Myriam Campelo, directora de la app de meditación Petit BamBou: «Vivimos enfadados, tenemos la necesidad de descargar nuestras frustraciones y esto viene provocado por el estrés»

El tercer lunes de enero, que este 2025 cae en el día 20, se ha popularizado como el día más deprimente del año.

 

Entrevista de Cristina Galafate

El Blue Monday es un término acuñado por el psicólogo británico Cliff Arnall a través de una fórmula matemática. Se basó en las condiciones meteorológicas, el nivel de deuda y crisis económica, el tiempo que ha pasado desde Navidad y hasta que se incumplen nuestras metas en forma de propósitos de Año Nuevo, los niveles de baja motivación y la necesidad de querer hacer muchas cosas y no poder llegar a todo.

Aunque el concepto tiene cierto sentido, fue aprovechado como campaña publicitaria de una agencia de viajes y, desde entonces, es un elemento más de marketing, del mismo modo que otras fechas señaladas. Sin embargo, ha ganado popularidad y se ha convertido en una oportunidad de reflexión emocional sobre bienestar y salud mental.

Myriam Campelo (Pontevedra, 6 de mayo de 1982), directora de la aplicación de meditación Petit BamBou en España, explica que herramientas tan simples como una rutina de ejercicio, socializar y practicar técnicas de mindfulness pueden ayudarnos a superar ese sentimiento de tristeza que puede invadirnos no sólo hoy, sino muchos otros días del calendario. Y respaldada con evidencia científica.

En cada uno de nosotros reside la libertad de escoger la actitud con la que se enfrenta a cada situación vital. Podemos enfadarnos y gritar como reacción o respirar y pausar antes de contestar con un enfado. ¿Por qué una herramienta que puede ayudar como la meditación se sigue considerando tan mística?
Existen muchos clichés en torno a la práctica y las imágenes sobre meditación en internet tampoco ayudan mucho. Vemos a alguien sentado en posición de loto, en una quietud casi imposible, en entornos idealmente tranquilos y no nos sentimos identificados. También están quienes vinculan meditación y religión, especialmente en un país tan conservador como el nuestro. Meditar es una práctica introspectiva centrada en la atención plena, la calma y la autoconciencia, sin depender de creencias religiosas. Rezar, en cambio, es un acto de comunicación con lo divino.
Cada vez existe más evidencia científica de los beneficios pero, ¿es concluyente?
Efectivamente, existe evidencia científica sobre los beneficios de la meditación, y no son pocos. Nuestro cerebro es un músculo más del cuerpo y podemos trabajar para mejorarlo. Numerosos estudios han demostrado que se producen cambios, es lo que se conoce como neuroplasticidad: la meditación fortalece áreas del cerebro vinculadas con la mejora de la atención, la memoria y la gestión emocional.
¿Y eso en qué se traduce?
Ahora que está tan de moda hablar de hormonas quizás se entienda mejor si decimos que la práctica regular de la meditación ayuda a regular las hormonas del bienestar al aumentar dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas, mientras disminuye el cortisol. Por suerte, poco a poco y gracias a que cada vez más psicólogos prescriben su práctica, deportistas de élite o empresarios de éxito hablan abiertamente de que meditan. Se está desmitificando su práctica y haciéndola más cercana. También el hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiende la meditación y que Naciones Unidas, con el objetivo de concienciar sobre la meditación y sus beneficios, proclamara el 21 de diciembre como Día Internacional de la Meditación está siendo de gran ayuda para democratizar su práctica.
¿Es cierto que la meditación puede entenderse de muchas formas, es decir, que puede ser simplemente tener atención plena o respiración sin tener que recurrir a otros elementos?
Es un concepto muy amplio y hay muchas formas de meditar, todas con grandes beneficios para el bienestar emocional y la salud mental. La meditación mindfulness es una de las más populares, pero también está la trascendental, zen… Los beneficios son muy similares y la decisión de meditar con una u otra es muy personal.
¿Qué consejo le daría a aquellos que lo intentan pero divagan mucho y se pierden enseguida en sus pensamientos?
Lo más importante es que entienda qué esperar de la meditación en cada momento del proceso. Es como hacer deporte. ¿Acaso una persona que decide correr un maratón puede hacer los 42 kilómetros desde el primer día? ¿Todos los días va a correr igual, con la misma intensidad? También, como en el deporte, el éxito del desarrollo del hábito va a venir condicionado por mi interés. Es importante tener siempre presente por qué queremos meditar y recordárnoslo en momentos en los que queramos abandonar.
¿Por qué es tan difícil calmar la mente al principio?
La meditación mindfulness consiste en prestar atención al momento presente, y eso no es fácil al principio, porque los pensamientos se nos amontonan en la mente: del pasado, del presente y saboteadores que te predisponen ante la práctica. Eso nos pasa a todos y es perfectamente normal, la mente se distrae, especialmente cuando estamos viviendo un momento de mucho estrés o ansiedad. Pero la meditación es precisamente darse cuenta de que la mente se está yendo y devolver la atención al momento presente, con amabilidad. Con la práctica, la mente va a estar más presente, pero tenemos que ser pacientes.
¿Es cuestión de entrenamiento?
Exacto. El cerebro es un músculo más de nuestro cuerpo y la meditación es su entrenamiento. Como en una práctica deportiva, cuanto más tiempo le dedicamos, mejor va a ser el resultado. Pero como en la práctica deportiva, no podemos ir de 0 a 100 de golpe. Hay que ir poco a poco, tendremos días mejores, días peores, momentos de bajón en los que queremos abandonar, y periodos en los que cuesta encontrar el momento para cuidar de nuestra mente.
¿Qué impacto puede tener en el físico, como dormir bien, reducir presión arterial, calmarnos en una situación de tensión?
Meditar se va a notar en todas las facetas de nuestra vida. El estrés y la ansiedad, que son todo lo contrario a estar ‘aquí y ahora’, afectan a cómo descansamos y la respiración se convierte en superficial, así que no oxigenamos bien nuestros órganos, sube la presión arterial, comemos peor, la piel, que es nuestro mayor órgano, también refleja todo lo que pasa dentro de nosotros… Por no hablar de nuestras relaciones sociales: estamos más irascibles e intolerantes. Cuando meditamos, aprendemos a estar presentes en este momento, no cambia nuestras vidas pero cambia la forma en la que la vivimos.
¿Por qué algunos momentos disparan lo peor de nosotros, por ejemplo, en un avión a la salida o en un atasco?
Vivimos enfadados, tenemos la necesidad de descargar nuestras frustraciones y esto viene provocado por el estrés, las preocupaciones del futuro y la desconexión con el presente. También, dependiendo de nuestro estado de ánimo, nuestra respuesta a estímulos externos cambia en cada circunstancia. La meditación, además de ayudarnos a ser conscientes de nuestras emociones, también nos ayuda a ser conscientes de qué podemos controlar y qué no y en base a ello, tomar las decisiones desde la calma y con claridad. En el caso de un atasco, por ejemplo, existe una situación que yo no puedo cambiar. Me quedan 30 minutos por delante y es mi decisión si quiero jurar en arameo y llegar a casa o al trabajo enfadados y que mi estado de ánimo condicione el resto del día e incluso a mi relación con los demás. O puedo aceptar la situación y decidir pasar ese tiempo escuchando un poco de música o, si vamos acompañados, ¡qué gran oportunidad para tener una agradable conversación!
¿Y cómo puede ayudarnos la meditación en esos momentos?
Animo a la sociedad a aprender a ser amables, a tratarse con cariño, sin juzgarse tan duramente, a aprender a aceptar lo que viene tal y como es, sin añadir filtros llenos de prejuicios. Sólo cuando conseguimos tratarnos con amabilidad conseguimos ser amables con los demás y es ahí cuando vamos a poder a hacer frente, desde la calma, a determinadas situaciones que no podemos controlar y que nuestro enfado no puede resolver. ¿Qué sentido tiene entonces enfadarse y hacer daño a otra persona descargando nuestra ira sobre ella? ¿Un insulto va a solucionar algo? ¿Te va a hacer sentir mejor o, por el contrario, va a seguir alimentando tu enfado?
¿Hay algún momento del día en que sea especialmente conveniente?
Para hacer de la meditación un hábito es importante que siempre lo hagamos a la misma hora. Puede ser por la mañana al despertarnos, antes de comenzar el día, al llegar al trabajo, antes de acostarte… Vivimos vidas muy ajetreadas y para tener éxito en la práctica es importante encontrar nuestro mejor momento.
¿Hay relación entre la meditación y el crecimiento personal y profesional?
Por supuesto. En un mundo lleno de distracciones, el hecho de que tengamos la capacidad de poder centrar la atención en lo que tenemos entre manos es una gran ventaja competitiva. Nuestro cerebro tarda unos segundos en enfocar la atención en algo, si continuamente tenemos elementos que nos alejan de lo que estamos haciendo, nuestra atención y concentración se ve perjudicada. También en el deporte: poder controlar los pensamientos, muchas veces saboteadores de lo que podemos hacer o no, nos permite sacar lo mejor de nosotros en situaciones de presión o adversas. Ya se conocen muchos deportistas de élite que incorporan la práctica a su entrenamiento diario.
¿Puede el mindfulness potenciar la concentración, la creatividad y la toma de decisiones?
Cuando nos liberamos de las distracciones, los juicios y los patrones mentales, podemos pensar con más claridad, ser más creativos y tomar decisiones libres de condicionamientos.
¿Qué áreas del cerebro se ven más afectadas por la práctica, según estudios de neuroimagen?
Se engrosan aquellas partes relacionadas con el bienestar, regulación emocional y atención, como la corteza prefrontal y el hipocampo, mientras que otras zonas se reducen, como la amígdala lo que ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y el miedo.
¿Cómo puede influir en la regulación emocional y la resiliencia frente a eventos traumáticos?
La práctica del mindfulness se lleva a cabo en diferentes contextos terapéuticos: para superar traumas, adicciones, para acompañar durante la enfermedad, etc. Si lo explicamos desde la neurociencia, la práctica continuada de la meditación produce un aumento de la corteza prefrontal que ayuda a mejorar el autocontrol, y la reducción de la amígdala, que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.
¿Qué diferencias se observan entre la meditación guiada y la autodirigida?
Los mismos. La decisión de elegir una u otra es tu experiencia con la práctica. Meditar es muy fácil, pero se requiere un aprendizaje y, sobre todo, una guía que te dirija en cada momento. Las meditaciones guiadas de Petit BamBou están diseñadas por expertos y siempre recordamos dónde dirigir la atención, cómo respirar, etc. Algo de lo que nos podemos olvidar y dejarnos llevar por nuestros pensamientos si no tenemos dicha guía.
¿Qué desafíos enfrenta la integración del mindfulness en entornos clínicos?
Poco a poco vemos cómo se va prescribiendo más la práctica de la meditación y menos de medicación para, por ejemplo, tratar la ansiedad, dormir mejor, reducir estrés e incluso para disminuir el dolor físico en los casos donde es posible. Esto lo sabemos además de primera mano, ya que muchos de nuestros usuarios llegan a Petit BamBou por recomendación de su médico de cabecera, psicólogo o psiquiatra. Aunque sigue habiendo escépticos porque, en un mundo donde todo es tan complejo, ¿cómo algo tan sencillo y económico puede aportar tan buenos resultados?
¿Y en la educación?
En entornos educativos también estamos viendo cómo cada vez más y más colegios integran prácticas de mindfulness en algún momento del día: al comenzar, después del recreo para bajar revoluciones o antes de un examen. No está en el currículo, de momento [sonríe], y son los profesores o los centros educativos los que incorporan estas prácticas. Nosotros estamos comprometidos con el equilibrio emocional y bienestar en la infancia y por eso, a través de Petit BamBou Foundation, aportamos acceso a meditaciones y herramientas de mindfulness gratis a los colegios. A día de hoy ya son más de 700 profesores en España disfrutando de la herramienta.