Desde el pasado lunes, la capital aragonesa ha acogido a 1.123 jugadores procedentes de 42 países.
El pabellón Príncipe Felipe vive las últimas horas de un evento inédito en la ciudad. La Copa del Mundo de Futbolín concluye en la tarde de este domingo con la ceremonia de clausura después de una intensa semana en la que 1.123 jugadores procedentes de 42 países han demostrado sus habilidades en este juego. Nerviosismo, felicidad o decepción han sido algunos de los sentimientos habituales en este escenario, en el que ha llamado la atención la competitividad y la concentración por encima de todo.
El campeonato ha tenido un impacto económico superior a los 2,5 millones de euros para la capital aragonesa, ya que durante los siete días de competición participantes, acompañantes y personal de la organización se han alojado en diferentes hoteles de la ciudad.
Esta Copa del Mundo ha destacado por su carácter inclusivo. Se han disputado partidos en múltiples categorías que abarcan todas las edades y condiciones:: modalidades masculina, femenina, mixta, en silla de ruedas, senior +50, senior +63, junior U13, junior U16 y junior U19.
160 futbolines de distintos modelos se han instalado en el pabellón Príncipe Felipe, incluyendo el Infinity Val, desarrollado por la empresa zaragozana Futbolines Val. Este modelo es el futbolín oficial de muñeco de dos piernas reconocido tanto por la Federación Española como por la Federación Internacional de Futbolín (ITSF).
Como eventos paralelos se han celebrado el Torneo Open Infinity o el Torneo Interempresas, abierto a compañías de toda Zaragoza con el objetivo de fomentar el trabajo en equipo y la competitividad sana.