Multitudinario desfile en la capital aragonesa en una tarde apacible, sin lluvia ni excesivo frío
En una tarde apacible, sin frío excesivo ni cierzo, y también alejada de las previsiones más pesimistas que mencionaban a la lluvia para este domingo, Zaragoza ha vivido uno de los momentos más mágicos de todo el año. Como cada 5 de enero, los tres Reyes Magos (Melchor, Gaspar y Baltasar) no han fallado a su cita en la capital aragonesa para la alegría de miles y miles de zaragozanos de todas las edades.
Una vez allí y tras un «largo viaje desde Oriente» han descendido por la escalinata de la fuente y tras alcanzar el monumento de Alfonso I el Batallador han sido recibidos por la alcaldesa Natalia Chueca. No han desperdiciado el momento tampoco para hacerse las primeras fotos y saludar a los más devotos que se han aunado en el reconocido parque. Ha supuesto, sin duda alguna, el inicio de una tarde llena de emotividad e ilusión.
Desde el CEIP Joaquín Costa en el paseo María Agustín ha arrancado un acto que, especialmente los más pequeños, llevaban esperando todas las Navidades. Prueba de ello han sido los nervios de esos momentos previos. «Espabila que no llegamos», le decía un joven a su hermano en las inmediaciones del edificio Pignatelli pocos minutos antes del inicio. «¿A qué hora salían? A ver si no vamos a verlos», se preocupaban otras dos jóvenes que esperaban ya con poca paciencia a sus majestades y obligaban a sus padres a avanzar entre el gentío.
Era cuestión de tiempo. Poco antes de las 18.00 horas el desfile ha avanzado desde María Agustín hacia el centro, pasando por puntos claves como la Puerta del Carmen, Gran Vía o la Plaza de España hasta llegar a la iluminada Plaza del Pilar. La carroza de la Estrella o la aparición de un nutrido grupo de los Bomberos o la Policía Local de Zaragoza, que celebra ya su 175 aniversario, no han dejado indiferente a nadie.
Eso sí, sin duda la locura -precedida de confeti dorado, muchos caramelos, monedas de chocolate y un fuerte griterío-, ha comenzado con la aparición de las carrozas en las que, intercalados, han ido apareciendo Melchor, Gaspar y Baltasar para el goce de cientos de presentes que mostraban desde cada recoveco del casco histórico en su mirada la misma ilusión que la primera vez frente a sus majestades, independientemente de la edad.
LOS MOMENTOS MÁS MÁGICOS DEL AÑO
Y es que aunque los más pequeños son siempre los protagonistas, ni un alma ha querido perdérselo. De ahí que muchos hayan hecho lo imposible: auparse en los brazos o hombros de sus allegados, buscar un altillo que les diese una visión privilegiada o incluso subirse a las vallas de los aledaños para aprovechar y lanzar sus últimas peticiones. Una vez bien ubicados solo quedaba disfrutar. «Qué pasada mamá, son los Reyes», ha admitido anonadada una niña zaragozana que ha vivido este domingo una de sus primeras cabalgatas y que seguramente tardará en olvidar.
Finalmente, la comparsa al completo, compuesta por un séquito superior a las 300 personas y a la que el Ayuntamiento ha destinado este 2025 hasta 280.000 euros para potenciar su imagen, ha alcanzado la plaza del Pilar en torno a las 20.00 horas. Allí, sus majestades han realizado su tradicional ofrenda de oro, incienso y mirra. El acto ha sido clausurado por la regidora de la ciudad, Natalia Chueca, que ha dedicado unas palabras a los Reyes Magos y a los presentes.
Aún con todo, la noche mágica no ha hecho más que comenzar. Esta noche los Reyes Magos cumplirán con las peticiones de miles y miles de aragoneses que mañana despertarán con sus nuevos regalos. Será un lunes distinto, con turno para disfrutar en familia de los obsequios de sus majestades de Oriente.