El Rey lamenta «el regreso terrible de la guerra», cuya sombra «se extiende también sobre las democracias.
En su quinto discurso en estos premios, que duró siete minutos, la Princesa Leonor recordó que el próximo 31 de octubre cumplirá 18 años. «Tendré el honor de jurar la Constitución, con lo que eso significa para mí personal e institucionalmente», destacó. «Lo que puedo decirles es que entiendo muy bien y soy consciente de cuál es mi debery de lo que implican mis responsabilidades». Entre ellas, la que supone ser presidenta de honor junto a su padre de la Fundación Princesa de Asturias. «Hoy están presentes sobre este escenario personas con las que aspiro a sentirme identificada, aunque sumen algunas décadas más que yo», declaró la Princesa, al tiempo que añadió que los premiados «transmiten, con sus acciones y en sus obras, esa esperanza que nos guía y nos inspira a los jóvenes».
Felipe VI lamentó en la 43ª entrega de los premios Princesa de Asturias que «la sombra» de los conflictos globales «se extiende también sobre las democracias, sobre los principios y valores que inspiran y garantizan nuestra convivencia»: «Su fragilidad es un recordatorio para no caer en la pasividad». Y en estos tiempos, el Rey declaró que es el momento de afrontar desafíos. «Es la hora del mayor sentido de la responsabilidad», afirmó. «Son muchos nuestros problemas, y las soluciones llegarán -como siempre ha sucedido y demuestra la historia de España- de la unidad, nunca de la división», añadió, a lo que le siguió un intenso aplauso por parte del público.
El Rey hizo un llamamiento a extremar esas responsabilidades: «La paz, el bienestar económico y social de millones de personas y la preservación de los valores democráticos así lo exigen». Comentó entonces que «tenemos que ser conscientes de todo lo que hemos alcanzado como Nación, de todo lo que hemos construido y prosperado, con tanto esfuerzo; de lo necesario que es conservarlo y preservarlo de aquello que lo pueda erosionar y de que debemos cuidar lo mejor de nuestra historia».
«Las tensiones geopolíticas se agudizan y ponen a prueba, una y otra vez, el orden internacional y sus reglas», afirmó el Rey. «Esta deriva nos aparta de la noble idea de que las Naciones -la Humanidad- debemos darnos mutuamente garantías de respecto y seguridad y que necesitamos cooperar seria, profunda y sinceramente para abordar los grandes retos globales», apuntó.
En el Teatro Campoamor, ante 1.300 invitados, el discurso del Rey se prolongó 21 minutos, en los que también lamentó que «este siglo XXI nos ha traído el regreso terrible de la guerra, de los conflictos bélicos en su versión más descarnada y brutal; así como el vértigo ante el riesgo de su extensión».