Desalojo «injustificado» de los guardias civiles de Utiel y sus familias: sin motivo y en un plazo de siete días

Desconocen quién ha tomado esta decisión «arbitraria y desconsiderada» y no existe comunicación oficial ni documentación que la respalde

Los guardias civiles de Utiel tienen que hacer frente a un nuevo varapalo, cuando aún se están recuperando de los devastadores efectos de la DANA. Sin previo aviso y sin justificación alguna, deberán abandonar junto a sus familias los pabellones del Puesto de la Guardia Civil y tendrán que hacerlo en apenas una semana de plazo. No existe comunicación oficial alguna ni documento que lo respalde, de hecho sólo han sido informados verbalmente, y se desconoce quién ha tomado la decisión.

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Pero, a pesar de la ausencia de información, los agentes tendrán que abandonar sus viviendas en un plazo de siete días. Una situación «intolerable», que ya ha sido denunciado por la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) que exige «de manera inmediata» la paralización del desalojo hasta que se ofrezca «una alternativa viable y digna a todas las familias afectadas». Porque, según explican, desde la Administración han puesto sólo cuatro viviendas a disposición de los agentes, una cifra «insuficiente» para el número de afectados. Además, apuntan que estas viviendas se encuentran en «lamentables condiciones de habitabilidad».

«Es una vergüenza que quienes protegen a la ciudadanía se enfrenten a una situación tan humillante y arbitraria«, reiteran desde esta asociación e insisten en la necesidad de que haya «total transparencia en torno a esta decisión» y eso incluye dar a conocer los motivos que han llevado a tomar esta decisión y lo más importante, quién o quiénes son los responsables.

«Abandono» y «falta de respeto»

Desde AUGC denuncian públicamente «la situación de abandono, falta de respeto y ausencia de garantías legales» que están sufriendo los guardias civiles y sus familias residentes de los pabellones del Puesto de la Guardia Civil en Utiel y exigen garantías de que los agentes y sus familias no se verán obligados a vivir en «condiciones indignas o en situación de desamparo». Y en este punto, subrayan que «es indignante que, en pleno siglo XXI, se trate de esta forma a quienes velan por la seguridad de los ciudadanos».

Porque, insisten, «esta forma de proceder es intolerable y contraria a los derechos básicos de cualquier ciudadano, incluidos quienes dedican su vida al servicio público y la seguridad de todos» y la Administración es la primera que debe garantizar que se cumplan esos derechos. Por el momento, el primer paso sería que las autoridades dieran un paso al frente y explicaran los motivos del desalojo e identificaran a la persona o entidad responsable de tomar esta medida «tan arbitraria como desconsiderada», concluyen.

Los «héroes» de Utiel

La noticia del desalojo llega después de haber vivido emotivos momentos tras la DANA que asoló este municipio valenciano. Uno de ellos fue el protagonizado por un matrimonio mayor de Utiel, Ana y Nasta, y los guardias civiles que les rescataron aquel fatídico 29 de octubre. Días después de lo sucedido, ambos se acercaron hasta el cuartel para agradecerles su heroica respuesta aquel día y por la que hoy en día siguen con vida.

Entre lágrimas, Ana recordó cómo el cabo Fran la agarró fuerte en medio del torrente y le dijo: «Si te vas, yo me voy detrás». Un reencuentro que terminaba con un emotivo abrazo y las palabras de consuelo del agente tras lo vivido: «Pero aquí estamos los dos, ¿has visto cómo yo tenía razón?». Y Ana insistía: «Yo lo tengo que decir en algún lado, tengo que agradecer a toda la Guardia Civil que me ha ayudado. Si no llegan a venir… no estaría yo aquí con mi marido. No tengo palabras, ni siquiera sé cómo explicarlo, pero toda la vida estaré agradecida».

Según señalaron fuentes de la Guardia Civil, este matrimonio quedó atrapado en su vehículo en torno a las 13:00 horas de aquel 29 de octubre. Para llegar hasta ellos, los agentes se ataron a una cuerda y atravesaron el torrente. Después, los subieron a un tractor y así consiguieron ponerlos a salvo. Porque como subrayan desde el Instituto Armado, gracias a la ayuda de los trabajadores del campo, que aportaron su maquinaria desde el primer minuto y «se jugaron el tipo conduciéndola», la Guardia Civil pudo salvar a decenas de personas en la localidad en esta localidad valenciana.