Nobel de Medicina para los descubridores de cómo las células se adaptan a la disponibilidad de oxígeno

La Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo ha distinguido con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología a los investigadores William G. Kaelin (EEUU), Sir Peter J. Ratcliffe (Reino Unido) y Gregg L. Semenza (EEUU). El galardón se debe a sus descubrimientos sobre cómo las células son capaces de reconocer y adaptarse a la disponibilidad de oxígeno.

Pese a que la importancia del oxígeno para los seres humanos se conoce desde hace siglos, los mecanismos últimos que explican cómo las células se adaptan a las variaciones en el aporte de este gas no se conocieron hasta hace unos años, cuando el trabajo de estos tres científicos desveló la maquinaria molecular que regula esta respuesta.

Sus hallazgos han establecido las bases para comprender cómo el aporte de oxígeno afecta al metabolismo celular y a distintas funciones fisiológicas. Y, en consecuencia, también han abierto vías para combatir trastornos en los que los mecanismos que regulan la disponibilidad de oxígeno resultan claves, como la anemia o el cáncer, entre otros.

Por ejemplo, hace tiempo que se conoce que los tumores utilizan la maquinaria encargada de regular la respuesta al oxígeno en su propio beneficio, estimulando la formación de vasos sanguíneos y dirigiendo el metabolismo hacia una mayor proliferación de las células tumorales. De hecho, hay varias estrategias terapéuticas en marcha cuyo objetivo, precisamente, es bloquear e interferir en ese ‘acceso’ al oxígeno que utiliza el cáncer.

Gracias al trabajo de Kaelin (Nueva York, 1957), Ratcliffe (Lancashire, 1954) y Semenza (Nueva York, 1956) sabemos, en definitiva, cómo el organismo es capaz de reconocer, en cada momento, los niveles de oxígeno que está recibiendo y cómo, con esa información, pone en marcha una serie de respuestas adaptativas. Ante una situación de falta de oxígeno (hipoxia), nuestro cuerpo no sólo pone en marcha una pauta distinta de respiración, sino que también pone en marcha otros procesos fisiológicos, como el aumento de la producción de glóbulos rojos (a través de aumentos en los niveles de la hormona EPO, que tienen como fin asegurarse de que llega suficiente flujo de oxígeno a los tejidos y las células.

Los tres científicos ya recibieron en 2017 el prestigioso premio que la Fundación Lasker concede a la investigación médica básica. En la concesión del galardón, el jurado destacó el hecho de que su trabajo tiene importantes implicaciones en numerosos procesos biológicos y ha aportado una valiosa información para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas en enfermedades diversas.

El año pasado, la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo distinguió con el Premio Nobel de Medicina a los investigadores James P. Allison y Tasuku Honjo por sus investigaciones sobre la inmunoterapia contra el cáncer.

En 2017, el galardón fue para Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young en reconocimiento a sus descubrimientos sobre los mecanismos moleculares que regulan los ritmos circadianos.

La medicina abre este lunes una semana de entrega de los Nobel atípica, con dos premios de literatura que pretenden poner punto y final al escándalo por acosos sexuales y filtraciones que, el año pasado, puso patas arriba a la Academia Sueca.

Tras el galardón de Medicina, seguirán el de física el martes, química el miércoles, literatura el jueves y economía el lunes 14.

Finalmente, el viernes 11, en Oslo, será revelado el o los nombres de los laureados al Nobel de la Paz.

Para cada premio hay numerosas especulaciones, pero cualquier pronóstico es arriesgado, ya que las listas de los candidatos se mantienen en secreto durante 50 años.