El tramo entre Lanave y Sabiñánigo de la A-23 se adjudica por 102,4 millones

El Ministerio de Transportes tarda 3 meses en confirmar a Sacyr como contratista tras la renuncia de Acciona y ser la mejor valorada pese a costar 1,5 millones más

El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible por fin ha adjudicado el contrato para la construcción de los 8,7 kilómetros que faltan para unir por autovía la localidad levantina de Sagunto con la oscense de Jaca y el Pirineo aragonés. Hizo público ayer que tres meses después de que su primera adjudicataria, Acciona, decidiera renunciar a ejecutar los trabajos, ahora lo hará la segunda puja mejor valorada en el concurso público, Sacyr. Aunque esta lo hará finalmente por 102,4 millones de euros (IVA incluido), 1,5 más que la anterior adjudicataria, su puja fue impecable en la valoración técnica.

Ahora, se procederá a la tramitación de formalización del contrato para que las obras comiencen lo antes posible. Pero lo que es seguro es que, tras tantos años de espera, el inicio del proyecto que pondrá fin al cuello de botella que ahora representa este punto de la N-330 en la cara norte del Alto de Monrepós, se dará antes de finalizar el 2024. Todo este tramo de carretera nacional se transformará en autovía y, con ello, la conexión entre el Mediterráneo y el Pirineo en una vía de alta capacidad que será una realidad en el segundo semestre de 2029, ya que hay un plazo de ejecución de 59 meses.

Desde su inicio, la autovía Mudéjar (A-23) cuenta ya entre Sagunto y Lanave con 394 kilómetros sin interrupciones. Un eje de alta capacidad que conecta además con Zaragoza y Teruel, y entronca con otras dos autovías, la A-21 y la A-22, a la altura de Huesca para enlazar la ciudad con Pamplona y Lérida.

Junto al tramo de Sabiñánigo Este-Sabiñánigo Oeste, actualmente en construcción, el tramo Lanave-Sabiñánigo Sur viene sufriendo desde hace años las consecuencias de un cuello de botella que se traduce habitualmente en retenciones de tráfico estacionales en la temporada de esquí, el verano y los festivos y fines de semana.

El nuevo tramo se inicia en el enlace de Lanave, ya construido, y tiene una longitud de 8,7 kilómetros hasta Sabiñánigo, conectando con un tramo de 2,5 kilómetros de autovía ya en servicio entre Sabiñánigo Sur y Sabiñánigo Este. Mientras, la actual N-330 quedará como vía de servicio de la autovía en todo el tramo, lo que exige reponerla en varios puntos.

El proyecto incluye un nuevo enlace en Ipiés y un semienlace en Sabiñánigo Sur, al final del tramo. Y también obliga a levantar dos viaductos sobre el río Gállego, de 270 y 183 metros, respectivamente, otros dos viaductos sobre el canal de Jabarrella, de 120 y 147 metros, y un quinto sobre el barranco de Fanlo, de 69 metros. Además, habrá cuatro pasos bajo la autovía, dos pasos superiores y hasta 920 metros de muros. Hizo público ayer que tres meses después de que su primera adjudicataria, Acciona, decidiera renunciar a ejecutar los trabajos, ahora lo hará la segunda puja mejor valorada en el concurso público, Sacyr. Aunque esta lo hará finalmente por 102,4 millones de euros (IVA incluido), 1,5 más que la anterior adjudicataria, su puja fue impecable en la valoración técnica.