Para gran parte de las asociaciones, los sindicatos y los trabajadores del sector esta flexibilización no soluciona, «ni de lejos», el problema de base del sector primario europeo
Europa ha cedido y finalmente ha aprobado eximir a los pequeños agricultores de controles y sanciones medioambientales. Pero para el campo no es suficiente. Aunque agradecen y valoran positivamente este primer paso hacia la flexibilización, fuentes del sector han mostrado su descontento y su insatisfacción a Vozpópuli en la relación a esta reforma de la PAC.
Los cambios respaldados por los países miembros este martes afectan a algunas de las prácticas ambientales que se deben cumplir como condición para recibir subsidios de la PAC y eximen a las pequeñas explotaciones (de menos de 10 hectáreas) de controles y de sanciones relacionadas con los requisitos de condicionalidad. Las modificaciones también tienen como objetivo simplificar las reglas, reducir la carga administrativa y «proporcionar una mayor flexibilidad para cumplir con ciertas condicionalidades medioambientales», de acuerdo con el Consejo.
Pero para gran parte de las asociaciones, los sindicatos y los trabajadores del sector esta flexibilización no soluciona, «ni de lejos», el problema de base del sector primario europeo. «Aunque esto nos parece un paso positivo, no hay nada con respecto a la entrada de productos de terceros países que nos invaden. […] Necesitamos, con la máxima urgencia, un control de todas esas producciones. […] De este tema no se ha hablado. Por tanto, queda un déficit todavía muy importante la UE con respecto a la problemática que tenemos en el sector agrario para el funcionamiento del día a día», ha denunciado Miguel Padilla, Secretario General de COAG a preguntas de este periódico.
Una nueva realidad para el campo
Más contundentes se han manifestado desde la asociación agraria SOS Rural, que, tras varios meses de rumores, finalmente han decidido renunciar a presentarse a las elecciones europeas. Javier Poza, secretario general de la asociación, explica en conversaciones con este periódico que aunque también valoran positivamente los pasos adelante hacia la flexibilización creen que todavía «se queda corta». «El problema de la política agrícola es que se hizo en un escenario totalmente distinto al de ahora, un escenario que es de guerra, con altísimos costes de producción e importaciones masivas. Son necesarias más medidas, una reforma en profundidad. Los problemas del campo necesitan medidas de carácter estructural, no simples parches», ha denunciado.
«Desde SOS valoramos de forma positiva la simplificación de algunas de las normas ambientales de la PAC, como la conocida como «condicionalidad» y los controles para las pequeñas explotaciones. No obstante, echamos de menos una mayor simplificación en la BECAM 4, franjas de protección en los cauces y todavía estamos pendientes de una flexibilización de los controles para las explotaciones de más de 10 hectáreas. Es importante que el Parlamento Europeo apruebe la simplificacion lo antes posible para que pueda aplicarse ya este año 2024. Una vez aprobada, la pelota pasará a manos del gobierno. A partir de ahora ya no habrá excusas«, ha añadido.
Carlos Bueno, secretario general de Alma Rural, se ha unido a las críticas de SOS Rural y COAG. «Quienes tenían que defender las condiciones del campo no lo han hecho. La agricultura ha sido una moneda de cambio. La situación ha ido empeorando cada vez más y donde antes había un derecho del agricultor, ahora no lo hay. La flexibilización actual no es un examen de conciencia de los errores de las políticas empleadas…».
La única asociación que ha aplaudido en su totalidad la propuesta de la Comisión ha sido la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), que ha calificado de «éxito de las movilizaciones del campo» las medidas de flexibilización aprobadas este martes en Consejo Europeo de Ministros. «La organización aspira a lograr un acuerdo a nivel nacional que dé respuesta a las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos.», han asegurado a través de un comunicado oficial.
