El cardenal camarlengo ha depositado el rogito dentro del ataúd del Papa Francisco antes de sellarlo
El féretro del Papa Francisco ya está cerrado. En una sencilla ceremonia celebrada en privado en el interior de la Basílica de San Pedro del Vaticano, donde se instaló la capilla ardiente, el camarlengo de la Iglesia Católica, el cardenal Farrell, depositó en su interior el rogito funerario, junto con una bolsa de monedas y medallas representativas de su pontificado.

En el rogito, una suerte de acta funeraria que recoge los principales hitos del papado de Francisco, se recuerda al Papa como un pastor «siempre pendiente de los últimos», y es que así es como quiso ser conocido el Papa, como el Papa de las periferias.
Entre su legado, marcado por un testimonio de la misericordia, se destaca en el rogito la reforma de la Curia, así como su lucha contra los abusos en el seno de la Iglesia.
Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Se ordenó sacerdote en 1969, formando ya parte de la Compañía de Jesús. En 1992, durante el pontificado de San Juan Pablo II, fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires, y en 1998, arzobispo de esa misma diócesis. También San Juan Pablo II lo creó cardenal en 2001.
Tras la renuncia del Papa Benedicto XVI accedió a la cátedra de Pedro el 13 de marzo de 2013, cuando fue elegido Pontífice.

La ceremonia de cierre del féretro con el cuerpo del difunto Papa Francisco EFE
Por lo tanto, el Papa Francisco fue el 266 Papa de la Iglesia católica. Desde el primer minuto ya mostró el camino que tomaría su pontificado al adoptar el nombre de Francisco, en referencia al santo de Asís.
Así, el Papa Francisco fue el primero en proceder del continente americano, de la Compañía de Jesús y del hemisferio sur.
Los pobres y marginados, particularmente con los migrantes, han estado en el centro de la atención pastoral del Papa Francisco.

La ceremonia presidida por el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell EFE
Otro elemento que marcó el carácter de su papado fue su decisión de vivir en la residencia de Casa Santa Marta en vez de en el Palacio Apostólico. La decisión estuvo suscitada por su voluntad de mantener un contacto directo y cotidiano con sacerdotes y con la gente.
Asimismo, adoptó la tradición de celebrar la Misa de Jueves Santo en cárceles e instituyó jornadas dedicadas a los pobres, a los abuelos y a los niños, por los que mostró su predilección al abogar por una alianza generacional entre jóvenes y abuelos.
La misericordia fue también otro elemento capital de su magisterio. Siempre invitó a los sacerdotes a estar dispuestos a administrar el sacramento de la confesión y salir a las periferias para buscar a pecadores y olvidados.

La ceremonia dio inicio a las 20.00 hora local (18.00 GMT) de forma privada, después de que se cerrara al público la capilla ardiente. EFE
Francisco impulsó una reforma profunda de la Curia Romana. Instituyó nuevas secretarías y dicasterios, y promulgó en 2022 la constitución apostólica Praedicate Evangelium, que reestructuró la administración vaticana. Modificó el proceso canónico para las nulidades matrimoniales.
Asimismo, reformó las leyes vaticanas para hacer más eficaz la lucha contra los abusos en la Iglesia.
Fue impulsor convencido de la importancia del diálogo ecuménico e interreligioso. En ese sentido, mantuvo encuentros con líderes de diferentes confesiones y firmó un importante Documento sobre la fraternidad humana de forma conjunta con el gran imán de Al-Azhar, máxima autoridad religiosa del islam suní.
Durante su pontificado afrontó cuestiones que él consideró urgentes: en Laudato si’ trató la crisis ambiental, y en Fratelli tutti, la fraternidad y la amistad social. Levantó su voz en favor de la paz en conflictos bélicos en Ucrania, Oriente Medio y Asia.
Durante la pandemia de COVID-19 se convirtió en un referente de fraternidad en medio del dolor al protagonizar una oración por toda la humanidad desde la plaza de San Pedro del Vaticano.
El pontificado de Francisco tuvo también como una de sus características principales su apuesta por una mayor sinodalidad de la Iglesia.
En ese sentido, convocó cinco Asambleas del Sínodo de los Obispos con temas como la familia, los jóvenes y la sinodalidad.
Reformó y amplió el Colegio Cardenalicio. Celebró diez consistorios y creó 163 cardenales de 73 países, para buscar un colegio cardenalicio que reflejara mejor la diversidad de la Iglesia.
Francisco falleció el 21 de abril de 2025, después de superar una grave infección pulmonar que le obligó a permanecer ingresado en el Hospital Policlínico Gemelli durante 38 días. Sin embargo, la causa de la muerte fue un ictus en su residencia de Casa Santa Marta.