El vídeo de Ancelotti que llegó al corazón: «Falta una remontada más»

Seguramente les pasó a ustedes, ilustres lectores, como le ocurrió a un servidor y, a medio planeta. A las 22.45 de la noche, los grupos de wasap estaban inundados de sentencias tan atrevidas como ‘se acabó la magia’, ‘no siempre hay flor’, ‘el cupo de suerte se ha acabado’ y un largo etcétera de reflexiones que ya habían eliminado al Real Madrid. Recibí uno de ellos que me impactó. Mi amigo Chechu y su hijo Alejandro, de 11 años, se habían ido en el minuto 86 del campo. Craso error, impropio de uno de los madridistas más optimistas que conozco. En el taxi camino de casa, su retoño se echó a llorar con el segundo tanto de Rodrygo.

La prórroga la vivieron ya desde su domicilio. No era lo mismo, pero el embrujo del Bernabéu es tan insospechado que incluso puede pillar a contrapié hasta al madridista de mayor fe.

«¿Explicación? Este es un club que no te permite bajar los brazos cuando parece que todo ha terminado», analizaba Ancelotti. «Un día se me va a parar el corazón. Otra noche histórica. Pasó lo que tantas veces ha pasado en este estadio. Un gol transforma todo. Es un orgullo el espíritu de este equipo. Cuando las circunstancias eran más adversas le ha dado la vuelta a la eliminatoria contra un equipo muy poderoso», razonaba Butragueño, aún con risa floja de los nervios acumulados y la tensión vivida.

Ancelotti, a por su cuarta

El director de Relaciones Institucionales del club blanco reveló que en el palco muchos asistentes hablaban de estar viviendo una absoluta locura. Entre ellos Djokovic, Badosa, Alcaraz y Rafa Nadal, que salió literalmente sudando del Bernabéu. Estuvo inteligente el tenista balear solicitando estrenarse en el Mutua Madrid Open en el turno de tarde. Olfato de campeón, como lo tiene Ancelotti, que puede ganar su cuarta Champions en París y hacer historia. Sería el entrenador con más orejonas, superando a Zidane y Bob Paisley: «En el momento que todo parecía que se acababa hemos buscado la última energía para igualarlo. Y cuando eres capaz de hacer algo así en los últimos minutos tienes una ventaja psicológica muy grande. Me pasó en contra en la final del Milán contra el Liverpool en 2005». Con cinco, es ya el técnico con más finales de Champions sobre sus hombros.

El italiano tocó la fibra de los jugadores antes del inicio de partido. Le puso un vídeo con las ocho remontadas del equipo esta temporada, dos de ellas de sobra conocidas ante PSG y Chelsea. El vídeo habrá que actualizarlo: «Ahora le falta una remontada», comentó con media sonrisa para luego aclarar que esta noche no habría puro, a la vez que mostraba cariño hacia sus jugadores: «Yo no fumo puros, era solo una foto con mis amigos porque estos jugadores son mis amigos».

Hay muchas claves en una noche así. Una de ellas, sin duda, el gigante nivel de los seis cambios que introdujo Carletto sobre el verde: «Hay que felicitar a todos los suplentes. Han entrado muy bien», dijo Casemiro. «Camavinga, con la edad que tiene, ha demostrado una madurez y responsabilidad envidiable. Rodrygo ha sido decisivo. Primer gol de inteligencia y segundo de gran cabezazo», explicó Butragueño. El propio brasileño seguía en una nube una hora después de la finalización de la gesta: «Después de mi primer gol empezamos a creer, pero no tengo palabras para explicarlo. Mi versión de Champions es lo que soy y espero que siga así».

Otro doble interruptor fue el balón que sacó en la línea Mendy en el 87 y el milagroso pie de Courtois en el 88, a disparo de Grealish: «¿Análisis? Real MadridEl 1-1 fue un click. No quiero decir que ellos estuvieran cagados, pero sí que todo era posible. Y con el 2-1 los vimos muertos».

Así estaba metafóricamente Guardiola. Sexto año en el City y sexta ocasión en la que no ganará la Champions: «En el 89, mi experiencia me decía que no estábamos en la final, pero sí muy cerca. ¿Si merecíamos más? Es lo que hay. Es un golpe duro… No sé si me falta el broche de la Champions. Estamos aún aquí, soy feliz, y ya veremos en el futuro», dijo un lacónico Pep, que en esta ocasión dejó a un lado su vena antipática de la ida y mandó un mensaje señor a los dos candidatos al título: «Felicitar al Madrid y al Liverpool y que tengan una buena final».