El Festival de Cine Canadiense de Madrid concluye de manera exitosa

El Festival de Cine Canadiense de Madrid ha cumplido este pasado fin de semana su primera edición, con gran aceptación del numeroso público asistente y el apoyo institucional de la Embajada, con la presencia habitual del embajador en varias de las sesiones. Ha destacado, asimismo, la variedad temática de la programación, donde han tenido cabida la comedia, el drama o el documental, género este último con especial relevancia en la cinematografía del país norteamericano.

El festival comenzó sus proyecciones con la comedia con toques de thriller Les mauvaises herbes, dirigida por Louis Bélanger, y que narra de manera desenfadada la huida de un actor al medio rural para escapar de sus deudas de juego, encontrando a dos inesperados compañeros de aventura, tan peculiares como él mismo.

La personalidad más relevante entre los cineastas presentes en el programa del festival ha sido sin duda Léa Pool, de la que se presentaba su más reciente obra, Et au pire, on se mariera, un interesante retrato de los anhelos adolescentes, protagonizado por la prometedora actriz Sophie Nelisse, cuya belleza y talento ayudan a captar la atención y el interés del espectador en una historia, por otra parte, bien narrada y progresivamente dramática. Una de las películas más destacadas del certamen.

En la segunda jornada se pudo visionar el thriller -cocido a fuego lento- Iqaluit, que al margen de su conflicto narrativo -la investigación por parte de una mujer para esclarecer las circunstancias de la muerte de su marido-, tiene el atractivo de describir la vida del pueblo Inuit, una de las minorías indígenas de Canadá.

La selección de películas quedó completada con la atractiva road movie juvenil Weirdos, el interesante documental Angry Inuk, y Pays, que trataba con sutil ironía ciertos aspectos de la política nacional canadiense.

Enrique Marqués (NJ)