Núñez Feijóo: «En la política, no solo en el PP, se ha jubilado a demasiada gente»

Parece que ésta va a ser la campaña de la moderación. Estará contento.

–Una cosa es lo que se dice en campaña y otra lo que se hace de verdad. Si se refiere a Sánchez, en su Gobierno no ha habido moderación, sino solo sectarismo. Tampoco hubo moderación en la negociación de la investidura. Hay que valorar los hechos, no los gestos de campaña. Y al PP hay que juzgarlo por las decisiones centradas de los gobiernos de Aznar y de Rajoy. Estoy seguro de que cuando Casado tenga posibilidad de gobernar, seguirá la misma política. El partido de centro derecha y reformista que necesita España no está ni estará en la acción de gobierno de Sánchez. No lo vamos a descubrir en estas cuartas elecciones en cuatro años, hay que mirar a los más de treinta años de política del PP.

-Bueno, pero de Casado esta vez no tendrá queja, ¿no?

–Siempre he aportado de manera constructiva a mi partido, y siempre lo haré.

–En el PP hubo serias enmiendas a la estrategia de Casado en la anterior campaña. Y usted siempre se ha señalado por defender la moderación y el centro político. ¿Le gusta más este Casado que el otro?

–Yo siempre he defendido que el partido tiene que ensancharse y ser el punto de encuentro de todos los que no queremos que nos gobiernen socialistas, nacionalistas y populistas. Y en estos momentos solo la concentración del voto en el PP es una alternativa real para que no se vuelva al planteamiento de una España contra la otra. Centrifugar el voto del centro derecha solo sirve para que nos gobiernen los que no queremos que lo hagan. Y ya se ha visto que Ciudadanos no tiene un proyecto para España y no le interesa que haya un partido de centro derecha fuerte que sea el contrapeso al socialismo. Pero al PP sí, y estamos para servir a todos los que les interese ese proyecto.

–No habla nada de Vox.

–Nosotros no somos Vox.

–En esta campaña les ignoran; en abril, competían con ellos. ¡A ver si van a enterrarles antes de tiempo!

–El PP no es Vox. Nosotros somos una alternativa de gobierno y Vox no lo es. Disgregar el voto a favor de Vox es impedir que el PP sea una alternativa de gobierno al socialismo y al independentismo. Si los votantes de Vox quieren un cambio político tienen que volver a este partido de centro derecha.

–¿El PP debe aprovechar esta segunda oportunidad para mejorar las listas de abril y corregir algunos de los «fichajes» que no atendieron al criterio de los «barones»?

–En el PP las comunidades autónomas siempre han tenido protagonismo en la elaboración de las listas con el objetivo de buscar a las personas que pueden ayudarnos a conseguir más votos. Es un buen modelo que no hay que cambiar porque ha funcionado durante muchos años. Luego, es lógico que el Comité Electoral revise las candidaturas con las que concurre a las urnas el presidente del Grupo Parlamentario y candidato a la Presidencia del Gobierno. Pero las propuestas de las comunidades son para ganar votos, no para perderlos.

–¿Fue un error no respetar esas propuestas en abril?

–En Galicia sí se respetaron las recomendaciones, no puedo decir otra cosa. Pero cada uno tendrá su opinión.

–También hay «opiniones» que dicen que después de tanta renovación al nuevo equipo económico le falta experiencia y figuras de relieve.

–En el PP hay un plantel de personas que gana con ventaja al de cualquier otro partido en el ámbito económico. Pero, sobre todo, hay un balance y unos servicios prestados más que acreditados. Cada vez que España se ha enfrentado a una crisis, el PP la arregla. Y cada vez que hay una etapa de bienestar económico, el PSOE la estropea. Y esto no es un eslogan, es la realidad. Si analizamos los ciclos políticos y económicos se comprueba que con el PP mejoramos en prosperidad y con el PSOE volvemos a incrementar el paro y la pobreza.

–La enmienda va más en la línea de que quizás se han pasado en Génova con tanta renovación. De la etapa de Aznar y Rajoy, casi es usted el único al que no han jubilado.

–Yo no soy partidario de jubilar a las personas cuando son fundamentales para la organización de un partido o para el país. Otra cosa es que haya personas que voluntariamente deciden dar un paso atrás o al lado. Pero las que lo han dado al lado siempre pueden ser recuperadas para los gobiernos.

–Usted seguro que sabe mejor que yo que las «jubilaciones» han sido para certificar la «era Casado» y no tienen marcha atrás.

–En la política española en general, no solo en el PP, se ha jubilado a demasiada gente. En el PSOE, los dirigentes anteriores a Zapatero eran todos mejores que los que han tenido Zapatero y Sánchez. Esto de las jubilaciones anticipadas no funciona en política.

–¿Para qué cree que servirán estas nuevas elecciones?

–Son consecuencia del fracaso del candidato Sánchez, del PSOE y del populismo. Estos socios no se han puesto de acuerdo en nada y no han hecho nada para impedirlas. Ha sido la legislatura del fracaso más grande de los últimos cuarenta años de la democracia. Sánchez pensó que le convenía ir a elecciones para tener más votos y así conseguir que Podemos, nacionalistas e independentistas le facilitasen la siguiente investidura. Ha utilizado todo y a todos al servicio de sus intereses partidistas y personales. Pero la jugada puede no salirle bien.

–¿Deben servir para que el bipartidismo se refuerce con un gran pacto que rompa el bloqueo?

–Dividir el centro reformista liberal en tres partidos y dividir la izquierda entre una izquierda democrática y útil y un populismo lleno de activistas, y pocos políticos, nos ha aportado nada. Ahí están los hechos. A España no parece que le vaya mejor disgregando a sus fuerzas políticas, y menos cuando hay que enfrentarse a un movimiento territorial disgregador. En un momento como éste lo que hace falta es concentración política.

–¿Se refiere a un gran acuerdo entre el PSOE y el PP? ¿O al menos una abstención técnica del PP si el PSOE tiene de nuevo la mayoría de gobierno? Eso se entendió que proponía antes de que se convocaran formalmente las nuevas elecciones.

–En 2015 y en 2016, con Mariano Rajoy, propusimos una gran coalición de gobierno con un pacto programático de legislatura.

–¿Y es el momento de que lo proponga Casado?

–Debe proponerlo el candidato que gana. Rajoy ganó, lo propuso, y todavía nos retumba en los oídos el «no es no» del candidato Sánchez.

–¿Pero usted vería mal que Casado fuera el que hiciera el movimiento, con condiciones, después de las nuevas elecciones para romper con el bloqueo y por el interés general?

–No tengo nada claro que Sánchez vaya a ganar las elecciones. Las encuestas dicen que el PP está subiendo y que el PSOE no va a conseguir sus objetivos con estas elecciones interesadas y buscadas. Puede haber una concentración de voto en la derecha y que llegue a sumar para gobernar, igual que ha ocurrido en otras comunidades autónomas. Sánchez ha perdido una gran oportunidad con su política de aplicar un cordón sanitario al PP muy semejante al de Zapatero. En esta legislatura no hubo la más mínima posibilidad de gobierno de concentración entre PP y PSOE, lo cual lamento porque en momentos de disgregación territorial y de amenaza populista se lo debemos a los españoles.

–No me ha contestado a la pregunta de si a usted le parecería bien que Casado tome la iniciativa o que incluso se plantee una abstención técnica para evitar unas nuevas elecciones.

–Estamos manejando muchos escenarios teóricos. Ya le he dicho que no doy por hecho que Sánchez gane las elecciones.

–Hipótesis B. Mayoría del PP. ¿También sería válida su teoría de que lo mejor para España es un Gobierno de concentración? ¿Mejor eso que con Vox?

–Cuando se sepa cuál es el resultado de las elecciones podré contestar a la pregunta. De momento, insisto en que la disgregación del voto a favor de Vox implica caminar en el sentido contrario a lo que necesita España. La división del voto del centro derecha garantiza una posible mayoría a los socialistas en el Senado y que sea la primera fuerza política en España. No fuimos capaces de explicarlo en la anterior campaña y ahora tenemos que hacer el esfuerzo de insistir en ello para evitar que se repita la misma situación.

–Insisto por última vez, a ver si hay suerte… ¿En qué condiciones debería estar basado un acuerdo entre PSOE y PP para facilitar la gobernabilidad y que ésta no quede en manos de populistas, nacionalistas o independentistas, como usted dice?

–La primera condición para que

una gran coalición salga adelante es la voluntad de los partidos que han de materializarla y solo hace falta mirar a Navarra para darse cuenta de que este PSOE no la ha querido. No oculto que parece difícil un pacto del PP con este PSOE, pero lo que me parece imposible es pactar al mismo tiempo con el PP y con Bildu.

–¿Por qué cree que el PP está casi en situación de desahucio político en Cataluña y en el País Vasco?

–Es innegable la habilidad del nacionalismo para posicionar a una parte de la población contra un partido que lo que defiende es la unidad de España y la igualdad entre territorios. Pero las encuestas apuntan a una mejoría del PP también en esas comunidades y eso es lo que debemos seguir consolidando.

–¿El PP vasco debería haber confrontado más con el PNV, como sugiere Cayetana Álvarez de Toledo?

–Lo que siento por mis compañeros del PP Vasco es admiración. Tienen una hoja de servicios intachable al servicio del Estado y eso está muy por encima de resultados electorales de un momento u otro. A partir de ahí, tanto Alfonso Alonso como Cayetana son compañeros y yo no voy a hacer declaraciones que alimenten polémicas que puedan debilitar a mi partido.

–Cataluña está en la campaña una vez más. Y Sánchez se ha comprometido a aplicar el artículo 155 de la Constitución y todos los instrumentos necesarios para frenar al independentismo si fuera necesario. ¿Esto le deja tranquilo?

–Entre lo que dice y lo que hace el presidente en funciones hay siempre una permanente contradicción. El PSC ha decidido no sumarse a la moción de censura en el Parlamento catalán contra el independentismo y esto desacredita cualquier discurso sobre el 155 o sobre la Ley de Seguridad Nacional. Que no nos engañen más. Sánchez no puede hacer una cosa en Cataluña y prometer hacer otra en el resto de España.

–¿No cree que Sánchez defenderá la unidad nacional si se «enciende» de nuevo Cataluña? ¿Pone en duda el compromiso del Partido Socialista con la unidad de España y con la Constitución?

–Me gustaría creer a Sánchez, pero entre lo que dice y lo que hace hay una falta de coherencia. La moción de censura se presenta para manifestar el posicionamiento de muchos grupos, que, aunque no tengan la mayoría, están en contra de las actuaciones ilegales del Gobierno de la Generalitat.

–Aunque sea en plena campaña, mejor que les arreglen el problema de la financiación ahora que más tarde, ¿no?

–El Gobierno mintió al decir que no se podía arreglar el problema. Nosotros remitimos un informe de la Xunta recordándoles que existía la fórmula constitucional del Real Decreto Ley para que entregaran a las comunidades el dinero que les deben. No se puede decir que no se puede hacer lo menos y ahora decir que se puede hacer lo más. Pero todavía puede haber un segundo engaño no menos grave, el de que jueguen a pagar una parte y no todo. A las comunidades se les debe 7.000 millones y pueden intentar abonar solo los 4.500 millones de las entregas a cuenta y no la mensualidad del IVA del mes de diciembre del año pasado. El Gobierno no puede convertirse en el organismo más moroso de España, perjudicando a los servicios sociales, sanitarios y educativos que son competencia de las comunidades. No se está pidiendo financiación extra, sino que se nos devuelva lo que recaudamos las comunidades por IRPF y por IVA.

–De momento, el Gobierno lo último que ha dicho es que está buscando la fórmula con la que vencer la negativa de la Abogacía del Estado.

–Ha habido diferentes excusas y excusas contradictorias para no cumplir con su deber. La realidad es que a día de hoy no han pagado ni un euro y lo que más me preocupa es que ahora, con tanto anuncio, se pretenda tapar que la intención es no pagar la deuda completa, es decir, tanto las entregas a cuenta como la mensualidad de IVA que se nos debe. Desde luego Galicia no va a renunciar ni a un céntimo de lo que le corresponde.

–¿Usted está ya en campaña?

–Estoy preparando los Presupuestos del 2020. Acabamos de aprobar el techo de gasto, algo que no ha hecho el Gobierno de España. Y trabajamos para garantizar la centralidad y la estabilidad política gallega.

–¿Pero está ya en su campaña para las próximas autonómicas?

–Estoy en la campaña de apoyar a Casado para que sea presidente del Gobierno.

–¿Y la suya?

–Los gallegos somos ordenados y no andamos en la política de egos que hay en España. Cuando pase todo esto, los guiones televisivos, el juego de tronos, los amores no correspondidos, y volvamos a hablar de política, entonces el PP hará su propuesta para candidato a la Presidencia de la Xunta. En el primer trimestre del año 2020.

–Por cierto, ¿le incomoda que se exhumen los restos de Franco para enterrarlos fuera del Valle de los Caídos?

–Respetamos las decisiones de la Justicia y si el PSOE espera con esto algún tipo de declaración política en la que parezca que vamos a defender la dictadura ya pueden esperar sentados.

–Por terminar, ¿cree que sus votantes les han perdonado ya los escándalos de corrupción de la etapa anterior?

–Estas elecciones son para garantizar que pueda haber por fin un gobierno estable en España, capaz de afrontar la etapa de desaceleración económica que se está iniciando. y estoy convencido de que los ciudadanos votarán en esa clave porque son muy conscientes de lo que se está jugando España.

–¿Qué puede ofrecerles el PP que no les den Ciudadanos y Vox?

–Ni generamos la inquietud que tanto moviliza a la izquierda ni la incertidumbre de un Ciudadanos que cambia de opinión cada 24 horas. Pero la diferencia más importante que nuestro partido ofrece es la posibilidad real de gobernar. La garantía para los que no quieren a Sánchez en La Moncloa es votar al PP.