La semana de Felipe y Letizia: premios, Ucrania y SAMUR

Retomamos nuestro repaso semanal a la semana de los reyes Felipe y Letizia, que esta semana ha estado cargada de actos importantes. Después de ir al funeral en memoria de los fallecidos en el hundimiento del pesquero gallego Villa de Pitanxo, el lunes Felipe y Letizia se desplazaron a Valencia para entregar los Premios Nacionales de Innovación y Diseño. Hay que decir que esta vez Zarzuela (¡por fin!) ha pasado, no solo la cita de los premiados, sino una breve explicación de cada uno de ellos (¡bien!). Lo ha hecho en la página web de la Casa Real y (¡oh, sorpresa!) los ha destacado en Twitter. Es un paso adelante que aplaudimos.

Vayamos ahora al acto en sí: lamentablemente, todo fue rígido, protocolario y algo frío. Últimamente los reyes estaban aprovechando este tipo de actos para hablar con los premiados de manera más distendida, sobre todo con los jóvenes, lo que estaba muy bien. Aquí se optó por un formato estrictamente institucional, lo que restó agilidad al acto. El discurso del Rey tampoco ayudó en exceso: estuvo bien, muy bien, la nueva referencia a Ucrania y se agradeció la brevedad de las palabras (midió bien el tiempo), pero Felipe volvió a las frases recargadas y las perífrasis imposibles que no quieren decir nada. Es una pena: últimamente, sus discursos habían mejorado mucho.

Aniversario del SAMUR

Sigamos. El martes 22, los Reyes presidieron el acto conmemorativo del XXX aniversario del SAMUR en el Palacio de Cibeles. Un acto que sirvió, no solo para celebrar la efeméride (el AMUR comenzó con 170 profesionales y ahora cuenta con 900, además de 1.100 voluntarios de Protección Civil), sino para poner de relieve el trabajo que presta este servicio hoy en día, un servicio de referencia en Europa. Dos datos que me ha gustado que la Casa Real destacase: primero, que el SAMUR fue el primer servicio de emergencias en incorporar en sus unidades tecnologías como desfibriladores, analíticas y ecografías; y segundo, que el SAMUR ha conseguido una supervivencia en paradas cardíacas sin secuelas del 21% y del 91% de los pacientes críticos a siete días, lo que dicho así puede no decir mucho, pero significa que salvan vidas. Y que las salvan en condiciones extremas.

Los Reyes primero visitaron una exposición sobre los vehículos históricos, luego hablaron por radio con una unidad móvil del SAMUR y más tarde se procedió al acto institucional en sí, con discursos de autoridades y foto de grupo. Lo mejor: la interacción de los reyes con la gente, profesionales y voluntarios, que estaban presentes. Muy bien, sobre todo, que en el momento de hacerse la foto conjunta y comenzaran los aplausos, se giraran y aplaudiesen a los profesionales (¡muy bien!). Estuvo bien, también, que hablasen por radio. Ojalá hicieran más cosas así, más dinámicas, simpáticas y originales.

Vamos al discurso del Rey. Es el mejor comienzo de un discurso que le recuerdo: el primer minuto, que normalmente Felipe lo dedica a leer una lista interminable de cargos institucionales, aquí lo aprovechó para hacer referencia a la presencia de múltiples instituciones, porque las crisis no entienden de distinciones ideológicas (¡muy bien!). Bien también el tono, más dialogante y menos encorsetado, como si fuera un diálogo, que es de lo que se trata. Lástima de algunas frases engominadas (lo de «vuestra celeridad y pericia» quedó recargado) y lástima, sobre todo, que no hiciera una referencia explícita al que seguramente fue el momento más duro y doloroso de la historia del SAMUR: el 11-M. Hubiese estado bien haber hecho un apunte. Y hubiese sido para nota si hubiese puesto algunos nombres de los profesionales que aquel día atendieron a las víctimas y los heridos.

Con la Cruz Roja y Ucrania

El miércoles 23 de marzo, los Reyes visitaron la célula de crisis sobre Ucrania de la Cruz Roja Española, un dispositivo especial para coordinar la operación de asistencia a los refugiados ucranianos que llegan a España. Felipe y Letizia están dando muestras continuas de solidaridad con el pueblo ucraniano (recordemos la blusa de Letizia o el discurso del Rey durante el Mobile World Congress) y está muy bien que se hayan pasado por este centro. Sobre todo, ha sido un acierto que se haya enfocado el acto como una reunión de trabajo, con reuniones con los responsables y explicaciones in situ. Por cierto, por lo que he visto en el vídeo que ha facilitado Casa Real, el trabajo que está haciendo la Cruz Roja es impresionante: ya han atendido a 14.591 personas. Me hubiese gustado que la Casa Real hubiese destacado más esta cifra.

Premio de Economía

El rey Felipe se desplazó luego al palacio del Pardo para mantener varias audiencias y luego presidió la entrega del XVIII Premio de Economía Rey de España, un premio que fue instituido en 1986 por la Fundación José Celma Prieto con el fin de «reconocer la trayectoria científica y profesional de personalidades españolas y latinoamericanas en el ámbito de la economía». El premiado en esta ocasión fue Manuel Arellano González, que ha trabajado en la universidad de Oxford y en la London School of Economics y ahora ejerce como presidente del Comité Científico y Técnico de la Agencia Estatal de Investigación y es profesor de econometría en el Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI). También ha sido editor o co-editor de algunas de las revistas académicas más prestigiosas a nivel internacional, como la Review of Economic Studies, y es famoso por haber contribuido al desarrollo de herramientas matemáticas (sobre todo, estadísticas) para medir mejor la evolución de la economía.

El acto fue puramente institucional –y algo serio, todo hay que decirlo–, pero en este caso, tratándose de un evento académico, me parece lo normal.

Letizia con el Tour del Talento

El viernes, el Rey siguió con audiencias y Letizia se fue a Guadalajara para dar el Premio Fundación Princesa de Girona en la categoría de empresa, un premio que distingue a jóvenes de entre 16 y 35 años que han destacado por sus iniciativas emprendedoras. He de decir que es de las veces que mejor he visto a Letizia en un acto: habló y preguntó a los jóvenes, interactuó bastante con los presentes (por fin le oímos decir algo más que buenos días) y se mostró interesada por lo que veía y oía. Todo un acierto.