El Real Zaragoza logra un triunfo vital ante el Mirandés que sirve para salir de la zona de descenso con un gol de Jair.
Hay que frotarse los ojos para verlo, pero sí, el Real Zaragoza ha vuelto a ganar. Más bien, el triunfo de La Romareda, que llevó en volandas a su equipo para, por fin, sumar de tres. Han pasado más de tres meses y, ahora sí, un gol de Jair ha valido para vencer por 1-0 al Mirandés.
Es momento de disfrutar, de recordar lo que es ganar y de respirar. Se ha salido del descenso y, aunque el objetivo es ridículo, es el que es. No hay otro y el Real Zaragoza, con este triunfo, no va a dormir en la quema. ¡Qué alivio!
El Real Zaragoza partía con una revolución en su once. De aquí, lo más destacado quedaba en el carril derecho, que lo ocupaba Francho; en el izquierdo, donde estaba Adu Ares; en el eje de la zaga, donde Clemente formaba en una línea de tres centrales; y en el centro del campo, donde emergía Aketxe. Panichelli era la estrella del Mirandés.
Partido con excelente ambiente en la grada. Para enmarcar. Idílico y utópico en cualquier profesión que no sea el fútbol. El mérito del zaragocismo es inmenso. Solo los futbolistas, tras más de dos meses sin ganar, se pueden encontrar a La Romareda en su máximo esplendor. Y es lo que se encontraron. Esta vez no había excusa para no ganar.
Así que se puso en marcha hacia la empresa. Se vivía un partido con respeto. Los unos, los maños, por medirse a uno de los más altos clasificados; los otros, los de Anduva, por sus malos resultados fuera de casa y por llegar a un estadio que, sin duda, iba a apretar.
Las intenciones del Real Zaragoza se veían pronto. El equipo jugaba más adelantado, pisaba más el área rival, pero hacía falta un poco más. En los primeros 15 minutos, entre Francho y Bazdar protagonizaron las jugadas de ataque. El primero, con internadas en la banda derecha y el segundo con un remate mal ejecutada.
El Mirandés no puso en problemas a Poussin en toda la primera mitad. Su peligro también llegaba por las bandas, con Joel Roca y Benito penetrando por la derecha. En la izquierda, Reina hizo un roto a Clemente en el entorno de los 20 minutos. Pero salvaba bien la zaga.
Un poco de Soberón, comandando una contra que no ejecutó bien Arriaga, a las manos de Raúl Fernández. Y, por contra, Jair repelió en el 37’ un balón que debía ser de Poussin y casi termina en la propia portería.
En resumen, más solidez atrás, un poco más de miga en ataque, pero insuficiente para irse por delante al término de los primeros 45 minutos. El Real Zaragoza necesitaba dar un paso adelante en la segunda mitad.
SEGUNDA PARTE PARA GANAR
La segunda mitad fue un juego de estrategas, de ver cómo aniquilar al rival en un duelo donde no había resultado distinto al triunfo. Aquí, Poussin fue capaz de repeler un mano a mano en una jugada decisiva.
No pasaba mucho. Con balón, el Mirandés era mejor que el Real Zaragoza. En ocasiones, absolutamente igual porque no existía ninguna. Era un partido de detalles.
Es aquí donde emergió Jair. El central, imperial todo el partido, cuando corría el minuto 78’, remató al fondo de la red un saque de esquina sacando rédito máximo. Logró el segundo disparo a portería y, con él, el 1-0 definitivo que valdría tres puntos.
Desde entonces y hasta el final, no sucedió nada más. El Real Zaragoza se dedicó a morir el partido, a defenderse y a sostener el triunfo. Ese que logró La Romareda, que ejecutó Jair y que supuso el estallido de la grada. Ese que supone pasar una semana más fuera del descenso.
FICHA TÉCNICA
Real Zaragoza: Poussin; Francho, Vital, Jair, Clemente (Tasende, min 75’), Adu Ares (Pau Sans, min 60’); Guti, Arriaga, Aketxe (Liso, min 75’); Soberón (Kosa, min 85’), Bazdar (Marí, min 75’)
C.D. Mirandés: Raúl Fernández; Juan G. (Butzke, min 84’), Tachi (Tomeo, min 69’), Eguliz; H. Rincón (Carlo, min 84’), Lachuer (Calvo, min 84’), Gorrotxa, I. Benito; A. Reina, Panichelli, Joel Roca (Izeta, min 65’)
Árbitro: Arcediano Monescillo. Amonestó a Juan G. (min 28’), Rincón (min 35’), Aketxe (min 45+1’), Guti (min 50’).
Goles: 1-0, Jair (min 78’).
