EE.UU. planea que Arabia Saudí tutele el futuro de Gaza

El equipo de Biden se plantea que Riad reconozca a Israel y tome parte en la reconstrucción palestina

Un grupo de izquierda en el Capitolio se opone y pedirá el despido del coordinador del plan en la Casa Blanca

Israel permitirá que una delegación de la ONU acceda a la Franja de Gaza para evaluar los daños

Prepara la Casa Blanca un plan para la reconstrucción de Gaza, tras la ofensiva contra Hamás de Israel, que pasa por establecer relaciones diplomáticas entre este último Estado y Arabia Saudí. Ese plan, que circula ya en Washington, tiene el apoyo de no pocos republicanos y demócratas centristas, pero está encontrando una gran resistencia entre diputados y senadores de izquierda en el Capitolio, que están preparando una petición de dimisión del funcionario responsable de política hacia Oriente Próximo de la Casa Blanca.

El funcionario es Brett McGurk, que antes de los ataques del 7 de octubre trabajaba en un plan para el reconocimiento mutuo de Israel y Arabia Saudí y que acaba de viajar a Qatar para negociar sobre los rehenes israelíes y la posible solución al conflicto. Su plan incluye un viaje de Joe Biden a Oriente Próximo para normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudí y la participación de este último país en la construcción y tutela de un Estado palestino que se aparte de la influencia de Irán, aliado de Hamás.

Medios que han revelado la existencia de ese plan en Washington, como ‘The Huffington Post’, revelan que lleva por nombre ‘El Pacto de Jerusalén-Yeda’, siendo esta última la principal puerta de entrada para los peregrinos que se dirigen a La Meca.

La normalización de relaciones con Arabia Saudí es un objetivo de la Casa Blanca desde que en 2020 Donald Trump consiguiera establecer lazos entre Israel y Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán. Biden mantuvo ese objetivo tras llegar al poder en 2021, y le encomendó su consecución a McGurk, un veterano en administraciones demócratas.

Este mismo mes, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, anunció que cuatro naciones árabes y Turquía habían acordado comenzar a planificar la reconstrucción y gobernabilidad de Gaza una vez que termine la guerra de Israel contra Hamás. Arabia Saudí, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Turquía consideran participar y contribuir en iniciativas posteriores al conflicto para el territorio palestino, tras tres meses de bombardeos israelíes. Estos países, que previamente se resistieron a los llamamientos de EE.UU. para iniciar la reconstrucción tras la guerra, insistieron en que primero debe haber un alto el fuego y una reducción significativa de las bajas civiles.

Blinken visitó la zona a principios de año en busca de un consenso, con la misión de forzar una resolución pronta. Israel se niega a contemplar un alto el fuego y ha intensificado sus ataques en el sur de Gaza. Según la agencia Ap, que cita fuentes palestinas, en la Franja han muerto más de 24.000 personas.

Apoyo republicano

Pero no es sólo el equipo de la Casa Blanca el que está implicado en esos esfuerzos. En semanas recientes, legisladores norteamericanos han visitado Arabia Saudí buscando una normalización de relaciones con Israel que resten influencia a Irán y a su vieja técnica de instigar ataques terroristas por sus satélites no sólo en Gaza sino también Líbano o Irak.

A principios de año visitó Israel y Arabia Saudí el influyente senador republicano Lindsay Graham, un viejo aliado de Trump. Es su tercera visita a la zona en un año. Según reveló la cadena NBC, Graham busca establecer un marco para concluir la guerra entre Israel y Hamás, estabilizar Oriente Próximo y allanar el camino para alguna forma limitada de autogobierno palestino en la franja de Gaza.

Ese punto, el de una tutela saudí y una autonomía limitada de los palestinos, es lo que ha indignado a un grupo de diputados y senadores de izquierda que prepara una carta condenando la política de Biden, que creen que es demasiado pasiva y resistente a exigir un alto el fuego inmediato.

Además, ese acuerdo incluiría un pacto de seguridad mutua a firmar entre EE.UU. y Arabia Saudí, lo que intensificaría todavía más unos lazos ya de por sí estrechos entre Washington y Riad y facilitaría la venta de armas, así como la contención de Irán como potencia regional.

Ante estos movimientos, otros satélites iraníes, como los hutíes de Yemen, han tratado de interrumpir las rutas de comercio mundial atacando buques de mercancías en el mar Rojo, lo que ha provocado a su vez la formación de una coalición militar de defensa liderada por EE.UU. y Reino Unido, a la que España se ha negado a sumarse.

La participación de los republicanos es crucial en este complejo plan para implicar a los saudíes en la paz en Israel, dado que para que EE.UU. pueda dotarse de un nuevo pacto de seguridad mutua con la Corona saudí se necesita una supermayoría de 67 votos de 100 en el Senado. Con Biden en la Casa Blanca, puede que una mayoría de demócratas y casi todos los republicanos se sumen y consigan este objetivo, que supondría culminar la política iniciada por Trump en 2020.

Para los críticos con Biden, casi todos ellos de la izquierda en el Capitolio, el plan de Trump de normalizar las relaciones de Israel con países árabes dejando totalmente de lado a los palestinos es lo que envalentonó a Hamás para armarse y atacar a Israel el 7 de octubre, matando a 1.200 personas, entre ellas menores y ancianos.

Búsqueda de estabilidad

Al término de su visita, el senador Graham dijo en una conversación con periodistas: «Ahora estoy más dedicado a llevar estabilidad a Israel y a la región, porque creo que el objetivo de Irán es destruir los esfuerzos para reconciliarse con el mundo árabe. Es un ingrediente absolutamente esencial para un Oriente Próximo mejor y más estable, y un Israel seguro y protegido, así como un pueblo palestino próspero«.

Una delegación bipartidista de la Comisión de Inteligencia del Senado, encabezada por el presidente de esta, Mark Warner, demócrata de Virginia, y compuesta por seis senadores, visitó al Príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en enero. También se reunieron con altos funcionarios de seguridad en Arabia Saudí, Jordania e Israel.

Esta misma semana, en el Foro de Davos, la embajadora saudí en Washington, Reema bint Bandar Al Saud, dijo que la normalización de relaciones con Israel es posible siempre y cuando se pueda crear un Estado palestino. «El pueblo palestino merece un Estado, merece un camino que sea irrevocable… Reconocemos la necesidad de que Israel se sienta seguro, pero no puede ser a expensas del pueblo palestino», añadió, según Axios.

La Princesa Reema también señaló que el Reino reconoce que el ataque de Hamás el 7 de octubre fue «horrible y vil», pero hay trauma y dolor en ambas partes. «Lo mejor que podemos hacer es conseguir un alto el fuego ahora», añadió.