Garrapinillos pide atajar de una vez la «preocupación» por las maniobras

El alcalde del barrio rural reclama que las aeronaves no vuelen sobre el núcleo urbano

Debate reabierto. Apenas un kilómetro separó el caza F-18 estrellado el pasado sábado en la Base Aérea de Zaragoza del aeropuerto de la capital aragonesa. Mucho más cerca quedó el fuselaje del polígono empresarial Plaza. No hubo que lamentar pérdidas humanas, pues el capitán del Ala 15 que pilotaba la nave, Daniel Pérez Carmona, pudo eyectarse de la nave sufriendo sendas fracturas en la cadera y en el fémur, heridas por las que sigue ingresado en la uci del Hospital Miguel Servet a la espera de ser operado. Sin embargo, la preocupación por la cercanía con la que se desarrollan las maniobras militares del casco urbano de Garrapinillos ha pasado de problema latente a urgente, igual que en Plaza, donde el destrozo podría haber sido considerable en cualquiera de las empresas que lindan con la base militar.

Así lo manifiesta el alcalde del barrio rural, Mariano Blasco: «Hace años que es una preocupación, sobre todo porque los aviones pasan por encima del núcleo urbano. En teoría está prohibido, pero en fechas como las maniobras de la última semana [hubo varias prácticas e incluso Felipe VI visitó el campo de maniobras de San Gregorio el jueves pasado] se hacen excepciones. Esta semana he llegado a contar hasta 12 helicópteros y aviones», apunta el regidor. «Deberíamos atajar el problema ya y a eso ayuda que el ayuntamiento esté en contacto permanente con la Base Aérea», expone Blasco.

Este pasado lunes, una lona negra extendida por todo el vallado que cerca el perímetro de la base ocultaba el lugar de los hechos, donde aún permanece el fuselaje del avión siniestrado y el paracaídas que salvó la vida del capitán Pérez Carmona. Los restos del caza quedaron a unos «400 o 500 metros» de las instalaciones de Profand, la antigua Caladero, por lo que «no se puede ocultar cierta inquietud entre los empresarios», afirma Ángel Adiego, el presidente de la Asociación Empresarial Plaza (Aepla), el polígono que linda con la Base Aérea y cuyos trabajadores vieron de primera mano el sábado cómo el F-18 caía «muy, muy cerca».

Cuenta Adiego que hace unos años Aepla preguntó al Ministerio de Defensa por la viabilidad de cambiar los circuitos del tráfico aéreo, por si los aviones militares pudieran aterrizar por la pista de despegue y así no volar tan cerca de Plaza. «Se nos dijo que no es posible por cuestiones técnicas», afirma el presidente de Aepla.

Le quitan hierro a la situación en la Asociación de Vecinos Peramán, pues descartan que exista esa preocupación. «La gente que vive en Garrapinillos ya sabe lo que hay: todo el mundo está hecho a que hay una base militar y un aeropuerto. El término municipal está muy diseminado y a algunos les molestará más que a otros, pero hoy [por ayer] ya ni se hablaba del accidente en la calle», explica el presidente de la entidad, Pedro Desmartínes.

Mientras tanto, las dos investigaciones paralelas de la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (Citaam) y de la Justicia continúan su curso para tratar de dirimir las causas del accidente que terminó con un F-18 desintegrado el pasado domingo,

En campaña electoral

De hecho, el asunto se ha metido también en la campaña electoral para las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo. El secretario general de IU Aragón y cabeza de lista por Zaragoza, Álvaro Sanz, manifestó que es un «alivio» el que no hubiera víctimas mortales en un acontecimiento que calificó de «inaceptable». «Estos riesgos deben evitarse acabando con las servidumbres militares en Aragón. Ese F-18 que se ha estrellado en las afueras de Zaragoza cuesta alrededor de 55 millones de euros, traducidlo en médicos o colegios», escribió en su cuenta de Twitter.

También fue crítico el candidato de CHA a la Alcaldía de Zaragoza, Chuaquín Bernal: «Después de una semana soportando el ruido y la presencia militar de las maniobras en Zaragoza, ahora vemos el accidente de un F18. Nos alegramos de que no haya que lamentar daños personales pero no merecemos esta servidumbre en Aragón que nos hace vivir intranquilos», dijo en un tuit.