134.000 votos marcarán el futuro de Cataluña

El vuelco electoral no es imposible. Las últimas encuestas publicadas muestran ya la pérdida de poder de las formaciones independentistas en favor de los partidos constitucionalistas, que a menos de dos semanas para el 21-D centran sus esfuerzos en movilizar al mayor número de votantes, tanto descontentos con el secesionismo como a los que aún están indecisos. De hecho, ese vuelco estaría marcado por una cifra: 134.000 votos. Son los que necesitarían PP, PSC y Ciudadanos (Cs) para lograr la mayoría y desbancar a los soberanistas. Siempre, eso sí, a tenor de los últimos datos de los sondeos y si Junts per Catalunya (JxCat), ERC y la CUP se estancan en sus actuales resultados. Muy lejos quedan ya las cifras de septiembre de 2015, cuando las listas independentistas sumaron 1.966.508 papeletas (47,8 por ciento) y se hicieron con 72 escaños, frente a los 1.608.840 (39,1 por ciento) de los unionistas y sus 52 diputados.

El último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), del pasado lunes ya aventuraba ese vuelco, con 66-67 escaños para el independentismo y 59-60 para los constitucionalistas. Los primeros obtendrían el 44,4 por ciento del voto válido, mientras que los segundos se harían con el 44,3 por ciento. Es decir, prácticamente un empate técnico en el que las fuerzas secesionistas se dejarían entre 5 y 6 escaños con una caída de 3, 4 puntos y los unionistas sumarían entre 7 y 8 diputados con una subida de 5,2 puntos.

Una semana antes, la encuesta de NC Report para LA RAZÓN del pasado 26 de diciembre, ofrecía unos datos muy similares. En dicho sondeo, la suma de JxCat, ERC y la CUP caía hasta los 66 escaños y 1.707.000 votos (43,4 por ciento). Mientras, la alianza PP, Cs y PSC escalaba hasta los 59 diputados y 1.766.000 sufragios (44,9 por ciento). El sorpasso ya era una realidad en votos, pero no en escaños.

Analizando los datos por partidos, ERC y Convergència concurrían en 2015 bajo las siglas de Junts pel Sí y ahora lo harán cada uno en solitario. Entre las dos formaciones pasarían de 1.682.714 votos (39,6 por ciento) y 62 escaños a 1.483.000 papeletas (37,7 por ciento) y 60 parlamentarios. Los antisistema de la CUP, mientras, bajarían de los 337.794 votos (8,2 por ciento) y 10 escaños de hace dos años a los 224.000 sufragios (5,7 por ciento) y 6 diputados.

Cs, el que más gana

En el bloque constitucionalista, mientras, la formación que encabeza Inés Arrimadas (Cs) es la que más ha rentabilizado la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. De hecho, gana 85.636 nuevos votantes, pasando de los 736.364 (17,9 por ciento) y 25 escaños de 2015 a los 822.000 (20,9 por ciento) y 29 diputados de la encuesta del pasado día 26.

El PSC y Miquel Iceta, por su parte, crecería en 54.717 votantes. Pasaría de esta forma de los 523.283 votos (12,7 por ciento) y 16 escaños de las últimas autonómicas a los 578.000 (14,7 por ciento) y 19 parlamentarios actuales.

Por último, el PP, con Xavier García Albiol como cabeza de lista, saca menos partido de la actual situación en Cataluña, aunque también mejora. Así, de los 349.193 votos (8,5 por ciento) y 11 escaños de hace dos años pasaría a los 366.000 (9,3 por ciento) y 11 escaños de nuevo.

Con estos datos, la situación era de victoria «pírrica» del bloque constitucionalista, pero insuficiente para dar la vuelta a la política de la comunidad catalana. Además, la participación iba a ser un aliado importante y en este sondeo caía 3,8 puntos, pasando del 74,9 por ciento de 2015 al 71,1. Esto significa que casi 230.000 catalanes que acudieron al colegio electoral en septiembre de 2015 optarán por no repetir el próximo 21 de diciembre.

Y es en este «saco» de votantes descontentos con la política en general y en los que empiezan a estarlo con los independentistas en particular, en el que Albiol, Arrimadas e Iceta buscan conseguir nuevos apoyos que permitan el vuelco electoral.

A 13 días para la cita con las urnas, ese cambio está en manos de 134.000 catalanes. Para que sea posible, los unionistas deberían pasar de los 1.766.00 votos que le otorga la encuesta de NC Report del 26 de noviembre a 1.900.000 papeletas el 21-D. Además, las formaciones independentistas deberían mantenerse en los 1.707.000 votantes que logran en el sondeo con mínimas variaciones. Sus fuerzas en lo que queda de campaña se centran en atraer a esos indecisos y descontentos con un discurso de unidad y seguridad, que se traduce en una mayor presencia de «pesos pesados» en los mítines en Cataluña-

Votantes de las generales

Pero alcanzar esos 1,9 millones de votos no es algo imposible, ya que es la media del voto constitucionalista en Cataluña en las cuatro últimas elecciones generales. Por ello, movilizando a todos los fieles de PP, PSOE y Cs que sí que votan en las generales, el sorpasso en votos y escaños sería una realidad.

Se trata de la opción más real, pues la otra posibilidad implica que las formaciones constitucionalistas se mantengan en esos 1.766.000 votos que les da el sondeo y que los separatistas se dejen 498.000 votos y pasen de los 1.707.00 de la encuesta a 1.209.000. Desde las autonómicas de 2015 tendrían que desmovilizar a 758.000 votantes.

Esa pérdida masiva de fieles sería posible si finalmente el 21-D sólo les vota el 61,4 por ciento de los que les votaron hace dos años, ya que ese es el porcentaje de los 1,9 millones de votantes que les apoyaron entonces y que, a día de hoy, se reafirman en la independencia (1.209.000 independentistas), frente al 24,2 por ciento que se siente «engañado» por el procès (475.000 votantes) o al 14,4% que considera que hay que «liquidar» el proceso secesionista como sea (283.000 votantes). Así, los independentistas se quedarían con 54 escaños y los constitucionalistas con 71.

PP, PSC y Cs saben que el cambio es posible y dedicarán todas sus fuerzas a atraer a esos descontentos.

Fuente: La Razón