Esmail Qaani, nuevo enemigo número uno de EE.UU.

El Líder Supremo, Alí Jamenei, movió ficha con rapidez y a las pocas de horas de conocer la noticia del asesinato de Qassem Suleimani en un ataque estadounidense en Bagdad nombró al general de brigada Esmail Qaani como su sustituto. Qaani, de 61 años, era hasta ahora el número dos de la Fuerza Quds, cuerpo encargado de las operaciones en el exterior de la Guardia Revolucionaria iraní. Siempre a la sombra de Suleimani, es también veterano de la guerra con Irak en los ochenta y en los últimos años ha jugado un papel clave en las operaciones en suelo iraquí, libanés y sirio. La responsabilidad que recae en sus manos es enorme debido al peso de su antecesor, a quien el Líder consideraba «un mártir en vida de la revolución». El propio Jamenei difundió una fotografía suya junto a Qaani tras anunciar el nombramiento y asegurar que la misión de la Fuerza Quds «no cambiará». Además de Suleimani, en el ataque de la madrugada de viernes fallecieron además otros cuatro altos cargos iraníes como el general Husei Yafari, el coronel Shahroud Mozafari, el mayor Hadi Taromi y el capitán Vahid Zamanian, según recogieron los medios del país.

Quien para Washington era un «terrorista», para las autoridades de Irán o Irak es un «símbolo de la lucha» contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), según la definición del primer ministro de Irak, Abdul Mahdi. Esta lucha contra el EI es la que sacó a Suleimani del anonimato, de la sombra permanente en la que vivía hasta 2014 y le convirtió en un símbolo nacional y en azote de los yihadistas. Qaani, que ha sido una pieza clave en el papel de la Fuerza Quds en los combates contra el EI, en Irak y Siria, y en la estrategia de defensa del presidente sirio, Bashar Al Assad, según diferentes analistas, pasa a ahora a estar en el punto de mira de Estados Unidos o Israel como responsable de la extensa red de grupos aliados y milicias leales a Teherán en todo Oriente Medio.