José Luis Aguirre: «Una ventaja para afrontar esta crisis es la solidez actual del sistema financiero»

¿Cómo se vive en Ibercaja una crisis como ésta?

Ibercaja es un banco que no olvida sus orígenes y, fiel a ese espíritu de caja de ahorros, trabaja siempre para ayudar a la sociedad. Por eso, ante esta pandemia, nuestro objetivo principal es contribuir a que tenga el menor impacto posible. Como siempre, colaborando con las instituciones, atendiendo las normas y recomendaciones que promueven, aportando nuestra profesionalidad y nuestra capacidad de servicio. Por un lado, aportaremos lo que esté a nuestro alcance para superar esta dolorosa crisis de salud, como estamos haciendo con la plataforma ‘Vamos Zaragoza’, por ejemplo, para proteger al colectivo de personas mayores vulnerables. Y cuando esto pase, para que el impacto económico negativo sea el menor posible en particulares y empresas. No tengan duda de que haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudar. Hacia adentro, en Ibercaja, seguimos ejerciendo nuestra responsabilidad con serenidad y templanza. El real decreto del estado de alarma ha incluido a los bancos como ‘servicios necesarios’ y nosotros cumplimos con nuestra función, de manera que todo el mundo cobre la nómina o la pensión, pueda realizar sus pagos y cobros, o sacar dinero del cajero.

¿Qué cambios de organización ha realizado la entidad para seguir funcionando en estas circunstancias?

En Ibercaja, un Comité directivo de Continuidad vela por preservar la salud de empleados y clientes y, a la vez, prestar nuestros servicios. En la sede central hemos generalizado el teletrabajo hasta el máximo posible; en oficinas, hemos establecido equipos que rotan trabajo presencial y teletrabajo y hemos adoptado todas las medidas de protección y prevención de riesgos de empleados y clientes en todas nuestras instalaciones. Este mantenimiento del servicio, como en otros sectores que están al pie del cañón, especialmente nuestros sanitarios y fuerzas de seguridad, supone un gran esfuerzo para nuestros profesionales. Nuestros empleados, como todo el mundo, también sufren en estas circunstancias, pero desempeñan su tarea con compromiso y profesionalidad.

Una de las principales preocupaciones de la gente es la gestión de su dinero y de su patrimonio. ¿Qué mensaje quiere transmitir en nombre de Ibercaja Banco a la sociedad?

Es verdad que no hemos conocido una crisis como ésta, al menos por su naturaleza sanitaria y por su alcance global. Y es la primera vez en muchas décadas en la que existe preocupación por nuestra salud y también por nuestra economía. No obstante, ésta no es ni la primera ni la última crisis económica que vamos a afrontar y superar. Tenemos aún bastante reciente la iniciada en 2008, que tampoco fue nada sencilla para la gestión del patrimonio financiero e inmobiliario de las familias. Por eso, hay dos principales recomendaciones para coyunturas complejas como la actual: tranquilidad y asesoramiento experto antes de tomar decisiones. Si tomamos decisiones ‘en caliente’ y/o desinformadas, la probabilidad de equivocarnos es muy elevada. Igual que desde el punto de vista de la salud hemos depositado nuestra confianza en la comunidad médica y científica, desde el punto de vista del dinero, lo más adecuado es confiar en quienes te han atendido siempre.

¿Qué medidas concretas ha adoptado Ibercaja para apoyar a sus clientes en este escenario, por ejemplo en pensiones o el pago de sus hipotecas?

Respecto a los particulares, las pensiones ya fueron ingresadas el pasado día 25 y se han arbitrado incluso medidas como facilitar que familiares autorizados puedan llevar el dinero a sus mayores, para que éstos no tengan que salir de casa. Y por supuesto vamos a aplicar las medidas del real decreto respecto a los pagos de las hipotecas de las familias que van a sufrir una merma grave de sus ingresos. Respecto a las empresas, aplicaremos las líneas de financiación abiertas por el Estado para facilitar a las pymes y autónomos viables el dar continuidad a sus empresas, a pesar del tremendo bache que van afrontar muchas de ellas en los próximos meses. Vamos a poner toda la carne en el asador para ayudar a salir cuanto antes de esta crisis y, después, para que la recuperación sea lo más rápida e integradora posible.

¿Cree que el paquete económico del Gobierno será suficiente para ayudar a que las empresas superen los efectos de este parón y sigan adelante?

Las coordenadas son tan extraordinarias que las medidas, como hemos visto, también lo son. Esperamos que ayuden a superar esta encrucijada. Desde luego, apuntan en la dirección adecuada: flexibilidad para ajustar temporalmente plantillas sin perder empleo, financiación para cubrir las pérdidas de facturación y para arrancar de nuevo cuando sea el momento… Sin embargo, para saber si son suficientes o no, aún no tenemos la visibilidad necesaria.

¿Entrará España en recesión?

La incertidumbre sobre la duración y el alcance de esta situación hacen muy complicado ofrecer estimaciones fiables sobre el impacto económico de la pandemia. Pero parece claro el riesgo de recesión global para este año, con un serio desplome de la actividad en el segundo trimestre. Y España, en plena globalización, no va a ser ajena a esta previsible recesión internacional. Lo que todos desearíamos es que fuera breve y que la recuperación empiece lo antes posible. La nula visibilidad presente y la falta de antecedentes similares dificultan los pronósticos. De entre los tres escenarios posibles, L (crisis prolongada), U (‘valle’ de varios trimestres) y V (inmediata tras la estabilización sanitaria)… ojalá sea la V y sea solo un doloroso paréntesis.

¿Cómo cree que saldremos de esta crisis, mejor que la de 2008-12?

Con independencia del ritmo de recuperación, esta pandemia traerá cambios estructurales en todos los ámbitos de la economía internacional. Y nos obligará a todos a hacer una profunda reflexión sobre nuestra estructura económica. Tendremos que redefinir los sectores estratégicos y recuperar actividades industriales críticas que ahora hemos cedido solo por la variable del coste/unidad. Y también diversificar las relaciones comerciales que eviten desabastecimientos vitales, en productos estratégicos como país, como los que estamos sufriendo en la actualidad. Una ‘ventaja’ para afrontar esta crisis es la solidez actual del sistema financiero, frente a la debilidad de capital y liquidez con la que muchos operadores abordaron la recesión de hace diez años.

¿Qué aprenderemos de todo esto?

Como decía, creo que todos coincidimos en que vamos a asistir a cambios estructurales en lo económico, pero también en lo social. Y considero que iremos a mejor, a una sociedad más colaborativa, más transparente y más exigente en el sentido positivo de la palabra. La globalización económica continuará, no puede ser de otra manera, pero no debe regirse solo por los costes. En lo político, Europa debe ser más Europa y las relaciones con China y EE. UU. no basarlas solo en el comercio y el turismo, sino en la cooperación. Ya hemos visto lo débiles que eran las fronteras. Cuando íbamos disparados hacia un mundo virtual, se ha impuesto el tangible. Todos debemos hacer una reflexión sobre si el mundo que estábamos construyendo, caracterizado por el denominador ‘más’, no deberíamos cambiarlo para que el denominador fuera ‘mejor’.

Los cajeros y un ‘grifo’ del crédito más abierto a las empresas

Atiende José Luis Aguirre a este diario vía audioconferencia, obligado por las circunstancias actuales, decidido a ser muy claro en un mensaje que transmitiría de igual manera en una entrevista presencial. Reconoce lo extraordinario de la situación que vivimos y asume la responsabilidad que tiene un banco como Ibercaja para ayudar a personas y empresas a superar la crisis económica que se produce como consecuencia de la sanitaria, causada por la pandemia del coronavirus.

Ibercaja, reseña, está dando facilidades a pensionistas y a quienes acuden a los cajeros que no son de la entidad pero sí de la CECA, donde pueden sacar dinero sin que se les cobre una comisión. Para empresas y autónomos, añade, el ‘grifo’ del crédito estará más abierto que durante la crisis iniciada en 2008. «Los avales proporcionados por el Estado (a través del ICO) facilitarán en gran medida que las entidades bancarias podamos asumir los riesgos de las operaciones que nos vayan planteando los clientes y así evitar cierres de actividades que, a largo plazo, son perfectamente sostenibles», afirma en ese sentido.