Un centenar de universitarios piden en Zaragoza mantener los exámenes de septiembre

Al grito «cueste lo que cueste, los septiembres se defienden», un centenar de universitarios han pedido este miércoles en Zaragoza que no se modifiquen las fechas de los exámenes extraordinarios. A pesar de la lluvia, los estudiantes de la Universidad de Zaragoza se han concentrado en el edificio Interfacultades del campus San Francisco y han recorrido Gran Vía hasta llegar al edificio Paraninfo.

«Creemos que eliminar los septiembres lo único que van a facilitar es la precarización de la educación del alumnado porque va a dificultar la conciliación social, familiar y laboral de las personas que se ven obligadas a estudiar mientras estudian», ha defendido este miércoles en la concentración Diego Ferreruela, portavoz de Precarias Unizar, convocantes de la protesta. A eso se suma, ha asegurado, que «se van a multiplicar las segundas y tercera matrículas y eso va a suponer que la universidad sea menos accesible».

La Universidad de Zaragoza defiende hasta por cinco razones (acceso a másteres, al mercado laboral y a becas, facilidades para los Erasmus y mejores resultados académicos) que es necesario eliminar los septiembres y hacer las pruebas en junio o julio, sin embargo, los estudiantes insisten en que es necesario un referéndum vinculante para que se apruebe la propuesta.

El cambio de la convocatoria extraordinaria se vota este jueves en Consejo de Gobierno de la entidad académica y los alumnos reclaman que se aplace o se suspenda para que pueda celebrarse una consulta como se hizo en 2014. «Tenemos el apoyo de muchos colectivos y vamos a replicar las manifestaciones de hace 8 años en las que si que se consiguió un referéndum pactado con la Universidad. Creemos que con estas movilizaciones conseguiremos algo», ha sostenido Ferreruela.

Clases por la tarde

Los estudiantes también protestan por el posible recorte de los turnos de tarde que se plantea en el plan de ahorro energético de la entidad académica y que consideran perjudicará a los alumnos que trabajan por las mañanas y van a clase a partir de las 15.00. Aunque el propio rector del campus público, José Antonio Mayoral, ha garantizado que se mantendrá el turno de tarde, los alumnos temen que el horario se adelante en muchos casos de las 15.00 a las 13.00, lo que dificultaría una jornada laboral matinal, y en otros se concentren las clases vespertinas en un puñado de edificios y con ello se cierren bibliotecas y otros servicios.