«No me callarán»: Las polémicas cartas de Batet para «amenazar» a los diputados del PP

Los parlamentarios del PP acusan a la presidenta del Congreso de «amedrentarles» para «tapar al Tito Berni y la corrupción del PSOE»

«La divulgación a través de su perfil de Twitter de afirmaciones que suponen la imputación a la Presidencia de la Cámara de la comisión de una actuación pretendidamente delictiva constituye una grave quiebra del respeto que merece la institución». Así comienza la carta que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha hecho llegar a varios diputados y senadores del PP, que la acusaron de haber destruido todos los registros de las reuniones de «Tito Berni». Una misiva que, sin embargo, no va rubricada por la propia Batet sino por su jefe de gabinete, Javier Mieres.

En ella, se explica que «la normativa aplicable determina que la conservación de los datos se mantendrá durante no más tiempo del necesario para los fines para los que fueron recogidos». En este sentido, justifica el borrado de los registros de acceso a la Cámara Baja, argumentando que ese tipo de información se conserva solo «durante un mes», al igual que ocurre con las imágenes de videovigilancia. Una explicación que, a su juicio, es más que suficiente para que los parlamentarios del PP «rectifiquen» sus afirmaciones y no mantengan «con conocimiento de su falsedad o con un claro desprecio hacia la verdad, imputaciones graves a la Presidencia del Congreso de los Diputados», o lo que es lo mismo, a Batet.

El escrito, como era de esperar, no ha sentado nada bien en las filas del Partido Popular y mucho menos, a los afectados. Una de las «premiadas» con esta carta ha sido la portavoz de Interior en la Cámara Baja, Ana Vázquez, quien ha tachado de «inadmisible lo que están haciendo para tapar al diputado Tito Berni y la corrupción del PSOE». Es más, lejos de amilanarse, la diputada popular ha acusado a Batet de utilizar «mediadores para amedrentar a los diputados del PP» y se ha mostrado tajante: «No me callarán».

Pero Vázquez, que ha exigido a la presidenta del Congreso que sea «transparente y colabore con la justicia», no ha sido la única en reaccionar a esta singular misiva. El diputado por Lugo, Jaime de Olano, se ha dirigido directamente a Batet para cuestionar su actuación con los parlamentarios del PP: «Por la dignidad de la institución, ¿cuántas cartas has enviado a aquellos diputados, algunos ministros, que habitualmente profieren graves acusaciones contra instituciones del Estado (S.M. el Rey, el Poder Judicial, presidentes de CCAA…) exigiéndoles rectificaciones?».

El diputado del PP por Ciudad Real Juan Antonio Callejas, por su parte, se pregunta si el Congreso tiene «monitorizadas las redes sociales» de sus Señorías y si se ha tenido la misma «diligencia» a la hora de facilitar la investigación sobre el «Tito Berni». Denuncia que «estamos ante un grave caso de corrupción dentro del Congreso, protagonizado por miembros del PSOE» y que una de las labores constitucionales de un diputado es la de «control», justo lo que están haciendo desde el PP. Y lanza un aviso a navegantes: «Amenazas, ninguna».

Y ya puestos, hay quien tira de ironía, como la diputada por Alicante Macarena Montesinos, quien tras recibir la misiva se ha dirigido a los socialistas y a la propia Batet: «¡Qué afición a los mediadores!». Acto seguido, ha seguido el mismo guion de sus compañeros de formación y ha reclamado menos amenazas a través de mediadores y más colaboración con la justicia.

La polémica carta a Miriam Nogueras

La controversia suscitada este viernes por las cartas enviadas a los diputados del PP recuerda a la vivida entre Meritxell Batet y la parlamentaria de JxCat Miriam Nogueras, después de que ésta apartara la bandera española de la sala de prensa de la Cámara Baja. En una carta, enviada el pasado 1 de marzo, la presidenta del Congreso advertía a la diputada independentista de que tomaría medidas si volvía a suceder alguna cosa similar. Asimismo. le exigía «respetar el orden, la cortesía y la disciplina parlamentaria», ante lo que consideró una «ofensa a un símbolo nacional» y una «inaceptable falta de respeto a la institución».

Y, finalmente, se mostraba contundente en su escrito y le advertía de «que se abstenga en el futuro de volver a actuar de esta manera, advirtiéndole que en caso contrario, esta presidencia adoptará las medidas necesarias para garantizar el orden en el recinto del Congreso, en el ejercicio de las facultades disciplinarias y de policía que le confiere la Constitución y el reglamento».