Zapatos negros, báculo de Benedicto, uso del latín y dos mujeres: los gestos de León XIV en su primera misa

La primera Eucaristía presidida por el nuevo Papa ha dejado un elocuente mensaje a través del lenguaje no verbal, que permite adivinar un sello personal heredero de los tres últimos Pontífices

León XIV ha dicho, ya en su primera celebración como obispo de Roma, mucho más de lo que parece. Junto al revelador mensaje de su homilía, dirigida a los cardenales electores y no electores, y que ha iniciado en inglés y proseguido en italiano, el hasta ahora cardenal Prevost ha mostrado todo un catálogo de gestos elocuentes que permiten adivinar un sello muy personal.

Una suerte de síntesis de los tres pontificados anteriores –Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco– , que, a la vez, asume y marca distancias con cada uno de ellos.

Estos son algunos de los gestos más reveladores que ha dejado su primera aparición litúrgica como Papa:

  • 1. Zapatos negros. Como ya hizo el Papa Francisco, en lo que parece un síntoma de normalidad y sencillez, León XIV ha utilizado sus zapatos negros habituales. No ha vuelto, al menos por ahora, a los rojos (símbolo del martirio) que empleaban otros Papas, como en ocasiones Wojtyla y casi siempre Benedicto XVI.
  • 2. Báculo dorado de Ratzinger. El báculo, símbolo de su misión de pastor, que ha empleado en su primera celebración ha sido el mismo que empleaba con frecuencia Benedicto XVI, y que también Francisco usó en su primera misa ante los cardenales.
  • 3. Gemelos y reloj sencillo. Bajo las mangas de la casulla se han podido distinguir los puños de su camisa blanca, de gemelos dorados. ¿Barroquismo? No parece: en su muñeca izquierda también se apreciaba un reloj negro bastante sencillo, tipo Casio.
  • 4. Entrada bendiciendo. Lejos de lo que solía hacer su predecesor, que sólo alzaba la mano inmóvil casi a modo de saludo, León XIV ha llevado a cabo la procesión de entrada, y la de salida, bendiciendo nítidamente, trazando la señal de la cruz sobre el pueblo. Por su complexión parecía inevitable recordar los primeros años del Papa Wojtyla, que siempre hacía ese gesto.
  • 5. Uso del latín. El misal empleado para esta celebración contemplaba el uso del latín. Sin embargo, el hasta ahora cardenal Prevost no sólo ha leído los textos en la lengua de la Iglesia con evidente desenvoltura, sino que ha cantado varias partes (como la consagración o el pax vobiscum) para realzar la solemnidad. En un momento de grandes tensiones internas en torno al novus ordo y la misa en latín, puede ser un gesto de largo alcance.
  • 6. Dos mujeres lectoras. Ya Francisco introdujo a dos laicos como lectores en su primera misa. Pero, en este caso, Prevost ha elegido a dos mujeres: una consagrada, que ha leído en inglés la primera lectura del libro del Apocalipsis, y una laica consagrada española que ha leído la segunda carta del apóstol san Pedro.
  • 7. Homilía en inglés e italiano. Si desde el balcón de la plaza de San Pedro habló en español pero no en inglés, su primera homilía la ha iniciado con unas palabras improvisadas en su lengua materna de Chicago. Después ha seguido casi todo su mensaje en la lengua vernácula de su nueva diócesis, pues el antes cardenal Prevost es ahora Obispo de Roma.
  • 8. Homilía preparada y desde la Sede. Mientras que Francisco predicó desde el ambón una homilía improvisada, en un gesto que a la postre tendría su eco en cada una de las intervenciones espontáneas del difunto Papa en ruedas de prensa o entrevistas (intervenciones que generaron no poco revuelo y hasta controversias más de una vez), León XIV lo ha hecho de un modo más calculado y, en apariencia, prudente: leyendo unas palabras que había preparado por la mañana. Y desde la Sede Episcopal, signo de la autoridad de Pedro, ante todos los miembros del colegio de cardenales.
  • 9. Referencia olvidada a la Iglesia. En su homilía, centrada en la dimensión evangelizadora de los católicos en el mundo, León XIV ha empleado una expresión casi olvidada para referirse a la Iglesia: «Cuerpo Místico». Un término que Pío XII elevó a categoría de Magisterio en su encíclica Mystici Corporis Christi, y que apela a la responsabilidad de los bautizados como parte del «Cuerpo de Cristo que camina en la Historia». Desde hace décadas, la expresión más común (la más usada por Francisco) para referirse a la Iglesia es la de «Pueblo de Dios» o «Asamblea santa», que enfatiza el componente humano por encima de la misión divina de la Iglesia, y que ha sido en ocasiones empleada como un intento de «democratizar» la autoridad eclesial, e incluso para cambiar la doctrina a partir, no de la búsqueda de la verdad, sino del consenso.
  • 10. Anillo plateado y referencia a Francisco. León XIV ha utilizado su anillo episcopal, plateado y no dorado, que usaba ya como cardenal. Algo que también hizo su predecesor, al que ha citado una sola vez en su homilía.