un logro enorme. Hay buen revés, cruzado sobre todo, con el que intenta apartar al murciano de su zona de confort, alejarlo sobre todo de esa posición en la que apoya su brazo, su hombro, su corazón y su alma para descerrajar la derecha. Pero si el paralelo que funciona en los cuatro primeros juegos, entra en barrena, y no se aprovecha una bola de break, Alcaraz sube las revoluciones.

Dos errores del croata, dos «alcarazadas», como ante Khachanov: una dejada, una derecha y es break. Coric, como todos, aguanta lo que le deja Alcaraz. Cuatro juegos. 32 minutos.

Es verdad que el croata no ha perdido el tenis y sigue ahí un rato más, valiente y con orgullo. El Coric de los tres títulos, el que fue 12 del mundo, el que aspiraba a todo, el que incluso ganó a Roger Federer en Halle, torneo que el suizo ganó en diez ocasiones. Sigue un rato ahí. Es una hora de primer set, aplauso mayúsculo dado lo poco que regala el español cuando está a tope.

A pesar de perder el primer parcial, reñido, una hora para diez juegos, Coric sigue ahí. Incluso perdido el primer turno de saque en el segundo capítulo, que recupera a la siguiente. Se ha fajado el croata en torneos de categoría inferior en este renacimiento como para saber qué cuesta llegar hasta aquí. Y también que es posible volver a triunfar. Apenas dos meses después de ganar un challenger, se coronó en el Masters 1.000 de Cincinnati.

Hasta que Alcaraz quiere. El español es como una lesión en el hombro, la que sufrió el croata y lo dejó varios meses fuera del circuito en 2021, porque Alcaraz en ebullición es incapacitante. Te deja clavado. Preguntándote por qué a ti cuando lo has hecho todo bien, incluso un poco más.

«Sé que si estoy bien físicamente, los rivales lo tienen difícil», aceptaba el murciano. «Me iba repitiendo ‘estoy hecho un toro, estoy hecho un toro'», dijo después. Y a pesar de algunas molestias tras el partido inicial, llega a la última ronda con todo de cara, más serio que nunca, más entregado que nunca, más crecido que nunca, 20 años de un tenista completo. Que hace y deshace a su antojo. Porque así se leen sus partidos, que dependen de él incluso cuando el rival se piensa que no.

Coric también se pensó que recuperando el break todo volvía a igualarse. Pero este Alcaraz ya era otro, incluso a pesar de las dobles faltas. Porque a Coric le faltan piernas para llegar a las dejadas a las que antes llegaba. Porque Alcaraz encuentra su sitio para clavar el puñal de la derecha.

Y con ella toma el control y acelera. Una hora el primer set, 40 minutos el segundo. La derecha dirige, la cabeza domina, el rival se inclina. Otro más.

No se escucha ni un «vamos, Rafa» hoy. Ya se ha hecho suficiente hueco como para no depender de nadie. Tampoco en Madrid. Y ya marca su propia tradición. Soplar velas en la Manolo Santana. Son 20 años solo, pero ya hay hitos que celebra hasta Borg. Son 20 años solo, pero ya son 20 triunfos consecutivos en España, 28 de 30 en este 2023. El deseo de cumpleaños se cumple. Jugará la final del Mutua Madrid Open. Segunda consecutiva. Alcaraz manda.