Pese a su discreción, forma parte de la tradición espiritual del templo más emblemático de Zaragoza
A los pies de la Virgen del Pilar, en el punto exacto donde miles de personas se detienen cada día para orar, se esconde una curiosidad que pasa desapercibida para muchos. En el reclinatorio o banco de oración situado frente a la Santa Capilla aparece grabada una inscripción en latín que intriga a visitantes y peregrinos por igual. Pese a su discreción, forma parte de la tradición espiritual del templo más emblemático de Zaragoza.
La frase procede de un antiguo texto litúrgico vinculado directamente a la Eucaristía y ha acompañado durante siglos a los fieles en la celebración del Corpus Christi. Su presencia en el Pilar subraya, precisamente, la profunda relación entre la devoción mariana y el culto sacramental que caracteriza a la basílica.
- INSCRIPCIÓN EN LATÍN DEL RECLINATORIO
- UNA REFERENCIA EUCARÍSTICA QUE PASA DESAPERCIBIDA
- UN DETALLE MÁS EN LA RIQUEZA SIMBÓLICA DEL PILAR
INSCRIPCIÓN EN LATÍN DEL RECLINATORIO
La inscripción reza: “Ecce panis angelorum factus cibus viatorum vere panis filiorum non mittendus canibus”. Traducida significa: “He aquí el pan de los ángeles, hecho alimento de los peregrinos; es verdaderamente el pan de los hijos, que no debe ser arrojado a los perros”.
Ecce panis angelorum factus cibus viatorum vere panis filiorum non mittendus canibus
Esta expresión forma parte de la secuencia del Corpus Christi y hace referencia directa al carácter sagrado de la Eucaristía, entendida como alimento espiritual para los creyentes. La imagen del “pan de los ángeles” ha sido utilizada tradicionalmente para describir la presencia de Cristo en el pan consagrado.
UNA REFERENCIA EUCARÍSTICA QUE PASA DESAPERCIBIDA
El texto recuerda que la Eucaristía es un don reservado a los fieles y que no debe ser tratada con falta de respeto. Su ubicación en un espacio de oración, justo en la Basílica del Pilar, potencia ese llamado a la reverencia que acompaña a uno de los lugares más visitados de Aragón.
Aunque muchos peregrinos lo leen sin conocer su origen, lo cierto es que este fragmento procede del “Lauda Sion”, la secuencia escrita por Santo Tomás de Aquino en el siglo XIII para la solemnidad del Corpus Christi. Con el paso del tiempo, sus versos se han convertido en una de las fórmulas más reconocibles de la tradición eucarística de la Iglesia.
UN DETALLE MÁS EN LA RIQUEZA SIMBÓLICA DEL PILAR
El Pilar está lleno de símbolos, inscripciones y detalles que dialogan con su historia y su fe. Este pequeño texto en latín, tallado en un reclinatorio que millones de personas han utilizado a lo largo de los años, es una muestra más de esa riqueza discreta que sigue despertando curiosidad tanto entre zaragozanos como entre quienes llegan desde otros lugares.












