Al colegio en tractores por la DANA en Aragón: «Si tuviéramos burro, en burro saldríamos del pueblo»

Dos semanas después de la gota fría, algunos de los municipios más afectados de la comunidad comienzan a cuantificar los daños y valoran las ayudas anunciadas

Hasta hace solo unos días, la pequeña localidad de Cimballa dejaba estampas que reflejaban a la perfección las consecuencias de la gota fría. Las familias, ante la incapacidad de llevar a sus hijos por carretera al colegio, en Nuévalos, o al instituto, a Ateca, emplearon el ingenio para solventar una situación que se tornaba en dramática. Todos ellos se desplazaban por caminos rurales o por las pistas que rodean el pueblo, aunque el mal estado de estos provocó que los primeros días el medio de transporte fuera, ni más ni menos, un tractor. Ahora ya pueden ir en coche por dichos recorridos, aunque Cimballa sigue, en la práctica, incomunicado.

«Todavía no hemos cuantificado nada, porque lo primero que queremos es que arreglen los accesos al pueblo, por lo menos el de Nuévalos. Y luego vendrá lo demás», afirma su alcalde, Cecilio Roy. Y es que, dos semanas después de que el temporal se cebara con localidades como la suya, la incomunicación está provocando coyunturas que complican más si cabe el día a día de los vecinos. «La cartera no viene, el médico hace lo que puede, el camión de la basura tampoco tiene el mejor camino para venir…», denuncia Roy, que recuerda que con esta última ya van cuatro riadas en dos meses.

Por el momento, explica, se han desplazado al municipio técnicos de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y de la DGA, mientras que con la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha hablado por teléfono. «Pedimos, por favor, que se den prisa, porque si tuviéramos burro, en burro saldríamos del pueblo», prosigue Roy, que también pide repensar el cuidado de los ríos. «Hay que regular los cauces para evitar esto», sostiene.

Montalbán, un caso especial de 3,5 millones

Sí han podido hacer las primeras estimaciones en otros municipios afectados, entre los que sobresale Montalbán. Su alcalde, Carlos Sánchez Boix, cifra los cálculos preliminares en 3,5 millones de euros. «El Gobierno de Aragón se ha comprometido a asumirlos y estamos negociando un convenio con ellos, que esperamos que se firme la próxima semana», explica el regidor, que añade que sin ayudas, para un pueblo como el suyo sería «imposible» hacer frente a las reparaciones. En cuanto a las ayudas estatales, Sánchez Boix admite tener «dudas», aunque espera que queden resueltas con la reunión que tiene prevista para la próxima semana con la Subdelegación del Gobierno en Teruel.

A pocos kilómetros de Montalbán está La Hoz de la Vieja, un pequeño municipio que vio como la DANA se llevaba por delante puentes que conectaban las dos partes del pueblo, arrancaba tuberías y llenaba de barro sus calles. Ahora, su alcaldesa, Laura Royo, asevera que el pueblo «ya parece otro», gracias a la labor de limpieza de los vecinos, que también han tirado de ingenio. En su caso, para habilitar de nuevo, con los pocos medios materiales que tienen, los puentes que conectan ambas partes de la localidad.

Aunque todo es provisional, hace el papel para poder ayudar a los vecinos de la parte que quedó casi incomunicada. Con todo, es en la valoración de daños donde La Hoz de la Vieja pretende dar más batalla, ya que el Instituto Aragonés del Agua los ha cuantificado en 96.000 euros y los técnicos municipales en cerca de 400.000. «Hemos quedado que harían una segunda valoración», añade Royo.

En el corazón del Matarraña, Valderrobres sigue «valorando» los destrozos del temporal. «Todavía son estimaciones, pero las primeras aproximaciones hablan de unos 400.000 euros. Hace falta una infraestructura que tenga capacidad para desaguar y llevar esas precipitaciones al río que ya son unos 300.000. A eso hay que sumarle algún azud, accesos… Además de los daños particulares en los campos, claro», razona el alcalde, Carlos Boné, quien además lamenta que, al haber vuelto a llover, las labores de limpieza en los caminos «aún tardarán más».

Herrera y Villar de los Navarros también sufrieron distintas consecuencias. En el primer caso, los daños están valorados en unos 300.000 euros, según su primer edil, Enrique Felices. En Villar, por su parte, lo que más preocupan son los accesos a Azuara y a los campos, ya que es tiempo de siembra. En el pueblo las afecciones fueron menores, aunque reparar el paseo y algunas farolas ya podría suponer entre 10.000 y 15.000 euros, tal y como estima su alcalde, Míchel García Abuelo