Pablo Casado acelera la refundición de la derecha: «Las diferencias con Vox y Cs son las menos importantes»

No hay grietas en la oposición de PP, Vox y Ciudadanos a la investidura de Pedro Sánchez. A los tres les parece una afrenta a la Constitución. No es que se haya conformado un frente común de manera premeditada o pactada, sino que las tres formaciones han pasado a considerarse a sí mismas como los únicas «constitucionalistas» nacionales.

Y Pablo Casado, que ya lidera la oposición, quiere capitanear también el reagrupamiento del electorado de centro y derecha en pos del objetivo común de la defensa de España. Es decir, para impedir «el cambio de régimen» que, a su juicio, está pergeñando Pedro Sánchez junto a sus «socios» separatistas.

Y hoy, un día después de la investidura, Casado se ha puesto ya manos a la obra. «Ahora mismo el PP tiene que aglutinar toda la moderación y toda la centralidad un espacio enorme que ha quedado huérfano en España, que son los que han votado centro y derecha y los que han votado» al PSOE y han sido engañados, ha apuntado el presidente de los populares en la cadena Cope. Y, desde esa confluencia, servir a los españoles de «dique de contención» al Gobierno. «Ahora mismo las diferencias con Vox o Cs o UPN son las menos importantes», ha atajado.

«Sánchez no va a poder ni reformar la Constitución, porque depende de nuestros votos para hacerlo y no se los vamos a dar, no va a poder modificar los estatutos de autonomía porque los recurriremos directamente al Constitucional, y no va a poder hacer ningún tipo de discrecionalidad entre territorios que dependan de nosotros», ha añadido. «Lo que ayer se votó es que un ciudadano, por ser de Palencia o por ser de Elche, va a tener menos derechos que un ciudadano por ser de Cataluña«. Ha asegurado que va a intentar «que este gobierno dure lo menos posible».

Más fácil con Ciudadanos

Ese proceso de «refundición» es el que aparece en el horizonte de la legislatura para los populares, que ven más necesario que antes que se produzca de nuevo el aglutinamiento del electorado que completó en los 90 José María Aznar. Pero ahora, con la urgencia y la gravedad que Sánchez le ha conferido a la operación, opinan en Génova.

En el caso de Ciudadanos, creen que los matices que los diferencian ya son tan escasos que podrán llevar a cabo la confluencia antes de las siguientes elecciones. En el de Vox, las distancias han aumentado, pero el PP cree que ahora se abre el tiempo de recuperar al electorado en torno a una idea más importante que los programas: la defensa de la soberanía de todos los españoles, sin parcelaciones.

«La relación con los otros partidos es buena», ha dicho en relación a ellos, pero también hay «discrepancias», sobre todo con Vox.