Casado carga contra «la arrogancia, mentiras e incompetencia» de Sánchez y desmonta su optimismo

GRAF9433. MADRID, 10/11/2021.- El líder del Partido Popular, Pablo Casado durante su intervención en el Congreso este miércoles durante la sesión de control al Gobierno para informar del último Consejo Europeo, centrado en la crisis energética, y someterse a las preguntas de la oposición en un momento en el que el Gobierno tiene ya encauzados los presupuestos de 2022. EFE/ Emilio Naranjo

«España va mejor», arrancaba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evocando aquel «España va bien» de José María Aznar. «Vamos muy mal, señor Sánchez», le ha corregido el líder de la oposición, Pablo Casado, en su réplica. Este miércoles, el jefe del Ejecutivo comparecía para informar de la Cumbre Unión Europea (UE)-Balcanes Occidentales y del último Consejo Europeo de los pasados 21 y 22 de octubre. De nuevo, como es habitual, el secretario general del PSOE ha optado por un discurso triunfalista en el que ha encumbrado su propia gestión de la pandemia del coronavirus y la recuperación económica tras el paso del Covid-19.

Un optimismo que ha chocado frontalmente con el diagnóstico de Casado, quien ha descrito una situación preocupante, con unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) «ruinosos y radicales» que, según él, abocarán a España a una deuda desorbitada y difícilmente asumible.

Si Sánchez ha presumido de la campaña de vacunación en España, actualmente uno de los países con la menor tasa de incidencia acumulada de coronavirus, Casado le ha recordado que ha habido «120.000 muertos que ni siquiera reconoce». Una cifra que convierte a España, según el presidente del PP, en el país con mayor número de fallecidos en relación a su población.

Casado, además, ha recordado a Sánchez que el Tribunal Constitucional declaró la inconstitucionalidad de los dos estados de alarma que decretó Sánchez a nivel nacional para atajar el avance del virus. El primero, por suspender derechos fundamentales y no limitarlos, para lo que habría sido necesario un estado de excepción; el segundo, porque la prórroga de seis meses hurtó al Congreso de los Diputados el necesario control al Ejecutivo recogido en la Constitución.

La intervención de Sánchez, ha atizado Casado, ha estado plagada de su «arrogancia, mentiras e incompetencia». Un ataque con el que el líder de la oposición ha querido combatir desde el principio el escenario idílico dibujado por el presidente del Gobierno. Le ha acusado de «un cesarismo» sin precedentes en la democracia española, de abusar de la figura del real decreto ley -van 108 bajo el Gobierno de Sánchez-, de presumir de gestión «con 120.000 muertos» y de no asumir ninguna responsabilidad tras los varapalos del Constitucional.

«¿Qué ha hecho por la vacunación además de poner una pegatina? ¡Si han traído las vacunas las autoridades europeas y la han suministrado las comunidades autónomas!», ha apostillado Casado, crítico también con la delegación en los Gobiernos autonómicos durante el segundo estado de alarma, algo que también enjuició el órgano de garantías español.

Sánchez también ha reivindicado las medidas socialdemócratas para salir de esta crisis frente a las «neoliberales» que se adoptaron frente a la crisis financiera del 2008; lo que le ha valido un nuevo reproche de Casado por su «cinismo»: «¡Usted votó la congelación de las pensiones, votó el recorte del sueldo de los funcionarios un cinco por ciento, recortó en ayudas a la maternidad y dependencia…».

Respecto a la situación económica, Casado ha cuestionado la «recuperación en V» que prometía el Gobierno al inicio de la pandemia y ha subrayado que los indicadores económicos prevén un incremento del PIB del cinco por ciento y no del 9,8 que planteó el Ejecutivo para la redacción de los Presupuestos. Asimismo, ha alertado del nivel de deuda que alcanzará España: 420.000 millones de euros. «¿Eso es recuperación justa?», se ha preguntado Casado, quien ha criticado al PSOE que intente «cuadrar a martillazos» las cuentas «empobreciendo a los españoles».

Como ejemplo ha puesto a los jóvenes españoles, con desempleo récord en la Unión Europea. Según la OCDE, ha remarcado Casado, solo Costa Rica tiene mayor paro juvenil entre los países del «mundo desarrollado». La inflación duplica la de Italia, ha continuado Casado, mientras Arnaldo Otegi, socio de Sánchez, habla de excarcelar a doscientos presos etarras para apoyar los Presupuestos. «Deje de ser la oveja negra en Europa. Si no quiere modernizar España para salir de la crisis, ya vendremos nosotros a hacerlo por tercera vez en la historia después de la quiebra de un Gobierno socialista», ha remachado Casado.

A él le ha seguido el líder de Vox, Santiago Abascal, cuyo discurso ha tenido tintes de negacionismo y conspiración. Ha criticado la hipocresía de los líderes mundiales en Glasgow, en la cumbre del clima, por acudir en aviones privados a la cita cuando le piden a la población que evite el uso de este transporte por su alta contaminación -argumento en el que ha coincidido, por cierto, con ERC-. Abascal ha puesto en duda que la solución al calentamiento global sea «la agenda totalitaria y globalista» que, según él, atenta contra la soberanía nacional y la diversidad cultural.

De nuevo, Abascal ha arremetido contra la inmigración ilegal -ha llegado a decir que el Gobierno la importa mientras los jóvenes españoles están en sus casas sin trabajar- y le ha preguntado a Sánchez cuál es su plan para combatir la crisis de suministros. «La Agenda 2030 funciona para los progres como una religión de sustitución», ha atizado, mientras ponía en duda la descarbonización y los impuestos a los combustibles fósiles, entre otras cosas, porque según él lo que se consigue es llevar la producción a países más contaminantes y menos respetuosos con el medio ambiente. «Supongo que nuestro plan es comprar energía nuclear a Francia», ha ironizado, tras alabar la decisión del presidente francés, Emmanuel Macron, de abrir reactores nucleares por primera vez en décadas.

Abascal, con reiterados reproches a la agenda feminista del Gobierno y a sus políticas en inmigración, ha exigido a Sánchez que proteja los empleos de los españoles y la seguridad de los barrios, tras lo que ha anunciado la presentación de una ley de nacionalidad.