El PSOE aguanta el pulso: mantiene la coalición con Unidas Podemos, negociará con ERC y verá a Bildu

El PSOE aguanta el pulso. Adriana Lastra, cara visible del equipo negociador del PSOE para la investidura, que ha comparecido después de semanas de silencio, ha dejado muy claro que los socialistas no van a cambiar el rumbo pese a la presión del PP y, sobre todo, de Ciudadanos, que le exige que renuncie a su acuerdo con Unidas Podemos para intentar un plan b que no dependa de los votos de ERC. Los socialistas siguen adelante con el plan a, intentarán convencer a ERC —aunque insisten en no dar ningún detalle de la negociación— e incluso mantendrán por primera vez una reunión con Bildu, que podría también abstenerse, y con la CUP.

El PSOE no camina pues en la dirección de buscar un plan alternativo con el PP y Ciudadanos, sino en la de lograr la investidura alrededor de la mayoría que hizo la moción de censura a Mariano Rajoy en junio de 2018. Y está dispuesto a asumir el coste político de la negociación con ERC y de la foto con Bildu, un asunto siempre delicado. Hasta ahora los socialistas se habían negado a cualquier reunión con la izquierda abertzale que lidera Arnaldo Otegi. La buena noticia es que Vox, a los que el PSOE había incluido en la ronda de consultas que dirigirá Adriana Lastra con el argumento de que iba a ver a todos los grupos, ha decidido no acudir, con lo que la portavoz socialista se ahorra el trago. “Estoy desolada”, bromeó Lastra.

Los socialistas siguen negociando con ERC para tenerlo todo listo cuando el fin de semana los republicanos hayan superado su semana más difícil —pendientes de varias decisiones judiciales importantes y el congreso del partido— y estén en condiciones de tomar la decisión definitiva. Ahí se podría cerrar la investidura para los últimos días de diciembre, algo que cada vez se ve más difícil, o dejarlo para enero y seguir negociando el complejo documento que marcará el “diálogo para buscar una solución al conflicto político en Cataluña” y que ambos grupos no logran cerrar.

Lastra, que está rehuyendo a la prensa desde hace semanas y pidió en varias ocasiones “comprensión” por el silencio, confía en que sus votantes y sus militantes entiendan esta ausencia de explicaciones. “El acuerdo, de darse, será público, sujeto a la seguridad jurídica, a las normas, a la ley, por lo tanto a la Constitución. En lo que está todo el PSOE es en que este país pueda tener un Gobierno cuanto antes”, sentenció. El PSOE cuida mucho sus palabras porque está en plena negociación. “Seguridad jurídica” es una especie de sustituto de “Constitución” que estaba en la negociación para evitar fricciones, pero la portavoz ha sumado las dos ideas en la misma frase. “El proceso negociador tiene que ser discreto; trabajamos para que la negociación termine bien, seguiremos siendo muy cuidadosos”, ha insistido.

La idea más importante que Lastra quiere trasladar al PSOE, a los votantes y a las personas que puedan estar inquietas por la negociación con ERC, que llega después de meses en los que Pedro Sánchez estuvo insistiendo en que el independentismo «no es de fiar» y que no quería hacer depender de ellos la gobernabilidad, es que no queda otra. «Nosotros estamos intentando evitar unas terceras elecciones y dar estabilidad. Nosotros queremos formar Gobierno para muchas cosas, entre otras para derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral, y también de eso estamos hablando con ERC», insistió.

Las reuniones del día con Pablo Casado e Inés Arrimadas y la comparecencia de Lastra dejan muy claro que no hay ningún movimiento real y las cosas están igual que antes: todos los caminos conducen a ERC. El PP y Ciudadanos no están dispuestos a facilitar la investidura de Sánchez y el presidente tampoco quiere renunciar a su acuerdo con Unidas Podemos, que ha sido ya aprobado por las bases del PSOE. Por eso ahora empieza el juego del relato en el que cada uno culpa al otro de no querer un acuerdo que ninguno en realidad está buscando.

Inés Arrimadas ha insistido en que ella no se rinde y si la operación de ERC falla, Sánchez tendrá que replantearse todo y buscar los apoyos de Ciudadanos y el PP. Casado ha descartado abstenerse, incluso aunque Sánchez renunciara al acuerdo con Unidas Podemos —algo que no está encima de la mesa— y solo plantea que sean Ciudadanos y Navarra Suma quienes se abstengan, con un voto positivo de esta última formación que permitiría la investidura. Una opción inviable porque necesitaría a Unidas Podemos, que solo apoyaría a Sánchez si se mantiene la coalición. Todos los grupos dan vueltas pero al final se llega al mismo punto: de momento solo hay una posibilidad de investidura y pasa por la abstención de ERC.

Lastra, de hecho, ha acusado al PP y a Ciudadanos de querer ir a unas terceras elecciones por su negativa de facilitar que Sánchez sea elegido presidente del Gobierno. “Nosotros estamos intentando desbloquear la situación del país y evitar las terceras elecciones, parece que el PP y Ciudadanos quieren ir a unas terceras elecciones, y nosotros tratamos de evitarlas y de dar estabilidad al país”, ha manifestado Lastra tras la reunión que Sánchez ha mantenido en el Congreso con el presidente popular, Pablo Casado y la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

“Es esencial que se forme un Gobierno y cuanto antes. [Sánchez] ha pedido a Casado que facilite con su abstención la formación de Gobierno (…). Si le preocupan los votos de ERC, puede abstenerse (…) Si la situación es tan dramática como dicen el señor Casado y la señora Álvarez de Toledo, no se entiende que no le pongan remedio con su abstención a no ser que su objetivo sea mantener el bloqueo indefinidamente”, ha dicho Lastra.

A diferencia de Albert Rivera, al que aspira a sustituir en el congreso de la próxima primavera, Arrimadas es proactiva en la búsqueda de un acuerdo para la investidura, pero la alianza entre las fuerzas constitucionalistas que plantea no se contempla de momento ni por el Gobierno ni por el PP. El líder de los populares ha endurecido su tono contra Sánchez en las últimas semanas y, pese a la insistencia de alguno de sus barones, como el gallego Alberto Núñez Feijóo, rechaza investir al candidato socialista. En cambio, sí se ha mostrado dispuesto a facilitar la estabilidad a través de pactos de Estado y un posible apoyo a los Presupuestos.