La oposición carga contra la «falta de respeto» de Sánchez al Congreso al no quedarse a las réplicas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acudido finalmente este jueves al Congreso donde se celebra el debate sobre la prórroga del estado de alarma. Sin embargo, no solo ha mantenido su delegación en el ministro de Sanidad, Salvador Illa, para la defensa de esta herramienta excepcional limitándose a mero espectador sino que ni siquiera se ha quedado a escuchar el debate completo y las razones de la oposición. Esa misma a la que ayer mismo pidió un apoyo sin fisuras.

El jefe del Gobierno se ha levantado a los tres cuartos de hora de la sesión cuando Illa terminó su discurso y cuando la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, se preparaba para dar la palabra a la oposición. El primero en intervenir tras Illa ha sido el presidente del PP, Pablo Casado. La portavoz socialista, Adriana Lastra, ha bajado al escaño de Sánchez para ocuparlo temporalmente.

Esta actuación ha provocado el reproche generalizado de la oposición. Casado se ha repetidamente durante su intervención al «presidente ausente» echándole en cara que «hoy no haya dado la cara». «¡Qué envidia observar a Ángela Merkel y Macron dirigiéndose de forma breve y concisa para decir que lideran la respuesta a la pandemia del coronavirus!», añadió, mientras el líder de Vox calificó a Sánchez de «emperador» y «tirano en prácticas».

Por su parte, la presidenta de CiudadanosInés Arrimadas, ha denunciado que «hoy no tenemos al presidente del Gobierno». «Solo faltaba que la señora Calvo pusiera el bolso para recordar otro momento lamentable de nuestro país«, ha añadido. «No tiene sentido que pida usted el estado de alarma señor Illa. ¿Por qué viene usted y no puede venir un presidente del Gobierno que puede hablar de todas las categorías?», preguntó.

La portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, ha denunciado que al presidente del Gobierno «ni está ni se le espera» y que «la sensación es que ha dicho: ahora ocúpense ustedes y nos vemos en seis meses». «Merkel hubiera venido a pedirlo a las fuerzas políticas. No solo es una falta de respeto a los diputados sino a los ciudadanos», reprochó, mientras el diputado de Navarra Suma, Sergio Sayas, consideró la actuación de Sánchez como «un acto de indecencia y cobardía impresentable».

En línea similar, la portavoz de Junts, Laura Borràs, ha tachado la actuación de Sánchez de «falta de respeto» al Parlamento, en tanto que el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha considerado que «no es presentable que lo tengamos (a Pedro Sánchez) cuando hacemos la pella del domingo y que no lo tengamos aquí (en el Congreso) cuando toca». El diputado de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca, habló de «desprecio» al Parlamento y acusó al Gobierno de «regatear el control parlamentario para que Sánchez esquive dar explicaciones durante esta crisis».

El único argumento que viene ofreciendo La Moncloa estos días para intentar justificar la delegación de Sánchez en Illa es la existencia de una reunión telemática a las 18:30 horas con el resto de los socios europeos. Una cita de carácter informal y que empezará varias horas después de que termine el debate en el Congreso.

El político valenciano ha saludado la rectificación del Gobierno al aceptar que el líder socialista comparezca cada dos meses pero ha considerado insuficiente esta periodicidad y ha reclamado que rinda cuentas cada mes. Ha asegurado que si fuera Mariano Rajoy el que se sentara en el banco azul así se le exigiría y ha dicho «no entender» que se aplique otra vara de medir a Sánchez. La propuesta de una comparecencia cada dos meses partió de ERC.

España, en emergencia

En su intervención, Illa ha advertido que España se encuentra en una «situación de emergencia» para justificar la extensión de la prórroga del estado de alarma hasta el 9 de mayo con una revisión por las comunidades autónomas el 9 de marzo. Salvo Canarias, todos los territorios presentan una situación epidemiológica de riesgo alto o muy alto que, a diferencia de lo que sucedió en marzo, se puede ver agravada por razones estacionales.

Todo ello hace preciso, según el ministro, el establecimiento de un marco jurídico estable que permita implementar todas las medidas que sean necesarias para volver a controlar el virus, como en verano. Un objetivo que no podrá alcanzarse a corto plazo. El político catalán ha admitido que España no podrá alcanzar la inmunidad de grupo durante los próximos meses por las dificultades de fabricación y distribución de una vacuna segura a la mayoría de la población.

Por todo ello, ha adelantado que este año «tendremos unas fiestas distintas a las que nos tendremos que adaptar» y que el invierno será «largo».