Los inmigrantes reactivan el crecimiento de la población

Los inmigrantes vuelven a quedarse en España. Por primera vez desde 2011, el número de extranjeros empadronados en España crece, con un aumento de 146.611 personas y contrarresta así la caída de españoles, 20.174 menos, según los datos del Padrón Continuo a 1 de enero de 2018, publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística. De esta manera, crece un 0,3% la población inscrita en el país hasta llegar a los 46.698.569 habitantes.

Los datos, aún provisionales, muestran la consolidación del tímido crecimiento de empadronados iniciado en 2017, tras caídas continuadas desde 2013. «El depósito de inmigrantes está creciendo, la inmigración ya forma parte de la estructura social española y va a ser así siempre», explica el catedrático de Demografía y Sociología de la Universidad de La Coruña Antonio Izquierdo.

Ya son en total 4.719.418, el 10,1% de la población en España, una cifra que aún está lejos del récord de 2011, cuando había un millón más de extranjeros. A partir de ese año, el saldo de empadronados –la población que a final de año vive en España– ha ido registrando caídas año tras año hasta ahora, pese a que desde 2015 los flujos migratorios de extranjeros han sido positivos. «Bajó el stock porque unos se fueron y porque muchos, con la crisis, se nacionalizaron (en 2013 fueron más de 200.000). Ahora el padrón sube porque los flujos migratorios son cada vez mayores». También se han naturalizado un 53% menos de extranjeros que el año anterior, unos 80.000.

El «factor de acogida»

El motivo, explica Izquierdo, reside en la mejora de las condiciones económicas, pero también por el «factor de acogida». Es decir, la inmigración que ya está asentada tiene un efecto llamada para que parientes y amigos elijan el mismo país de destino. El otro gran factor es el de las personas que son expulsadas de sus países por la situación que en ellos se vive, como podría ser el caso de Venezuela. «Salen de allí expulsados y, si no fuera por las políticas restrictivas, aún vendrían más», explica el catedrático.

Precisamente fueron los venezolanos los extranjeros que más se asentaron en España durante el año pasado (26.608), seguidos de colombianos (20.250) y marroquíes (19.380). En datos absolutos, Marruecos (769.050), Rumanía (673.017) y Reino Unido (240.934) lideran la lista de extranjeros empadronados.

Distribución desigual

No obstante, y aunque a nivel global la población aumente en España, la distribución no ha sido homogénea. En el último año, la población ha disminuido en nueve comunidades autónomas, si bien en tres de ellas (Andalucía, Cantabria y La Rioja) de forma casi imperceptible. En términos absolutos, son Castilla y León (con 18.151 habitantes menos), Extremadura (con 7.861) y Galicia (con 7.369) las más perjudicadas, mientras aumentan notablemente los habitantes de la Comunida de Madrid (68.825), Cataluña (40.301) y Canarias (18.658). «Las regiones se vacían porque no hay oportunidades y tanto inmigrantes como nacionales van donde las hay. Van allí solo quienes puedan tener raíces familiares», recalca Izquierdo.