La espera para neurocirugía en Aragón es la más alta del país

El tiempo medio de espera para ser operado en neurocirugía en Aragón es el más elevado del país dentro de esta especialidad, con 260 días. De esta manera, los pacientes que han de aguardar más de 6 meses hasta la intervención son más de la mitad, el 54,01%, y solo las intervenciones de cirugía plástica en Castilla-La Mancha superan la cifra en la comunidad, con 289 días.

Estos son algunos de los datos más destacables que incluye el Sistema de Información sobre Listas de Espera que realiza el Ministerio de Sanidad y que tiene como referencia los datos hasta el 30 de junio de este año. Por ello, actualmente han podido variar estas posiciones, dados los aumentos en listas de espera que registró la sanidad aragonesa en octubre, cuando llegó al récord de 4.200 personas con una demora de más de un semestre.

En este documento que recoge los datos de todas las comunidades autónomas también sobresale que Aragón es el territorio con mayor tasa de pacientes en espera de una operación de cataratas (3,88), que en total son 5.052 personas, seguido muy de cerca por Asturias, que se queda en 3,87.

CONSULTAS

En lo que respecta a las consultas, la comunidad es la primera en la lista de pacientes por cada 1.000 habitantes en Traumatología (20,26) y Oftalmología (17,76). Sobre este tipo de atención, el informe concluye que el tiempo medio de espera global para todas las especialidades resulta el quinto más elevado del país (73 días), lejos de los 130 que arroja Andalucía o los 107 de Canarias. De esta manera, en Aragón, casi un cuarto de los pacientes, el 22,9%, se ven obligados a esperar más de 60 días para recibir su atención.

En lo que se refiere a los resultados de toda España, un total de 671.494 pacientes estaban esperando una intervención quirúrgica en la sanidad pública española a finales de junio y el 15,8% de ellas llevaban más de seis meses esperando. Es la cifra más elevada desde el 2003, primer año del que hay datos en la web del ministerio y Catalunya (con 168.108 pacientes), la comunidad con más personas pendientes de una operación.

Le sigue Andalucía con 137.721 y, a bastante más distancia, la Comunidad Valenciana (56.725), Madrid (52.579) y Castilla-La Mancha (36.772). Según fuentes de Sanidad, el ministerio no entra a valorar estas cifras porque las competencias en esta materia estás transferidas.
Es verdad que Cataluña y Andalucía son dos de las comunidades con un mayor volumen poblacional, lo que podría justificar que ambas sean las que encabezan la lista de pacientes en lista de espera. Por eso hay que fijarse en el tiempo medio de espera para ser intervenido y en la tasa de pacientes en espera por cada mil habitantes, cifras más indicativas de si existe o no una falta real de medios.

MEDIDAS INSUFICIENTES

El problema de las listas de espera en España es conocido desde hace años y, pese a que las comunidades autónomas han ido tomando medidas (como, por ejemplo, la ampliación del número de horas de trabajo de los cirujanos o el incremento de las horas en las que trabajan los equipos), han sido claramente insuficientes. Algunas autonomías han fijado un máximo por ley de pacientes en lista de espera. Si este máximo es superado, se le ofrece al paciente ser derivado a una clínica privada. Pero muchos lo rechazan.

Según la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, los resultados hechos públicos ayer por Sanidad evidencian que el sistema sanitario «no se ha logrado recuperar de los grandes recortes que sufrió durante la crisis» y que el aumento presupuestario de los últimos años se ha dirigido principalmente al incremento del gasto farmacéutico o a las privatizaciones.
Es un pez que se muerde la cola porque, según este colectivo, las excesivas demoras hacen que otros muchos ciudadanos sí opten por seguros privados para satisfacer sus demandas con más rapidez.

En este contexto, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) achaca el volumen de pacientes en espera a que el sistema sanitario español ha destruido un total de 50.000 empleos desde finales de verano, a lo que se une una alta tasa de temporalidad alta. En la misma línea, el presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, Tomás Toranzo, señala que al «generalizado problema» en atención primaria se une que en los hospitales se están produciendo muchas jubilaciones no cubiertas, en unas plantillas escasas y sobrecargadas.

La presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, Carina Escobar, dice estar muy «preocupada» no solo por las abultadas listas de espera en intervenciones quirúrgicas, sino también por el retraso medio en la atención por parte de un especialista, lo que retarda los diagnósticos precoces de enfermedades que pueden ser graves y provoca, por tanto, tratamientos e intervenciones más difíciles y costosas.

«Al sufrimiento generado por un diagnóstico tardío se añade la lista de espera para operarse, lo que afecta a la vida personal y laboral de los pacientes, que en muchos casos tienen que estar de baja, algo que no es sostenible para el Estado», denuncia. En su opinión, la solución pasa por que el sistema sanitario innove en procesos y cuidados, con especial atención al problema del envejecimiento y de la cronicidad.

POCA INVERSIÓN

Por su parte, Juan Villalbí, presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) considera que las autoridades deberían hacer un mayor «esfuerzo de priorización», de manera que espere menos el paciente que más lo necesita.

También el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Serafín Romero, califica de «muy preocupantes» estas cifras. Romero achaca esta situación, en primer lugar, a la menor inversión en sanidad pública. «Estamos destinando un porcentaje del PIB bastante por debajo del 2009 y una de las consecuencias principales son las listas de espera. Los datos son muy preocupantes, y demuestran un deterioro en nuestro sistema sanitario público», advierte.

Para los médicos, una «parte importante» de la solución de estos malos datos de listas de espera pasa por «destinar el mismo porcentaje que en 2009», que «mantenía a España en niveles de excelencia con respecto a otros países de nuestro entorno». «El sistema ha demostrado que ha mantenido cifras aceptables, pero se notan las consecuencias. No podemos seguir manteniendo esta inversión», lamenta el colectivo.