Galicia vota con más de 150.000 indecisos

El voto exterior puede ser decisivo en el resultado final que decida el color de la Xunta

Galicia es la primera meta volante del devenir de la Legislatura. Lo más probable es que el Gobierno de coalición ni siquiera pueda aprobar Presupuestos en este año por la complejidad de cuadrar los intereses de todas las siglas que han tenido que meter en el saco de la investidura de Pedro Sánchez a cambio de promesas más o menos difíciles de ejecutar, por lo que, sin margen tampoco de legislar, todo girará sobre los tres procesos electorales previos a las catalanas, el punto definitivo de inflexión de la legislatura.

La lectura nacional de los resultados se hará esta misma noche porque más allá de quién gobierne la Xunta, PSOE y PP se han medido por primera vez las fuerzas desde las últimas elecciones generales. El microclima gallego es menos permeable a la política nacional, pero uno de los dos, Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo, se erigirá hoy en ganador y esto tendrá consecuencias en el pulso que mantiene los principales partidos a cuenta del tema central de la legislatura, la amnistía y la agenda independentista. Si hay mayoría absoluta del PP, Feijóo no sentirá moverse el suelo bajo sus pies, aunque tenga garantizado, en todo caso, el cierre formal de filas de su partido, al menos de momento, y Sánchez no podrá esconderse en el cambio para ocultar que el PSOE sigue adelgazando en su poder territorial hasta niveles históricos.

Estas elecciones que se celebran hoy llegan en un marco sociológico en el que 103.000 electores manifiestan su duda sobre si acudir o no a las urnas, y otros 74.000 se debaten todavía entre dos opciones diferentes. Hay que tener en cuenta que al igual que ocurre en el conjunto de España, una cuota importante de la ciudadanía gallega declara de forma creciente que posterga hasta última hora su decisión de voto. En las elecciones más recientes, las generales de julio de 2023, uno de cada cuatro gallegos decidió su voto en la última semana. Según los datos de NC Report, el 4,6% de los electores gallegos residentes en España llegaron a la última semana de la campaña dudando entre votar o no, lo que sobre censo suman 103.000 votantes.

De ellos, 26.000 están indecisos entre votar al PP o abstenerse; otros 24.000 votantes del PSOE se encuentran en la misma situación. Y en cuanto al BNG, la cifra alcanza los 19.000 votantes. Por otro lado, un 3,3% del censo residente en España, es decir, 74.000 votantes, dudan entre dos candidaturas. El 7,6% de los votantes del PSOE no tiene claro si votará al PSOE o al BNG: suman 19.000 papeletas. Le siguen en orden de electores aquellos que no votaron al PP, BNG o PSOE en las últimas elecciones y que ahora podrían votar al PP, que alcanzan los 11.000 electores. Otros 11.000 votantes del PP dudan entre su partido y otros de la derecha. En este listado, hay que añadir a aquellos votantes del PSOE que están indecisos entre el voto a su partido o a otras siglas distintas del PP y BNG, y que suman 8.000 ciudadanos. Los que decían que dudaban entre el PSOE y BNG son 7.000. Y la indecisión entre PP y PSOE afecta a 6.000.

Otro factor a tener en cuenta este domingo, es que el 5,8% de los votantes del PSOE decidirán finalmente su voto hoy mismo, así como el 5,1% del electorado popular y el 3,7% del votante de BNG. Además del voto indeciso, también será importante en el resultado electoral cómo se reparten los escaños en tres provincias donde se la juegan fuerzas minoritarias. En La Coruña y Pontevedra están depositadas las únicas esperanzas de lograr escaño por parte de Sumar. Mientras que en la de Orense es donde se centran los esfuerzos de Democracia Ourensana por conseguir representación.

Otra incógnita del 18-F es en qué medida va a influir en el resultado final el voto CERA, el que se emite desde el exterior, principalmente en América y Europa. El 21,49% de los gallegos con derecho a voto residen en el extranjero, es decir, 476.514 potenciales votantes. Y por primera vez desde las elecciones autonómicas de 2009 pueden participar sin restricciones, lo que añade más incertidumbre al resultado final. En 2011 se introdujo el voto rogado para los residentes en el extranjero, lo que ocasionó un desplome en la participación de los residentes en el extranjero, que bajó a porcentajes entre el 4.7% y 6,9%, y que solo en las pasadas elecciones generales de julio de 2023, las primeras con el voto rogado derogado, subió al 10,1%. Pero quedando todavía lejos de la participación del 31,7% registrada en las elecciones generales de 2008, las previas a la introducción del voto rogado.

Este voto exterior, que queda fuera del alcance de los sondeos, puede resultar decisivo en una situación electoral tan ajustada como la actual. Y los partidos están especialmente pendientes del caso orensano, ya que casi el 30 por ciento de los convocados a votar en esta provincia reside fuera de España. Por eso el sentido en que pueda inclinarse este voto podría ser decisivo para determinar a quién acaba cayendo el escaño que, según los últimos trackings, podría estar disputándose entre Democracia Ourensana y el Partido Popular.